La vida de Saint regresaba a la normalidad, ahora se sentía mejor ya que podía sentir a su lobo y comunicarse con él de forma natural, pensó que no entendía cómo es que había creído que solo mantenerlo "encerrado" era mejor que mantener un contacto directo, que debía reconocer que los instintos eran más fuertes, el efecto de las feromonas ajenas era más fuerte y los olores calaban, picaban en su nariz, pero era algo que podía manejar.
Todo había sido tranquilo hasta que cruzo por aquella calle un día por la tarde. Saint reconoció el lugar y no pudo creer que estaba ahí una vez más, le había sido precavido evitando volver a pasar por esa calle, temía lo que estaba pasando en ese instante. Su nariz picaba con fuerza, se llenaba de un aroma más que reconocible, su corazón se aceleró e intento plantar sus pies al suelo.
"Te dije que lo dejáramos en paz" reclamó a su animal interno que parecía saltar dentro de él con emoción.
Saint podía percibir con claridad que el aroma no se alejaba ni acercaba, estaba seguro que aquella persona estaba plantada en el suelo como él, alejando las ansias de acercarse, decidiendo si era buena idea irse o mejor encontrarlo, verlo una vez más, si...
Se alejaba, el aroma se disipaba, Zee se había ido.
Saint se recargó en la pared cerca de él, estaba sin fuerzas.
"Lo sé" dijo tratando de consolar a su animal que estaba decepcionado.
Después de unos minutos de reflexión y de grabar en su mente que eso era lo mejor, Saint tomó camino de nuevo.
"¿Qué esperabas? Le dijimos que no nos volveríamos a ver, él es alguien que respeta las decisiones ajenas" continuo hablando en su interior, solo trataba de no sentirse tan triste.
"Claro fui yo, solo yo quien tomó la decisión discúlpame y no te pongas así ¿ok?" sentía como su animal refunfuñaba y se quejaba.
Saint estaba de acuerdo, él también se quejaba con su persona por las decisiones que tomaba.
Entonces su celular sonó. Tan pronto eso pasó los pasos del hibrido se congelaron, su animal interno dejo de quejarse, su mente quedó en blanco.
Sus manos se dirigieron a su bolsillo con nerviosismo, temblaban y tenía el corazón en la garganta, tenía miedo de tomar el celular y descubrir que no era lo que esperaba.
Tomó aire, saco el celular y observó las notificaciones. Ahogó un grito.
"Puedo decir que me sentiste en aquella calle donde nos conocimos"
"Estoy aquí, frente a tu casa"
Saint no pensó en nada más y corrió a su departamento, corrió tan rápido como pudo, con el corazón aun latiendo en su garganta, con lágrimas acumulándose en sus ojos, reprimiendo una sonrisa.
Sus emociones se desbordaban, y se sentía tan aliviado de que esta vez no fueran negativas, que esta vez no fuera solo tristeza lo que lo llenaba.
Saint lo pudo ver frente a su casa, esperando. De pronto se asustó, tuvo miedo y detuvo sus pasos a un par de metros de distancia.
"Solo quiero una señal, me iré si así lo deseas, pero dime ¿de verdad es el final? Creo que nunca cerramos esto de manera correcta"
Saint sostuvo el celular con fuerza, no sabía qué hacer, su animal interno le pedía a gritos que corriera, que terminara con la distancia, que saltara sobre Zee y le dijera que lo había extrañado, pero Saint continuaba con los pies plantados al suelo, asustado.
Observó a Zee que después de unos minutos de esperar estaba a punto de subir al auto.
—¡Espera! –gritó haciendo que Zee se detuviera.
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Serendipia | ZaintSee
Fanfiction¿El destino puede equivocarse? Saint necesita responder a esa pregunta y saber si es que el destino realmente existe, si el amor está hecho para él o el universo solo está jugando.