Cap 2.

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Ha pasado una semana sobre aquel incidente y ninguno de los dos implicados ha vuelto a cruzar palabra, las sonrisas que antes adornaban sus rostros han desaparecido misteriosamente. Cuando llegan a toparse por las tiendas del pueblo cada uno desvía su mirada y siguen su camino como desconocidos.

Todo el pueblo de Karmaland no puede evitar entristecerse por aquello, la rutina de aquellos chicos siempre alegraba al pueblo con sus ocurrencias y gritos de regaño a modo de broma por parte del amante del Morado.

Por una parte Rubius ha intentado seguir con su vida, fortaleciendo la relación que tiene con su prometida Nieves. Una Hermosa joven de tez clara, ojos celestes y cabellera anaranjada atada en dos coletas, haciendo que luzca aún más encantadora.
Mientras que Vegetta perdió todo signo de alegría, sus amigos estaban bastante preocupados por él, sobre todo cierto castaño que era vecino cercano de éste.

Anteriormente tuvo un problema amoroso con su anterior compañero llamado Willy, Con el cual tuvo muy buenos momentos, pero con el tiempo se fueron separando.

Desde la llegada a Karmaland ya no hablaban como antes, Willy comenzó a pasar mas tiempo conociendo el lugar y Vegetta se centraba en la construcción de su Hogar. Ahí fue cuando el contrario comenzó a sentir aprecio por cierto chico Búho de nombre Fargan.

Un día quedaron para hablaron sobre el tema y lo solucionaron de la mejor forma, quedando como amigos y compañeros de aventura.

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Cierto castaño llevaba ya tres días y contando desde que ha perdido el sueño por aquel pelinegro, su situación lo entristecía mas de lo común, desde que sintió su apoyo por la pérdida de las elecciones y los constantes abucheos hacia su persona por su cambio de apariencia y Hogar, sus sentimientos fueron mezclándose con otro que esperó nunca volver a sentir.

Meses atrás de las elecciones para alcalde de Karmaland, éste felizmente compartía sentimientos con Auron, los cuales se apagaron al momento de su traición. Ahí  fue cuando se dio cuenta de lo manipulador que podía llegar a ser su ex pareja. Auron calculaba muy detenidamente los beneficios que podría sacar para sí mismo, dejando de lado a las demás personas. Y aunque el psicólogo volvió para aclarar las cosas con el castaño, éste no quiso saber nada más de él.

(Flash back.)

-¡MI NIÑO ENTIENDE QUE LO HICE POR TI!.- gritaba desesperado el pelinegro de nombre Auron. Ya no sabía que hacer para que lo escuche.

-¿POR MI? ¿Enserio piensas que voy a creen en tu excusa barata?.- responde de forma alterada el castaño mientras presiona el puente de la nariz con dos de sus dedos.

-La Alcaldía solo te traería problemas…- sigue hablando el pelinegro de forma más calmada, intentando acercarse al contrario.

-ERES UN MALDITO AURON!! Tu sabías todo el esfuerzo que puse en ello…¡PERO SOLO TE PREOCUPAS POR TI!!! ME DAS ASCO!! NO QUIERO VOLVER A VERTE…¡SAL DE MI CASA!!.-termina diciendo entre gritos de frustración e ira contenida. Esta traición nunca la olvidaría.

- Como quieras Luzu.- termino diciendo entre susurros para dar paso a marcharse del hogar que una vez fue testigo del amor entre ellos.

Finalmente se dejó caer al frío piso de su hogar, las Lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas como cascadas. Ese día Luzu se hizo una promesa…No dejaría que nadie más se burle de él, su antiguo yo había muerto.

(Fin Flash back.) 

Ahora lamentablemente esos sentimientos ocultos salieron a relucir por su vecino cercano, pero…¿como decirle sus sentimientos? No había pasado más de una semana de ese incidente en la iglesia. Donde su amor imposible se casaría con otro y que para rematar fuera desechado a pasos del altar.

Cada vez que se topaba con Vegetta por el pueblo le daba la impresión de ver un fantasma, sus ojos cansados y piel pálida a pesar de estar casi todos los días mostrando su envidiable figura de dios griego, le demostraba que el contrario no estaba comiendo como se debía.

-¡Ya se! Voy a hornear algunas galletas para el.- dice en forma entusiasta mientras se dirige a buscar todos los implementos para cocinar.

Saca de uno de los estantes de la cocina un libro bastante grueso con muchas recetas, busca entre sus páginas alguna receta que llame la atención. Vegetta se merecía lo mejor.

Estas galletas se harían con amor, bueno el que aún le quedaba después de todas las traiciones por parte de cada uno de los integrantes de Karmaland,  aunque ¿quien dice que por ser Evil Luzu no podría amar y ser correspondido?

Al final se decidió por unas galletas sabor vainilla con chispas de chocolate, saco los ingredientes correspondientes para comenzar con su tarea. Dos horas más tarde se encontraba rumbo a la mansión del chico amante del morado con un hermoso paquete en sus manos, repleto de unas deliciosas galletas caseras, decorado con un listón del color favorito de su amado más una botella de su famoso vinito.

Al llegar Finalmente a la isla flotante se dio cuenta de un pequeño detalle ¿Cómo conseguiría evadir las miles de torretas que la protegían? Con temor subió al ascensor que daba directamente a la entrada de los muros que rodeaban el hogar del pelinegro. Para sorpresa del castaño las torretas estaban apagadas.

Con el camino limpio, Luzu avanzó hacia la gran puerta de escáner para dar un par de golpes con el objetivo de llamar la atención del dueño de dicho hogar.

Minutos después la gran puerta de piedra es abierta por un confundido pelinegro el cuál no esperaba visitas.

-¿Luzu? ¿Necesitas algo?- pregunta confundido Vegetta.

-Ho-Hola Vegetta ¿puedo pasar?- le responde el castaño, saludando al contrario con un movimiento de manos ligero y una pequeña sonrisa.

-ah! Cla-claro pasa…- responde el pelinegro mientras rasca su cuello de forma nerviosa dando paso hacia su morada al contrario.

-te traje esto Vegettita.- comienza a decir Luzu mientras le entrega el hermoso paquete que traía consigo en sus manos.

-¿Para mi? Vaya…no debías molestarte Luzu, pero gracias.- pregunta confundido por aquel obsequio, sonrojándose un poco por aquel detalle.

-no es mucho pero espero te guste.- responde nerviosamente el castaño mientras le da una pequeña sonrisa al contrario.

-¿Qu- Quieres compartir? Quizás po-podamos tomar algo…-pregunta entre tartamudeos el pelinegro por aquella sonrisa del contrario.
-me encantaría Vegetta.- responde felizmente Luzu.

Ambos se dirigen a la sala de estar de Vegetta en donde pasarían la tarde entre comida, platica y una que otra botella del vinito barato de Luzu.

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Hasta aquí el segundo capítulo.
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