[Narra Luzu]
Después de arreglar mis cascadas de lava, estaba echo un desastre, mis ropas y mi rostro estaban sucios, la ceniza se me pegaba en el cabello gracias a la suave brisa.
Agarré las herramientas que reposaban en la muralla que protegía mi casa y comencé a bajar con cuidado para no resbalar en el proceso, hoy tenía una cena con Vegetta y no quería llegar adolorido a ella.
No pude evitar sonreír al recordar sus bellos ojos Violeta y su brillante cabello azabache, debía tomar un baño rápidamente si no quería llegar atrasado y de paso molestar al amante del morado.
Nada más entrar, fui a guardar las herramientas en el cofre correspondiente, luego de eso me dirigí directamente al baño. Mientras la bañera se llenaba yo me deshacía de mis ropas sucias, dejándolas en un cesto al lado de la lavadora, cerré el grifo y me hundí hasta los hombros, dejando que el agua tibia ayude a relajarme, agarre el pote de shampoo para empezar a lavar mis cabellos con sutileza, luego de eso pasé a limpiar mi cuerpo con ayuda de una esponja.
Diez minutos después, finalmente salí del baño con una toalla alrededor de mi cintura y otra secando mi rebelde cabello, me dirigí al armario en busca de ropa acorde a la “cita", aunque Vegetta no dijo específicamente que era una cita, solo una cena en agradecimiento por su ayuda.
Al final me decidí por unos pantalones negros bastante cómodos a pesar de su apariencia junto con unas zapatillas del mismo tono, una camiseta gris y una de sus típicas sudaderas, solo que esta vez era de color azul. Con eso listo, se acercó a su mesita de noche en busca del toque final, uno de sus perfumes favoritos.
Miré la hora en uno de los relojes de mi habitación, en el se visualizaba 5:30 pm, y Vegetta dijo que a las 6:30 en su casa. Esto me daría tiempo suficiente para pasar a comprar algo en las tiendas del pueblo antes de reunirme con Vegetta.
Tome mi mochila la cual tiene todo lo necesario en caso de algún inconveniente por el camino, y fui en busca de una botella de mi famoso vino, tomé algunos Karmas en el transcurso los cuales guardé junto con el vino en mi mochila, me despedí de Manolo antes de irme a la puerta y partí rumbo al pueblo.
Caminaba por las tiendas en busca de algo en concreto, cuando vi a lo lejos una tienda repleta de las más hermosas flores, no dude en acercarme. Y si, pensaba llevarle flores a Vegetta, pero no unas cualquieras, pensaba regalarle unas Dalias Violetas, que en el lenguaje de las Flores significan: “ mi amor por ti es fuerte y crece cada día más.”
La joven de la tienda fue muy amable, me mostró la variedad de flores que había junto con su lenguaje; cuando le dije las flores que buscaba no dudó en pasarme una tarjeta con su significado, en caso de que la persona a recibirlas no supiera de ello, hasta me deseo suerte con mi “pareja", espero que los dioses la escuchen ya que aún lucho firmemente por ello.Con el gran ramo de Dalias violetas, me dirigí a pasos calmados pero firmes a la Mansión, donde me esperaba Vegetta.
Llegue puntual a la Mansión del pelinegro, subí por el ascensor esperando no morir en el proceso por las miles de torretas que poseía la gran fortaleza, para suerte mía Vegetta me esperaba recargado en la puerta de la muralla, ahí estaba él, tan hermoso como siempre, Nada más verme me regaló una sonrisa.
-Buenas noches Vegetoide~.- le saludo mientras doy una reverencia a modo de broma.
-Déjate de bromas, anda entra.- me responde entre risas por mi broma.
-ten vegettita, son para ti.- le digo mientras me acerco a entregarle el ramo de Dalias color Violetas.
-Son Hermosas Luzu, pero no debías.- responde Vegetta mientras admira el bello color de las flores.
-si que son Hermosas, pero no le hacen competencia al color de tus ojos.- le digo de forma sincera, observando detenidamente el brillo de los ojos contrarios.
-Buah chaval ¿Pero qué dices??!.- Comienza a decir el pelinegro entre tartamudeos por lo avergonzado.
-Venga Vegetta ¿Vamos adentro?.- Cambio de tema para no incomodar al pelinegro.
