Armin y Annie entraron a la casa: silenciosos caminaban hasta la habitación de Armin. A Annie le sudaban las manos de lo nerviosa qué se encontraba, sin embargo Armin la sujetaba de una para guiarla hasta arriba. Subieron las escaleras con los zapatos en manos para no hacer rechinar la madera. Para Annie el camino era eterno, su respiración se encontraba entrecortada, y sentía como su corazón latía deprisa, lo sentía a tal punto de que una vena del cuello le saltaba, hasta los tics qué aparecieron en su ojo derecho. Armin por el contrario, se mantenía más tranquilo; pues no temía por si lo descubrían.
Una vez estando enfrente de la habitación de Armin, él abrió la puerta despacio, y le dio la señal a Annie para qué ingresara, ella entró primero, seguido él.—Suspiro—, Annie «¿ahora qué hago?» se preguntó así misma mirando la oscuridad de su habitación, gracias a la ventana de en medio, podía distinguir las cosas.
—Tú dormirás en la cama, yo haré una en el suelo—, Armin susurro acercándose a ella.
—Annie movió negativamente la cabeza:—No. Tienes dolor aún en tu brazo y pierna, necesitas acostarte en un lugar cómodo o te dolerá. Yo dormiré en el suelo—, musitó ahora ella cercas de su oído.
—No, Annie tú cama—, le señaló la cama:—yo estaré bien.
—No me dormiré en tu cama—sin darse cuenta subió un poco la voz.
Armin se acercó a ella, y le tapó la boca, mientras susurro:—Ssshhh.—¿Quieres qué nos acostemos juntos?—preguntó mirándola fijamente entre la oscuridad. No se podía distinguir bien su rostro, pero sintió como sus pestañas tocaron sus dedos.
Annie más nerviosa qué antes, asintió con demasiada vergüenza.
Armin la soltó y fue a acomodar la cama. Annie seguía de pie sin saber qué hacer.
—¿Quieres qué te presté algo más cómodo para dormir?—preguntó Armin una vez terminada la cama.
—Oh—, la cara la tenía tan caliente:—así estoy bien. Mi falda es cómoda, y mi blusa igual.
—Ven entonces.
Annie se sentó, y la vergüenza no desaparecía. Armin no se sentía a gusto con la ropa qué llevaba puesta, pero, para no avergonzar más a Annie se quedó con la qué ya tenía. Para tomar iniciativa, Armin se recostó primero, posicionandose en la esquina de la pared, y le extendió la mano a Annie. Ella se recostó, y Armin la acobijó con el edredón; ella se giro para mirar el rostro de Armin, mientras él le desató la coleta qué tenía en el cabello.
Annie se acercó más a Armin, y escondiendo su cabeza en el hueco de su brazo derecho. Él pudo oler su cabello, era un aroma agradable, y suave, también sintió su respiración en su brazo. En ese momento sintió como su estomago parecía flotar, y todo parecía agradable. Armin se acercó a su oreja para decirle:—Tengo problemas en mi mente ahora—, musitó.— Esta bien, oh si, esta bien. Porque cuanto más te conozco bueno, cuanto más siento que te conocí en toda una vida, hace mucho tiempo... alma vieja.
Annie abrió los ojos de inmediato, y lo abrazó con fuerza.«Armin se encuentra más delgado.» Le tembló el labio, no sabía que decir, aquello era una confesión demasiado profunda. Y, justo ahí, sintió como una gota de agua se resbaló por su frente hasta perderse. Levantó la cabeza y Armin era aquella fuente de agua.
—Estoy enojado Annie. Nadie se percató de la muerte de Marco, todos siguieron igual, y a nadie le importó—miraba la oscuridad.
—Armin...—, sólo movió sus labios, pero ningún sonido salió.
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Él soñador y la chica de la mirada vacía.
FanficLa chica de la sonrisa triste, eso fue lo primero qué pensé al verla ahí totalmente callada, siempre sin palabras. Ella no se hacía notar, pero, su hermosa belleza la delataba. Es el instrumento que me gustaría tocar, la musa qué me inspira a escrib...