Capítulo 15

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Narra Eva

Galicia, querida Galicia.

Mi madre nos estaba esperando en los aparcamientos del aeropuerto cuando bajamos del avión. Hacía poco menos de un mes que la había visto pero en cuanto la divisé apoyada en el coche, salí corriendo a abrazarla bajo la atenta mirada de un Hugo nervioso pero sonriente.

Cuando nos separamos, mi madre vio a Hugo.

- Ven aquí Huguito - río abrazándole.

Hugo río y le devolvió el abrazo más tranquilo. Así de expresiva era ella.

- Vamos a casa.

Nos montamos en el coche, yo delante y Hugo detrás, y pusimos rumbo a casa.

Cuando llegamos, el marido de mi madre nos esperaba en la puerta con Vega que al verme corrió hacia mí.

Hugo saludó a mí perra acariciándola y a mi padrastro con un apretón de manos.
Enseguida congeniaron y empezaron ha hablar de cosas de Córdoba que ni yo ni mi madre entendíamos.

- Déjalos ahí charlando de sus cosas, vamos arriba a preparar tu habitación - me propuso.

Miré a Hugo para asegurarme de que estaba cómodo. Me sonrío y asintió y subí con mi madre.

- Me cae muy bien, se ve que es un buen muchacho - me dijo mi madre mientras me ayudaba a deshacer mi maleta.

- Lo es mamá, está siempre muy pendiente de mí y me cuida mucho - confesé sonriendo.

Mi madre dejó mi ropa y me invitó a sentarme con ella en la cama.

- Nunca te había visto así - sonrió.

- ¿Así cómo? - pregunté riendo.

- Sé que a lo largo de tu vida has tenido unas cuantas relaciones o rollitos de verano, me has hablado alguna vez de algún que otro chico, pero jamás me has presentado a ninguno - me dijo - Cuando en el concurso te vi con Hugo, yo sabía que ibais a llegar a más, no has mirado nunca así de ilusionada a nadie y créeme que me alegra muchísimo que haya sido con él con quién te has enamorado por primera vez.

La miré un poco confusa.

- Sí, no me mires así porque soy tu madre y te conozco, y lo que estás sintiendo por Hugo no lo has sentido por nadie.

Sonreí, llevaba razón.

- Por lo que he podido comprobar es un buen niño y no tiene maldad alguna en el cuerpo, cuídalo ¿vale? Me alegro mucho por los dos.

Sólo me salió abrazarme a ella. Era, junto a mi padre, la persona más importante de mi vida y la apreciaba y la quería muchísimo.

En ese momento entró Hugo en la habitación.

- ¿Interrumpo? - preguntó desde la puerta.

- No tranquilo, voy abajo a preparar la comida con mi marido, deshaz tú con Eva las maletas - contestó mi madre.

Hugo sonrío y asintió pasando a la vez que mi madre se iba cerrando la puerta.
Yo estaba tumbada en la cama, abrí los brazos y puse un puchero reclamando un abrazo.
Hugo rió y se tiró a mis brazos besando toda mi cara.

- ¡Si es que es muy chica madre! - dijo con su acento andaluz.

Yo reí y le besé.

- Te quiero mucho - sonreí cuando me separé.

- Pues anda que yo - respondió volviendo a besarme.

Terminamos de deshacer las maletas y estuvimos un rato en mi habitación, ambos tumbados en la cama, yo le enseñaba fotos mías de pequeña y él me tocaba con la guitarra melodías preciosas. Me paré a fijarme en la situación y deseé que dentro de unos años pudiéramos repetir la escena pero en nuestra casa y no en la de mi madre. Ojalá poder compartir con él toda la vida.

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¡Hola!

Bueno, el capítulo de hoy es un poco corto, pero se vienen algunos más larguillos.

Me paso por aquí para avisaros también dos cosas:
Los fines de semana no podré subir capítulo, lo siento pero solo será entre semana. Y por otro lado, os informo que ya tengo pensado un final para esta novela a la que le quedan entre 5 y 10 capítulos más; y un argumento para la siguiente, que será la continuación de esta.

Espero que disfrutéis el capítulo y sigáis comentando que os parece todo.

Un beso❤️

Eva y HugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora