-Vegetta, se que estás enojado conmigo y tienes toda la razón de estarlo, pero antes que me eches a patadas déjame explicar…por favor.- dice a modo de súplica el híbrido.
-Alex ¿puedes dejarnos a solas un momento.- dice de forma seria el pelinegro.
-cl-claro, y-yo aún tengo cosas de las que encargarme, adiós chicos.- dice nervioso el de casco, dejando las bolsas que cargaba en el suelo para seguido dar media vuelta y bajar por el ascensor de la torre.
-Vege yo.-Comienza diciendo nervioso el híbrido, buscando las palabras exactas.
-Hablemos adentro, ven y ayúdame con esto.- interrumpe Vegetta, haciéndole señas al contrario para que le ayude con las bolsas que dejo Alex en el piso.
Sin reclamar, Rubius se acerca para agarrar las bolsas y seguir a Vegetta; De más esta decir que el pobre híbrido estaba muy nervioso por la conversación que se avecinaba, y por muy preparado que se hubiera sentido antes, el simple hecho de ver a Vegetta observarlo fijamente mientras ordenaban las compras en la mesa de la cocina no ayudaba en nada a calmar sus nervios.
-Bien Doblas ¿De qué quieres hablar? Te escucho.- Comienza diciendo Vegetta mientras toma asiento en una de las bancas de la cocina.
-eh…yo…Pr-primero que nada quiero disculparme contigo por ser un tonto, mi forma de actuar no fue la más justa e inteligente, debí ser sincero respecto a mis sentimientos, yo quiero a Nieves y no era justo que nos casemos solo por una apuesta que yo perdí, Tu-Tu eres una gran persona Vege, un gran amigo, nunca debí meterte en mis problemas…lo único que logro conseguir siempre es dañar a las personas que quiero, y todo por mi estúpida inmadurez, se muy bien que te dolió el que yo no hubiera aparecido ese día, y es que soy Tan, pero tan tonto que no me di cuenta de tus sentimientos por mí…realmente lo siento, ahora si gustas puedes golpearme, y-yo me lo merezco.- termina diciendo entre lágrimas el híbrido, dejándose caer al frío piso de la cocina ante la sorprendida mirada del de cabellos azabache.
Vegetta al terminar de escuchar lo que Rubius quería decirle, se levanta del asiento donde estaba para acercarse a su compañero, lo miró un par de minutos, viendo las gruesas lágrimas caer por las mejillas del oso, con un suspiro se agachó a la altura del contrario, donde acarició los cabellos de manera suave para llamar su atención.
Rubius al sentir las caricias de Vegetta, levanto su vista nublada por las lágrimas para mirarlo un tanto confundido, el esperaba gritos o uno que otro insulto por parte del contrario, pero esto solo demostraba lo empático que podía llegar a ser el pelinegro.
-Te perdono Doblas, y si, puede que actuaras mal con respecto a dejarme plantado, debiste decírmelo desde el principio, yo lo hubiera entendido perfectamente, Además, yo nunca te dije mis sentimientos correctamente, por lo que tampoco podrías haberlo sabido.
-No estás enfadado por no corresponder tus sentimientos?.- pregunta de repente Rubius dejando sorprendido a Vegetta.
-Buah Chaval, confieso que al principio sí que lo estaba, pero entendí que uno no puede forzar a una persona a que te ame, y menos enojarte por algo así, uno no decide de quién se enamora.- le responde de forma sincera Vegetta, intentando bromear de cierra forma para que el híbrido de oso se calme.
-Tenia miedo vege, a perder nuestra amistad, todo este tiempo por muy raro que parezca extrañaba tus chistes de mal gusto, tus retos por lo ilegalisimo.-dice de forma sincera Rubius.
-¡Eh! Que mis chistes son los mejores, no es mi problema que tu sentido del humor esté mal.- dice un indignado pelinegro, cruzando ambos brazos frente a su pecho.
-M-Me alegra haber podido solucionar las cosas contigo Vegetta.-responde aliviado el hibrido.
-Pues bien, ahora deberás pagar por el tiempo perdido en venir a disculparte, empezando por ayudarme a terminar mi casa.- dice a modo de broma el de ojos violenta.
-¿Qué? Noooo Vegetta…hace poco tuve que arreglar mi casa por las minas que pusieron en mi contra.-se queja Rubius.
-Vaya, Vaya, algo ilegal habrás tenido que hacer.-dice mientras ríe Vegetta.
-Bueno, me lo merecía por tonto.- dice mientras le sigue la risa a Vegetta.
-ahora dime, que cosa ilegalisimo hiciste para que te pusieran minas .- pregunta el pelinegro secándose las lágrimas por tanto reír.
-No hice nada, pasaba en casa pensando por increíble que suene y daba uno que otro paseo por el pueblo para despejarme.- dice rubius, mientras recuera lo que hizo en todo el mes.
-hm…pues entonces fue uno de nuestros compañeros quien quiso gastarte una broma de mal gusto.- dice pensativo el de ojos Violeta.
-no me sorprendería la verdad.- dice de manera normal el híbrido de oso.
-¡Ostras! Se me hace tarde! Doblas es mejor seguir reconciliándonos otro día, ahora debo ocuparme de algo.- dice de forma alterada el de cabellos azabache, al darse cuenta de la hora.
-Vaya, en ese caso no te Quito más tu tiempo, nos vemos pronto de Luque.- se despide de forma alegre Rubius.
Con ánimos renovados, Rubius regresa a su casa, mientras que Vegetta comienza a sacar todos los ingredientes que compro de sus respectivas bolsas, las lavó con mucha paciencia, se puso un delantal de color morado para no manchar su ropa y comenzó a preparar la cena de esta noche.
Una hora y media más tarde, la lasaña estaba lista, se sacó el delantal y fue en busca de los materiales para arreglar la mesa del centro que tenía en la sala de estar, ahí estarían más cómodos, tomo un mantel de color Burdeo y lo puso en la mesa, luego fue por las copas y el vino, sacó de los estantes altos dos platos junto con los cubiertos a utilizar, ahora lo único que faltaba era él, Subió con prisa a su habitación para tomar una ducha y arreglarse.
Faltaban media hora antes que llegara su invitado, y Vegetta tenía los nervios a flor de piel.
¿Y si a Luzu no le gusta la lasaña? Y si no es buena de sabor?Esa y mil preguntas rondaban por la cabeza del pelinegro, Y aunque se había esforzado al máximo, aún había una pequeña inseguridad que le molestaba y no pararía hasta que Luzu llegara.
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Al principio quería que Vegetta no perdonara a rubius y lo hiciera sufrir un poco, pero al final me decidí por que lo perdonara.
Igual Rubius no será merecedor del amor de Vegetta.
Vegettita se merece lo mejor..
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Confía en mí Vegetoide.
FanfictionVegetta debe casarse con Rubius por una apuesta perdida que lo incluye. pero...¿Qué pasaría si a última hora Rubius decide no realizar el reto para vivir felizmente con Nieves? ¿Vegetta podrá superar dos traiciones? la de su antiguo compañero Willy...