El Despertar - Adrinette

Capítulo 38

❝ El reencuentro con tus peores miedos, ayudará a que forjes un espíritu valiente❞.

- X .

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POV Adrien

Me halle en un espacio blanquecino, delante de mí los dos kwamis me miraban con enfado.

-Lo vuelves a hacer -Dijo Tikki, confundiéndome aun mas.

-¿Qué? -De pronto sentí pánico -¿No lo logre? Marinette no pudo volver a su vida...

Plagg floto alrededor mío, comprendiendo lo que su compañera decía.

-Lo había olvidado -Murmuró el gato -¿O es que no ocurrió?

Tikki asintió sin apartar la vista de mi.

-Él lo cambió, por eso no lo recuerdas -Anunció -Por ello quede atrapada en su interior... No creí que tardase tanto en tiempo en entenderlo.

-¿Entender qué? -Pregunté -¿Cambiar que cosa?

-No lo recuerdas -Dijeron al uniso.

Negué con la cabeza, comenzaba a sentir puntazos de dolor en ella y en mi pecho a la vez.

-Adrien, tu ya cambiaste las cosas una vez... Las modificaste a tu favor.

No llegué a formular una pregunta cuando fui arrastrado por una oscuridad que apagó mi cerebro.

- Flashback -

POV Narrador

La lluvia caía con fuerza sobre el joven enmascarado, había escuchado un rumor de uno de los monjes Tailandeses.
Le aseguraron conocer una mezcla de poderes que podría solucionar las cosas, sus problemas no serian mas que viejos recuerdos amargos... Solo debía intentarlo y si aquello fallaba entonces no le quedaría otra opción.

Hacia ya un año que su padre había caído en la quiebra, por culpa de su propio hijo, quien había aceptado un contrato millonario sin siquiera leer los papeles legales de este, todo habia sido una enorme estafa.
Gabriel lo había desheredado y lo envió a un templo Tailandes con la esperanza de que así, por lo menos, pudiera recobrar un poco de cordura... Y si eso no funcionaba por lo menos respetaría la memoria de su esposa al hacerlo, habría intentado salvar a su hijo de su miserable vida.

Paso casi un año allí y todavía le quedaban otros cuatro mas por cumplir, pero luego de aquel rumor no pudo evitar escapar. Necesitaba comprobar si el rumor era cierto.

Luego de conseguir un boleto de regreso a París, planeó su jugada durante dias. Cada paso y movida estaba fríamente calculado, todos ellos lo llevaron hasta donde se encontraba en este preciso momento.
Cuando vio la luz apagarse en la ventana que llevaba vigilando ya varias horas, se lanzó. Ingreso con cuidado y se acercó al decrépito viejo que descansaba en su cama.

-¿Qué buscas Adrien? -Murmuró el anciano sin siquiera moverse.

Chat se detuvo en su lugar y lo miró con resentimiento.

-Necesito el miraculous de la serpiente -Hablo serio, por lo bajo.

El hombre encendió la luz y se sentó, observando a quien una vez había sido el niño indicado para portar el miraculous del gato, tristemente el mismo niño que se había negado a devolverlo cuando el anciano Fu noto lo perdido que estaba del buen camino.
Adrien lo odiaba, él lo sabia bien, lo culpaba por la muerte de Marinette... Si tan solo le hubiera permitido al resto de los portafores tener un miraculous tal vez ella se habria salvado.