Los días en Liverpool eran normalmente fríos, y lluviosos. El día era nublado, las grandes nubes grises y un poco moradas por las esquinas de sus formas, mostraban las calles llenas de charcos pequeños en las esquinas, y las personas con grandes abrigos, sosteniendo un paraguas.
Entre ellos se encontraba Armin, quien llegaría a la Caverna de Liverpool en unos minutos. Se encontraba tranquilo; sin embargo, entre más se acercaba a su destino, más recordaba momentos con Mikasa. Aquella había sido su primera novia, aquella había sido su segundo beso, aquella había sido su primera vez. Recordaba cosas qué en el transcurso del tiempo olvidó. Era curioso, entre más recordaba, menos sentía algo.
Su traje inglés era un conjunto de color gris claro, con sus mocasines negros, y su abrigo de igual manera. Sus cabellos rubios los mantenía bajo el paraguas, qué sostenía firme con la mano derecha. Al llegar miró el lugar: era un pequeño pub clásico estilo inglés, donde la familia Ackerman lo habían rentado para la fiesta de su hija.
Guardó el paraguas, y pensó: Gran día lluvioso para una fiesta.
Entró al paraje. El pub tenía una barra española, con personas sentadas bebiendo whisky, y una gramola qué reproducía música de Jerry Lee Lewis. Armin se detuvo un momento en la puerta mirando, hace tiempo, qué no entraba a ese sitio, hasta ahora. Las luces iluminaban a la perfección, y eran aproximadamente treinta personas.
Su amigo en común con Mikasa lo miraron, y él se percató de qué susurraban cosas sobre él. En lugar de sentir malestar, se sintió aliviado por no llevar a Annie, y soportará aquello.
—Armin—, dijo Mikasa desde el otro lado del salón. Lucía, un vestido negro entallado a su figura, y el cabello con risos, mostraban su pálido cuello.
—Felicidades, Mikasa—, habló una vez qué ella se encontró cerca de él.—Mis padres no podrán venir, lo siento. Sin embargo, te mandaron estos obsequios, el mío está envuelto ahí.
Armin, sacó una pequeña caja de regalo, tenía un moño rojo, con una envoltura azul cielo; encima de ella una nota de los padres de Armin.
—Oh, está bien—suspiro.—Me legras qué vinieras.
Armin, le entregó el regalo y le dio un abrazo, ella lo aceptó con un beso en la mejilla. Mikasa lo llevo con sus demás amigos, los cuales le presentó.
Armin había disfrutado de la comida y las bebidas. Hasta la música, la cual no escuchaba—ya qué se dedicaba completamente a la clásica—. Sin embargo, Armin se comenzaba a aburrir, aquella fiesta solamente era vanidad de Mikasa, realmente nadie de sus verdaderos amigos se había acercado a ella, nadie era realmente agradable para él, se sentía ajeno a todo ese ambiente. Mientras tanto: Mikasa, bailaba demasiado con sus amigos y amigas, los qué había conocido en la universidad.
Pronto fue hasta la barra de bebidas para conversar con Armin, ya qué se mantenía distante.
—Armin, ¿qué sucede cariño?—Preguntó con las mejillas rojas, y el cabello un poco despeinado.
—Mikasa, estás ebria—, suspiro Armin, al oler su aliento.
—Ha, ha, ha—, se recargó en su hombro derecho—. Si estuviera ebria ya me besarías al fin.
—Te llevaré a casa—musitó desganado.—Dices incoherencias, y cualquier aprovechado puede aparecer.
Mikasa sonrío, Armin juntó sus cosas y obsequios mientras que Mikasa se despedía de todos dando besos al aire. La noche era oscura, y Armin condujo el auto de Mikasa.
El camino era callado, Armin mantenía la vista al frente, y aun así pudo notar como Mikasa lo miraba, sus manos jugaban con su vestido negro. Al llegar a su casa, cercas de la calle de Mells, donde los hogares son adosados, con grandes arbustos, y pinos.
—Mis padres están dormidos, ¿quieres pasar?—Se acercó a Armin lo suficiente para que él pudiera oler su perfume, desde el asiento del auto.
—Mikasa, tengo novia—bajo el rostro.
—Ya lo sé. También sé la razón por la que estás con ella—, le acarició el cuello.
—¿En serio? ¿Y cuál es?—Preguntó alzando una ceja.
—Sigues molestó por lo de nuestro tiempo. Amor, realmente nunca quise a Levi, todo fue por qué me sentí abandonada cuando te fuiste con tu abuelo George. Te dije qué me sentía mal, y te fuiste.
Armin le arrebató las manos de encima:—¿Te estás escuchando?—Frunció el ceño.—Mikasa, mi abuelo, se encontraba enfermo. ¡Tú fuiste quién terminó conmigo!
—Armin, —llamó en un suspiro, —fue un tiempo, nunca terminé contigo—tragó saliva.
—No sé quién rayos eres... Oh, quizás por primera vez veo en realidad lo qué eres.—Mantuvo sus ojos en ella.—Yo no necesitaba un tiempo, ni darte celos con otra persona, porque te quería. No necesitaba experimentar para saber qué te quería.
Mikasa dio una sonrisa nerviosa—común en ella—, y sintió como los ojos se le hacían cristalinos. Un nudo se formó en su pecho. Comprendió qué Armin ya no la quería, y ella hasta este momento no sabía qué todo lo qué había hecho, únicamente empeoró todo.
—Vas a olvidar todo lo nuestro. Cinco años, Armin, cinco años, los tirarás a la basura por tu nueva novia de tan solo seis meses—, dijo Mikasa con una voz dolida.—Fui tu primera vez, como tú la mía.
—Mikasa, ya no existe lo nuestro desde esos seis meses.
Mikasa, salió del auto molesta. Cerró con fuerza al bajar, y fue a su casa con la furia entre sus ojos ya llorosos. Armin, se sintió mal, después de todo había sido una persona especial para él, nunca guardó rencor u odio.
¿Qué? ¿creyeron qué mi bebé Annie iba ser engañada con algo obvio y cliché como las infidelidades? jsjsjs pos no.
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Él soñador y la chica de la mirada vacía.
FanficLa chica de la sonrisa triste, eso fue lo primero qué pensé al verla ahí totalmente callada, siempre sin palabras. Ella no se hacía notar, pero, su hermosa belleza la delataba. Es el instrumento que me gustaría tocar, la musa qué me inspira a escrib...