Y es que a pesar de que Vegetta acepto darme una oportunidad de ganar su amor, no quería ir muy rápido, quizás mis intentos de coqueteos podrían terminar teniendo el efecto contrario, y en vez de hacer que corresponda mis sentimientos, termine incomodando al pelinegro.
-Cl-Claro, he preparado la sala de estar para la ocasión, ponte cómodo mientras voy a buscar la cena.- me dice Vegetta, haciéndome una señal para seguirlo a su casa.
Ya adentro, pasamos directamente a la sala de estar, donde estaba todo simétricamente y cómodamente ordenado, tomé asiento en los cojines que estaban situados en el suelo cerca de la mesa se centro de la sala, donde posteriormente sería nuestra cena.
Desde el ángulo en el que estaba sentado podía ver perfectamente ciertos lugares de la cocina, donde el pelinegro estaba acomodando las dalias en un jarrón con agua; Desde aquí, pude ver cuando Vegetta se sonrojaba al descubrir la nota donde salía el significado de aquellas flores.
No pasó mucho tiempo hasta que Vegetta comenzó a servir la cena, era una rica lasaña, acompañada de mi gran vino, el cual inmediatamente saqué de mi mochila al momento de que el pelinegro tomara asiento frente a mi.
Luego de servir un poco de vino en nuestras copas comenzamos a comer, Vegetta realmente sabia lo que hacía, la lasaña estaba simplemente exquisita.
-Pero bueno Vegettita, que aparte de ser buen constructor, eres buen cocinero, esto sabe muy bien.- le digo inmediatamente después de probar un bocado de la cena.
-Dudabas de mis capacidades, Luzu.- responde el pelinegro a modo de broma.
-Tan modesto como siempre.- le sigo la broma.
Al cabo de un rato, ambos terminamos de comer y nos acomodamos frente a la televisión para ver una película; Como no había ninguna que nos llamara realmente la atención, lo tiramos a la suerte, cosa que resultó en una de terror.
Entre copas de vino y alguno que otro susto por parte mía que ocasionaba risas del pelinegro, pasamos un buen rato, y es que los ruidos no se por qué los hacen más fuertes, y los diálogos de los personajes a volumen bajo, siempre son los sonidos los que más me exaltan en este tipo de películas.
Faltaba poco para el final cuando siento a Vegetta caer dormido en mi hombro. Con sumo cuidado me estiro en busca del control remoto que estaba en la mesita de centro y apago la televisión.
Sin despertarlo, comienzo a levantarme con el en mis brazos, cargándolo estilo princesa hasta su habitación, subí por el ascensor que es más rápido y seguro, y lo acosté suavemente en la gran cama de color morado, donde le quité sus zapatos para mayor comodidad.
Estaba a punto de irme cuando siento un leve tirón en mi manga, era Vegetta que intentaba decirme algo aún adormilado.
-Luzu tengo frío...- dice el de ojos Violeta entre susurros.
-Voy por más mantas y regreso, tu espérame.- Le digo, mientras le acomodó las mantas de la cama.
-Nooo, quédate…duerme conmigo.- Comienza a hacer pucheros aún adormilado el pelinegro.
Al oír eso último más su expresión y el tono en el que lo dijo, no pude evitar aceptar su petición, me quité mi sudadera azul y mis zapatillas, dejándolas a un lado de la mesita de noche, y me acosté al lado contrario donde se encontraba el pelinegro.
No era la primera vez que compartíamos cama, pero era inevitable no sentirme avergonzado por ello, cuando me di vuelta para observar mejor a Vegetta, éste se acercó a mi para abrazarme, restregando su mejilla en mi ropa cual felino, tomándome por sorpresa, quizás lo único que buscaba el pelinegro era algo de calor Corporal, así que sin pensarlo mucho, decidí corresponder el abrazo y cerrar mis ojos en busca de descanso.~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Nos vemos en el próximo Cap 💜💜💜
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Confía en mí Vegetoide.
FanfictionVegetta debe casarse con Rubius por una apuesta perdida que lo incluye. pero...¿Qué pasaría si a última hora Rubius decide no realizar el reto para vivir felizmente con Nieves? ¿Vegetta podrá superar dos traiciones? la de su antiguo compañero Willy...