—¿A dónde iremos? –preguntó Saint con curiosidad mientras entraba al auto.
Habían pasado un par de días desde la última vez que se habían visto. Saint estaba nervioso, por un lado estaba preocupado por lo que descubriría y por otro lado la cercanía con el alfa lo alteraba, continuaba causando sensaciones en él que no podía controlar.
—Vamos a una pequeña manada que conozco, no está muy lejos de aquí, apenas a las afueras de la cuidad.
Saint observó al mayor mientras decía eso, la cara de Zee reflejaba emoción pura, parecía muy contento con la idea de visitar aquella manada, no podía decir la razón pero, su corazón se llenó de calidez.
—¿Cómo conoces ese lugar? –preguntó Saint en verdad interesado debido a las reacciones de Zee.
Pruk sonrió antes de arrancar el coche, recuerdos venían a su memoria.
—Digamos que ellos también me ayudaron cuando me encontraba en una situación difícil. –Hizo una pausa que solo lograba agrandar la curiosidad del más joven. –En la actualidad no hay mucha gente que siga siendo parte de una manada, son pocas las que hay en cada ciudad y no solo la gente ha dejado de ser parte de una, sino que ha decidido deshacerse de toda conexión animal que antes era natural, por eso ahora no es tan común que nazca gente con la habilidad innata de transformarse...
Saint escuchó con atención y con lo último dicho se quedó en silencio analizando aquellas palabras.
—Por dios Zee, ¿puedes transformarte? –exclamó el menor casi saltando en su asiento por la impresión.
—Bueno –una sonrisa de modestia se colocó en su rostro, pero fue momentáneo. –Podía, cuando era un niño, ahora mismo eso ya no me es posible. –Apretó el volante con fuerza, detalle que no pasó desapercibido por Saint, así como tampoco los pequeños cambios en la mirada del alfa, o como su respiración se volvía pesada, estaba sorprendido por lo fácil que era para él prestar atención a todo eso.
–Llegué a esa manada con la esperanza de poder volver a hacerlo, pero el daño que había ocasionado por mis acciones en el pasado era incorregible, apenas puedo agradecer el poder haber regresado a mantener una conexión con mi lobo –agregó Zee con más calma después de unos instantes de silencio.
Saint lo observó confundido.
—Pero ¿Por qué la habías perdido? ¿Qué hiciste?
—Deje que otras personas me dijeran lo que era correcto, creí que tenían razón cuando decían que uno debe mantener los instintos y nuestra naturaleza escondida, sentir vergüenza de ello, negarlo... Mis padres son del tipo de personas que solo se interesan por las cosas que los benefician.
El ambiente se tensó, volvió el silencio y Saint desvió su mirada al camino y se mordió el labio inferior reflexionando sobre lo que acababa de escuchar. Ahora entendía porque Zee se había actuado tan frio con él cuando hablo de su animal interno de aquella manera. Quería decir algo para romper el silencio, pero sentía que no tenía derecho a decir nada.
—No te preocupes, no te pongo en la misma categoría que mis familiares, tú estás aquí tratando de cambiar algo ahora...
Saint asintió, se sintió más relajado después de escuchar sus palabras y más aun con la leve sonrisa que le dedicó, aunque su corazón se oprimió porque, por un momento, pensó que Zee era demasiado amable.
—Zee ¿sigues con tu familia no es cierto? ¿Cómo vives con ellos si eres tan diferente?
El mayor escucho la pregunta y lo pensó unos instantes antes de contestar.
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Serendipia | ZaintSee
Fanfiction¿El destino puede equivocarse? Saint necesita responder a esa pregunta y saber si es que el destino realmente existe, si el amor está hecho para él o el universo solo está jugando.