Él soñador y la chica de la mirada vacía.

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El día era claro, el cielo se encuentra despejado, y el azul llena toda mi vista de una brisa pura. Se siente bien esté clima, el sol no quema, tan solo ilumina los árboles y el pasto. Me recuerda a la finca de mi abuelo George. 

 Es extraño, puedo ver claramente el panorama, pero, en realidad no puedo moverme por completo; que extraño. 

 Una mano acaricia mi cabeza por la parte trasera, «¿quién es?» Aquella mano juega con mi cabello, siento como lo enrolla entre sus dedos. El cielo es azul aún. 

    —Armin deberías despertar.

  Esa voz es irrepetible, esa voz es la más hermosa qué he oído...

  Sus manos dejan mi cabello, y su rostro aparece tan cercas del mio, sus ojos son igual de azul qué este cielo. Sus mejillas son rosas—sólo se encuentran así cuando se encuentra tranquila—, y se vuelven rojas cuando se avergüenza. Lo sé, la conozco. Ella me mira el rostro, me toma con ambas manos, pega su nariz a la mía, y siento como mis manos ni siquiera pueden sujetar su cintura. Sonríe, para besarme, siento sus labios apretar los míos, ella sigue con los ojos abiertos, y puedo ver como quieren comerme. 

  Se aleja de mi rostro, y me dice:—Armin, despierta. 

  Sin embargo no puedo decir nada. El cielo ya no es azul, ahora se volvió gris. Lo único qué quiero es quedarme así en sus manos, y mirar su rostro tan hermoso.  

    —Armin, si no despiertas no podrás volver a verme—, me lanza una mirada enojada. 

  Ya no puedo ver el sol, ni el azul, y Annie sigue con el rostro molesto. No comprendo, es preciosa así. 

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Armin poco a poco abría los ojos, lo primero qué  se percató fue: que se encontraba acostado en una camilla, en el hospital de Marley, decía en la esquina de su camilla. Su pierna derecha tenía un yeso qué llegaba hasta la rodilla y parte del talón, su brazo igual derecho tenía una férula. Desconcertado, miro a su lado, sus padres yacían dormidos en unas sillas incomodas en la esquina de la habitación. 

  Armin movió su brazo izquierdo,—dolía pero podía moverlo— ahí respiro profundo, no podía perder la calma, aunque sentía querer gritar. En ese momento su madre Mary despertó al escuchar como Armin inspeccionaba su cuerpo.

    —Cariño—, habló alegre. 

  Se levantó alegre para abrazarlo, Armin respondió al abrazo, su madre lloraba, y tenía unas grandes ojeras en el rostro. Su padre Peter, igual despertó al escuchar el llanto de su esposa, con regocijo, se unió al abrazo.  

    —Madre—, llamó con una voz áspera.—Tengo la garganta seca, ¿me puedes traer un jugo?

    —Voy deprisa—, asintió con felicidad. 

  Cuando salió su madre, se giro a su padre quien mantenía una mano en su pecho. 

    —Papá, ¿qué sucedió?—preguntó desconcertado. 

    —Hijo mejor recupera...

    —Papá me estoy controlando, te pido qué me digas lo que sucedió, por favor—, miró a su padre con evidente ansiedad en los ojos.  

    —Suspiró profundo Peter:—Hijo, todo esto parece una mala broma lo sé... Marco y tú tuvieron un accidente causado por dos competidores de carreras ilegales en el cruce de Strawberry. Has dormido por tres meses, caíste en coma, pero gracias a los resos de tu madre, las visitas de Annie, a los doctores, no se en realidad, acabas de despertar. Parece un sueño hijo, me asusté mucho.