Samuel cerró los ojos, respiro profundamente, y se subió a la cama para acostarse al lado de ella.
-¿Qué haces?.- Carla preguntó enojada.
-Dormiré contigo, buenas noches preciosa.- cerro los ojos.
-¿Juegas, verdad?.- dijo riendo.
-Claro que no, dormiré aquí, junto a ti, hasta que me perdones. Es más creo que viviremos aquí hasta que me perdones, o me des una explicación.- le respondió sonriendo.
-Samuel ya no es nada. Ahora ve a tu cuarto, ya es tarde.- se volvió a costar.
Samuel quería que le dijera porque le afecto tanto el beso, y como él ya sabía su punto débil, aprovechó el momento.
La tomo por sus caderas y la pego a su cuerpo, quedaron en forma de cuchara, y se metió entre sus cabellos.
-¡Samuel!.- gritó, tratando de quitarlo.
-No hasta que me digas.- le dijo al oído.
-Suéltame, por favor.- pidió, con voz cansada.
-No hasta que me digas.- repitió, con voz de bebé.
-¿Es todo lo que me dirás para que hable?.- preguntó.
-Claro, hasta que me respondas, es todo lo que diré.- dijo de manera seductora.
Carla - Narración
Odio cuando él me habla al oído, parece que sabe que me pone loca. Su voz, sentir su cuerpo tan cerca del mío, solo provoca que imagine hacer cosas que tal vez a mi edad no soy muy bien vistas en mi mente, pero con él cerca de mí, por favor, tantas cosas que quiero hacerle y no poder porque es mi hermanastro.
...
-¡Samuel, suéltame!.- dijo, apretando los ojos.
-Sé que te molesta que te hable al oído.- mantenía su voz seductora.
-Tenía que ser, Por eso haces esto...Por favor, suéltame, me desespero.- ella pidió, enojada.
-Solo dime y te suelto, y si no me dices tendré que hacerte sufrir.- la miró pícaro.
Carla alzó ambas cejas. -¿Sufrir?.- pregunto sarcástica.
-Parece que no conoces al buen Samuel.- le dijo más cerca de su oído.
Carla se mordió los labios. Amaba sentirlo cerca de ella, y como estaba de espaldas a él, no podría ver sus gestos.
Samuel no escucho ninguna respuesta de ella y se armó de valor. Sabía que terminaría en el piso golpeado por lo que haría, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
-Bueno, tú lo pediste.- él se separó de ella.
Carla sonrió triunfal. - Gracias.- Samuel se levantó de la cama, se paró frente a ella y cruzo los brazos.
-¿Qué me miras?.- preguntó, sentada en la cama.
-Nada.- Samuel se mordió los labios mientras que Carla sintió nervios. Su mirada no era nada buena, parecía que tramaba algo y no podía ser bueno. Ella intento levantarse pero Samuel fue más rápido y se subió a la cama hasta que hizo que Carla chocara en la cabecera de la cama, aun sentada, y el quedo a gatas, muy cerca de ella.
-O me dices, o....- La miro a los ojos.
-¿Qué es lo peor que puedes hacerme? ¿Aplastarme?.- cruzo los brazos.
Samuel sonrió y volteo a un lado.
- Dime porque te pusiste así por ese beso o hago que lo revivas.- la miro fijamente. - O sea ¿Qué me besarías de nuevo?.- pregunto molesta mientras que Samuel se encogió de hombros.-No me dejas otra alternativa, me estas fastidiando preciosa.- sonrió coqueto.
-Primero, no me digas preciosa. Y segundo yo...- Samuel estaba más cerca de ella. - Yo...-
-Tu ... ¿qué?.- preguntó viendo sus labios. - O me dices...- Carla trago saliva.
Ella sabia que quería probar sus labios de nuevo, pero también sabía que no era lo correcto, y tampoco tenía ni idea de que le diría a Samuel para evitar decir la verdad sobre el beso.
Samuel solo esperaba una respuesta, la miraba con una mirada retadora y a la vez encantadora, como el solo puede hacerla.
Él bajó la cabeza y la levanto rápidamente y se inició a cercar más a sus labios. Estaban a punto de tocarse...
-¡Esta bien! ¡Está bien! ¡Ya! ¡Te dire!.- Carla gritó cerrando los ojos y empujándolo.
-Bien, dime.- cruzo los brazos y sonrió.
-Yo ... como decirlo.- miro a todos lados. -Yo...- movía sus dedos con desesperación.
-¿Tu?...-
-Ya, ya, lo diré, fue...-
...
¿Creen que Carla le diga la verdad? 👀
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365 días con ella - Carmuel - Adaptada
FanfictionCarla y Samuel son hermanastros y se odian a morir, pero eso cambia cuando sus padres Teo y Pilar deciden comprarles un departamento donde solo vivan ellos dos por un año, y obligarlos a llevarse mejor, pero lo que no saben es que en esos 365 días p...