Capítulo 15 - ¿Qué estas haciendo?

647 48 3
                                    

Samuel sabía que Carla estaría muy enojada, pero quería hablar con ella. Si en verdad deseaban lograr llevarse bien, tenían que hablar.

Samuel se puso su pijama y se fue directo al cuarto de Carla.

...

Carla estaba sentada en su cama. Se sentía como ... decepcionada. Tenía un nudo la garganta, no tenía ni idea de lo que le pasaba, se sentía realmente decepcionada. Al recordar aquella escena una lágrima corrió por su mejilla hasta caer en sus piernas cruzadas. Cerró los ojos y las gotas salieron como chorros de agua. Ni ella sabía porque lloraba tanto. Abrió sus ojos y miro hacia la ventana. Su cuarto estaba oscuro, solo se iluminaba por la luz que entraba por el costado de la puerta y por los costados de la cortina que tapaba la ventana, se levantó y corrió las cortinas.

Comparado con el poco tiempo que había llorado, sus ojos ya estaban muy rojos y con bolsas debajo de ellos.

Samuel - Narración

Mire la puerta de su cuarto, que estaba entreabierta. Me quedé unos segundos pensando si debería entrar y hablar con ella, hasta que me decidí por hacerlo.

Empujé la puerta para terminar de abrirla y entré en su habitación, estaba frente a la ventana, mirando hacia afuera a la gran ciudad. Como no notó mi presencia, decidí acercarme.

Caminé a su lado sin hacer ruido, estaba tan sumergida dentro de sus pensamientos que ni siguiera notó mi presencia.

Apenas estuve cerca de ella noté que algo le pasaba. Di dos pasos hacia adelante para quedar detrás de ella y la abracé por la espalda.

...

-¿Qué tienes?.- preguntó Samuel, apoyando su cabeza en el hombro de Carla.

-¿Qué haces aquí?.- dijo, quitándose a Samuel de encima.

Él se encogió de hombros -Quiero...hablar.- respondió notando que su voz sonaba distinta.

-No quiero hablar contigo, me das asco. Solo de saber que tuviste a Marina cerca de tu piel me provoca nauseas.- Carla se acostó en su cama boca abajo.
- Solo déjame dormir, me siento mal.- dijo cerrando sus ojos.

Samuel - Narración

Sé que ella estuvo llorando. Su voz se notaba cortada, sus ojos, por lo poco que vi, se miraban rojos e hinchados, sus mejillas estaban mojadas y su tono triste, pero, ¿Por qué? Bueno lo de Marina puede que la haya enojado pero ¿Hasta llegar a llorar? La miré por unos segundos, no entendía su comportamiento. Sin pensarlo, me puse arriba de ella apoyando mis manos en la cama para no aplastarla, solo quedando medio cuerpo cerca de ella.

-Por favor, necesito que hablemos.- le pedí, acostándome ahora si totalmente sobre ella.

-Samuel, ¡QUITATE! Me das ASCO.- me gritó, tratando de quitarme.

-Lamento lo qué pasó, no sabía que te afectaría tanto.- le susurré al oído.

-¿Qué no me afectaría? Samuel,me decepcionaste, pensé que eras diferente.- aún estaba tratando de quitarme de encima ella.

-¿Y por eso lloras?.- pregunté tierno.

-No solamente por eso.- suspiró
- Por la impotencia de tener que soportar ver esas imágenes que no se me borraran nunca. Ver a la chica que odias con tu hermanastro, creo que no es la mejor escena que veras en tu vida.- me dijo enojada.

-Carla, enserio lo lamento. Pero fue un estúpido impulso, solo lo hice sin pensar.- me disculpé escondiéndome en su pelo.

Ella suspiró en rendimiento, ya que no podía hacer que me quitara de encima de ella, y se dejó de mover.

-Pero eso no te da el derecho de tener sexo con tu novia en la sala. Al menos se hubieran ido a tu cuarto, ¿No crees?.-

-Lo sé, pero las cosas se dieron muy rápido. Sin pensarlo ya estábamos desnudos.- dije triste.

-¡Cállate! Solo haces que me regresen esas malditas imágenes. Solo vete y déjame dormir.- intentó quitarme de encima nuevamente, pero yo no me moví.

-Perdón, perdón, perdón.- le pedí arrepentido. - Te juro que no pasó nada más que caricias y besos salvajes, yo no soy esa clase de chicos.- le dije la verdad.

-Yo... No te creo Samuel. Claro que lo eres.- me dijo triste.

Suspiré molesto y luego la volteé rápidamente, quedando mi cara a unos centímetros de su rostro. La miré a los ojos y le dije la verdad.

-Nunca, escúchame, nunca he dejado de ser virgen. Solo llegamos a estar a punto, pero no puedo, no quiero. Solo quiero que la chica indicada sea la primera, pero por mientras tanto, solo es lo que te dije.- confesé serio.

-Hasta crees que te creeré.- frunció el ceño y rodó los ojos.

-Es en serio, créeme.- Me acerqué mas a ella.

Carla - Narración.

Samuel parecía arrepentido, además de que sus palabras sonaban sinceras, pero no puedo creerle. Él mismo me dijo que ya no era virgen. Sé que ahora solo me lo está diciendo para que no me enoje más con él, o que le crea que no es esa clase de chico.

No evito sentirme nerviosa con Samuel tan cerca, su olor, sus ojos, sus labios, su rostro. Es mi hermanastro, es mi familia. Esto me hace sentir incomoda, tenerlo cerca. Además de saber que toco a Marina, me da aún más incomodidad.

...

Samuel trataba de que su mirada fuera de la más sincera de toda su vida, trataba de que sus palabras sean correctas y resultó. Él no quería decir algo que hiciera que Carla se fuera corriendo de esa casa y desapareciera.

En verdad la quería, la miraba como su verdadera hermana, o tal vez ...

-¿Y si te llego a creer, que gano yo?.- espetó, mirándolo.

-No ganarías nada. Bueno en realidad sí, tu viaje a Paris, porque así nos seguiremos llevando bien. Solo nos faltan 10 meses más, solo 10. Lo lograremos, sé que si podremos, solo es cuestión de que hablemos con la verdad, y dejemos los juegos a un lado.- dijo seriamente.

-Tienes razón, pero lo haces tan difícil.- suspiró.

-Si hablas de Marina, ya la dejaré. No quiero tenerla cerca, cada vez me da más coraje haber llegado a ser su novio, no sé cómo caí tan bajo.- él rió.

-Bueno, ¿Puedes quitarte por favor?.- Carla pidió tocando su pecho.

-Oh...lo siento, es que eres cómoda.- dijo levantándose.

-JA JA JA, que gracioso.- Dijo sarcástica.

-Carla... ¿Qué acabas de decir?.- Samuel cruzó los brazos.

-Lo siento, ya no seré sarcástica, lo prometo.- Levantó la mano y Samuel sonrió.

Carla estaba sentada en la orilla de la cama con sus manos recargadas en la orilla. Él se acercó y puso sus manos junto con las de ella.

-Buenas noches.- Le dió un beso en la mejilla. - Descansa hermana.- sonrió.

-Igual hermano.- también sonrió.

Samuel salió de su cuarto y cerró la puerta. Carla cambió su rostro de aquella sonrisa y se puso seria. Se dejó caer a la cama y pasó su mano por su cabello.

-Carla Roson, ¿Qué estás haciendo?.- se preguntó a sí misma en voz alta.

...
Perdonen la demora 🥺

¿Ustedes perdonarían a Samuel? 😳👀

365 días con ella - Carmuel - Adaptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora