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Las gradas que rodeaban la pista central se estaban llenando y abajo en la pista los jueces de línea y los recogepelotas iban ocupando sus puestos. Jackson había observado el calentamiento de Jeongyeon con ojo crítico, asegurándose de que su estrella no daba muestras de dolor. La joven adversaria de Jeongyeon intentaba encontrar algún punto débil mientras ella también observaba el calentamiento de Kong. Si lo que se decía sobre el ataque fuera del restaurante era cierto, Minnie, su adversaria, no notaba que eso hubiera causado fisuras en el juego de Jeongyeon.

Mina y Sana estaban sentadas mirando al gentío que las rodeaba, esperando a que llegasen los otros invitados de Jeongyeon. Jackson las había saludado agitando la mano antes de desaparecer por el túnel que llevaba a los vestuarios. Quería asegurarse de que el vendaje del pecho de Jeongyeon seguía en condiciones antes de que empezase el partido.

—Espero que esté bien. Ese corte que tiene en el pecho tiene mal aspecto —el comentario de Mina lo oyó alguien más que Sana y las dos se sobresaltaron al oír la voz grave que respondía.

—Hará falta algo más que unos puntos para debilitar a Jeong. Nosotras auguramos que hacia el final de la tarde Minnie estará comiendo pelusa —Mina y Sana alzaron la mirada hacia las dos mujeres que se cernían por encima de ellas, tapando el sol—. Cuando tenía diez años, jugó un torneo con un brazo roto. Y el renacuajo quedó tercera —continuó Jihyo, intentando tranquilizar a Mina.

—Vosotras debéis de ser las hermanas de Jeongyeon —Mina intentó levantarse, pero Jihyo le puso la mano en el hombro, manteniendo a la menuda rubia en su asiento.

—Yo soy Jihyo y ésta es Seunghee —la mayor de las tres hermanas alargó la mano y saludó a las dos amigas de Jeongyeon. Intentaban no hacer caso de la agitación de los fans que las rodeaban y que habían reconocido a las dos estrellas del voleibol. Hoy se trataba de Jeongyeon.

—Encantada de conoceros. Yo soy Mina Myoui y ésta es mi amiga Minatozaki Sana. Jeongyeon estaba contentísima de que pudierais venir a verla jugar. La última vez que vi a Jeongyeon, vosotras os ibais al sur de Florida para jugar un torneo. ¿Cómo os fue?

—Por Dios, Mina, arrasaron. La Víbora y Terminator se llevaron el título y el premio sin sudar siquiera. Lo vi todo en ESPN II —dijo Sana. Mina se dio cuenta de que a su amiga le estaba costando no caer de rodillas para adorar a las dos gigantas (para ellas), que se habían sentado para que ellas no tuvieran que echar hacia atrás el cuello para mirarlas.

Mina casi se echó a reír al ver la cara extasiada de Sana. La ávida aficionada al deporte se iba a desmayar antes de que acabase el día si aparecía algún otro de sus ídolos. Primero conseguía entradas para la pista central del Abierto y ahora compartía asiento con dos de las mejores jugadoras de voleibol.

—Te recomiendo que respires a intervalos regulares durante todo el día, porque si no te vas a perder el partido cuando te desmayes —Mina susurró la advertencia como broma para conseguir que Sana se calmase un poco. La mujer que era la compañera de entrenamiento de Jeongyeon estaba bajando por los escalones para unirse a ellas y Mina se dio cuenta de que los ojos de Kim Seunghee no se apartaban de la tailandesa.

—Jihyo, ¿qué tal si te sientas al lado de Sana y dejas que Sorn ocupe tu asiento? —propuso Mina.

Seunghee volvió la cabeza hacia la pequeña piloto y sonrió.

—Gracias, Mina, ya veo que mi hermana pequeña empieza a ser más avispada en materia de mujeres.

El presentador que anunció a Jeongyeon y a Minnie ayudó a desviar la atención de Mina y el rubor que el cumplido de Seunghee le había causado.

La gente se puso de pie cuando las dos jugadoras salieron a la pista y se sentaron a cada lado de la silla del juez. El bronceado de Jeongyeon parecía aún más oscuro en contraste con la ceñida camiseta blanca que llevaba, y parecía ansiosa por empezar.

Juego, Set y Partido - [Jeongmi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora