La vi salir de aquella biblioteca de abarrotes y café, olor a chocolate con cacao, ella salía con esos ojos azules apagados, tenía las curvas de sus labios hacia abajo como de costumbre. Mis piernas reaccionaron más que mi impulso, y la seguí por un momento... Ella cruzó la calle, entraba a la caverna de Liverpool, ahí me quede un momento quieto, ¿realmente ella acaba de entrar a ese sitio?
Curioso y débil continué mi búsqueda. Entré sigiloso por la pequeña puerta de cristal, poca gente, chicas con poca ropa. Nervioso, me quedé mirando el lugar, cuando sentí una caricia en mi hombro (me erizó la piel) que seguía hasta mi pecho, con un solo dedo ella me erizó la piel, a tal punto qué sus ojos me atraparon al verla casi desnuda... Nadie nos miraba, o quizás solamente no prestaba atención, porque todo mi cuerpo era para ella, y con ello mis ojos.
Con ambas manos me tomó, y sin resistirme, la deje guiarme, detrás de las enormes cortinas rojas, hacía un pequeño cuarto; lucia extraño, parecía ser...
—¿Por qué me seguías?—Preguntó, al sentarme en el sofá rojo.
Ella seguía de pie, su abdomen era descubierto, la había mirado de arriba abajo, y no llenaba mi vista con su cuerpo tan bien estructurado, aquellas caderas me estaban hablando para que las tocase.
—Quería cuidarte—mi respiración estaba realmente dispareja.—¿Qué haces?
Se sentó en mis piernas, y poco a poco, la luz se fue desvaneciendo, para sólo dejar un brillo de su rostro, cuando una muy ligera sonrisa se descubrió.
—Yo quiero que me cuides—, sentí mi intimidad rozar con su pierna derecha.—¡Te quiero Armin!....
—¡Ging! ¡Ding! ¡Ding!
Despierto, y lo primero qué escuchó, es a mi madre decir: —¡7:50 am! ¡7:50 am! ¡7:50 am!
Mi corazón está acelerado, estoy sudando de las manos y el pecho, además de descubrir una erección, sin remedio tengo qué deshacerme de ella o me dolerá en todo el día...
Esto es una locura, una gran locura, qué soñé, estoy realmente loco, tuve un sueño erótico con Annie, la Annie tan tímida para mostrar sus tobillos, y yo la soñé casi desnuda. Su imagen permanece aún en mi cabeza, como me acaricio, y sus ojos pidiéndome que la quisiera, sus palabras: ¨¡Te quiero Armin!¨ ¿Les ha pasado qué al soñar con alguien les comienza a gustar?
Es viernes, por suerte, sólo fue un sueño, es todo.
El profesor no había venido, y era una hora muerta.
—¿Estas bien?—Escuchó a Mina llamarme.
El salón casi esta vació, la mayoría en noviembre va a Blackpool, por las mejores calabazas caseras, pues gran parte de las familias son provenientes del pueblo vecino.
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Él soñador y la chica de la mirada vacía.
Fiksi PenggemarLa chica de la sonrisa triste, eso fue lo primero qué pensé al verla ahí totalmente callada, siempre sin palabras. Ella no se hacía notar, pero, su hermosa belleza la delataba. Es el instrumento que me gustaría tocar, la musa qué me inspira a escrib...