- ¡Te dije que me dejaras en paz!.- gritó Carla aventando la puerta.
- No voy a hacer lo que tú digas.- se burló Samuel.
- ¡Lárgate de mi vista, no quiero vomitar!.- exigió Carla empujándolo.
- ¿Como puede ser que tenga que vivir con alguien como tú?.- dijo él dándose la vuelta.
- ¿Disculpa? ¿A caso soy yo la que te molesta? ¡Tú eres un inmaduro!.- Carla ya estaba roja de tanto gritar, estaba enojada, molesta con la rabia en sus venas.
- ¿Sabes? Mejor cállate, no quiero que mi madre se sienta mal por hacer que viva contigo.- contestó Samuel metiéndose a su cuarto dando un portazo.
- No sabes cuánto odio, ¡ODIO! El día que tú madre conoció a mi padre.- gritó cerrando su puerta.
Samuel se tiro a la cama y se pasó las manos por su cabello, odiaba con todo su ser a Carla. No la soportaba, era una inmadura, siempre pelaba hasta porque la rosaba con un pelo. Aunque Samuel también tenía su lado malo, era muy bromista además de terco. Los dos tenían el carácter parecido, tal vez por eso chocaban tanto.
Eran una familia que apenas tenía unos meses de estar junta, con tradiciones diferentes cada una. Por el lado de Carla era una vida perfecta, todo era limpieza y educación. Por el lado de Samuel solo le importaba pasarla bien, vivir el momento claro, con sus reglas y excepciones. Aproximadamente tenían juntos casi un año, la relación de Teo y Pilar tenía 2 años, se aman, solo hay un problema en esa familia, Carla y Samuel.
Carla - Narración.
No sé cómo mi padre acepto a un "hijo" como Samuel. Es un inmaduro, no le importa la vida, solo es diversión y ser gracioso. Tiene que pensar en ser una mejor persona, es un buen chico pero se enfada mucho y es muy molesto, me irrita estar con él.
Dieron las ocho de la noche, era la hora de la cena. Todos bajaron las escaleras y se sentaron al rededor del comedor. La cena lucia estupenda.
- Espero que les guste.- sonrío Pilar.
- Todo lo que cocinas es muy rico Cariño.- alabó Teo.
Samuel y yo tomamos el tazón donde se encontraba el pan al mismo tiempo, los dos nos miramos con una mirada fulminante.
- Dame el tazón, se caballero.- dije jalando el tazón.
- Tengo hambre, solo déjame tomar uno.- Samuel sonrió sarcástico.
- ¡Samuel!.- gritó Pilar furiosa.
- Lo ves, Pilar te está diciendo que me lo des, hazle caso.- me burle.
- ¡Carla! Dale un pan y es todo.- mi padre me regaño enojado.
- Estoy cansada de ser siempre la que se sacrifique, ¿Por qué yo si él es el hombre?.- me levanté de la mesa. - Mejor me voy a dormir, no quiero seguir viendo a este idiota.- dije caminado hasta las escaleras.
- Carla, regresa o estarás castigada por una semana y sabes que no bromeo.- me amenazo mi padre impaciente. Suspire y regresé a la mesa, Samuel solo me miraba con odio, odiaba que hiciera enojar a sus padres, él quería mucho a mi padre, pensaba que era un gran señor y le decía papá. No como yo que no quería para nada a Pilar, en realidad la odiaba al igual que su hijo. Pilar también tenía otros hijos; Fernando de 7 años y Chloe de 6 , a ellos si los quería mucho tal vez porque eran pequeños, al igual que ellos me querían, solo que a Samuel no le gusta que esté cerca de ellos, le daba rabia.
La cena pasó más que lenta. Luego, todos subieron a sus habitaciones.
- Pilar, tenemos que hacer algo, ya son casi dos años de que se conocen y aún se odian.- suspiro Teo.
- No entiendo porque Samuel se comporta de esa manera con ella, él no es así con las chicas.- Pilar negó con la cabeza y cerró los ojos en desaprobación.
- Sí, lo sé.- contestó Teo reflexivo. - Tal vez necesitan estar solos, sin tener la presión de nuestra presencia ¿No crees?.- se sentó al lado de Pilar.
- Sí tal vez, pero ¿Qué podemos hacer?.- preguntó.
- No lo sé, pero debemos pensar, debe haber una salida.- dijo con frustración. Toda esa situación era exasperante y lo hacía cuestionarse si estaba haciendo las cosas bien al estar con Pilar.
- Tenemos que pensar, ya vamos a encontrar algo para hacer.- le contestó Pilar con una sonrisa alentadora.
- ¿Y si les compramos un departamento? Para los dos.- preguntó después de permanecer un buen rato en silencio.
- ¿Los dos viviendo bajo un mismo techo?.- Pilar rió.
- Imposible, se van a matar.-- Puede que tengas razón, pero es enserio, tenemos que tratar de hacer algo.- insistió. - No puedo evitar sentirme mal, es mi única hija y siento que no la está pasando bien.-
- Bueno, lo sé amor, está bien.- Pilar cedió comprensiva.
- Mañana podemos hablar con ellos.- propuso tranquila....
A la mañana siguiente, cada quien se fue a sus respectivos trabajos y escuelas. Pilar se quedó con Fernando y Chloe, como todas las mañanas. Ella se dedicó a buscar algún apartamento cerca de la casa para que pudieran visitarlos, y después de un tiempo encontró uno perfecto; dos cuartos, una cocina, tres baños, uno con tina y los otros dos que están en cada cuarto, una cocina, una terraza y un cuarto de videojuegos.
Pasaron las horas, era momento de que llegaran Carla y Samuel. Teo salió del trabajo temprano, al llegar se sentó con Pilar en el comedor, platicando sobre el nuevo apartamento.
Después de unos minutos, sonó la puerta, significando que ellos habían llegado. Ambos dejaron sus mochilas en la entrada y pararon en seco al verlos en el comedor.
- Hijos, tenemos algo que decirles.- comenzó a hablar Teo seriamente.
- ¡No hice nada!.- Carla levantó las manos al aire como si la estuvieran apuntando con una pistola.
- Ni yo.- hizo el mismo gesto.
Pilar sonrió de lado. - No es nada de eso, pero tenemos que hablar de algo importante.-
- Sí, y esperamos que se lo tomen de la mejor manera posible.- dijo Teo seriamente, descansando sus manos en su regazo. - Queremos decirles que les compramos un Apartamento.-
- ¡Un apartamento!.- el rostro de Samuel se iluminó.
- ¿Quieres decir que me alejaré de él?.- preguntó Carla muy feliz.
Teo negó con la cabeza. - No lo están entendiendo, el caso es que, es UN departamento para los DOS.- dijo remarcando cada sílaba.
- ¡¿Qué?!.- gritaron al unísono.
...
Se supone que las Imágenes del tablero son Gifs, pero no se mueven 🙂😪
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365 días con ella - Carmuel - Adaptada
Fiksi PenggemarCarla y Samuel son hermanastros y se odian a morir, pero eso cambia cuando sus padres Teo y Pilar deciden comprarles un departamento donde solo vivan ellos dos por un año, y obligarlos a llevarse mejor, pero lo que no saben es que en esos 365 días p...