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Sin duda las cosas se habían tornado distintas, la taiwanesa buscando ser la única en la que la tailandesa fijara su atención, y la coreana alejándose cada vez más ¿Lo más triste? Las tres sentían un vacío en el pecho que parecía crecer con el paso de los minutos.

—¿Cuándo me podré ir?.— Preguntaba de nuevo a la enfermera la cual reía por su insistencia.

—Cuando termines de realizarte los estudios que necesitas y los resultados sean favorables.

Una vez la mujer salió, de nuevo se encontraba sola, Minnie había salido a buscar su comida y ella debía estar acostada por la poca fuerza que el último examen le había dejado conservar.

—¿Volviste a preguntarle a la enfermera Wheein cuando te podrías ir verdad?.— se burló una vez dejó la comida en la mesa de noche.

—Ya no quiero estar aquí, no puedo ni usar una computadora porque dicen me hará daño. —Soltó molesta extendiendo los brazos siendo de inmediato abrazada por la mayor.— Ya quiero ir a casa.

—Pronto Shu, no desesperes. —una vez estuvieron relativamente alejadas, Minnie nunca se hubiera esperado, que la menor la besara.

Era un beso tierno, suave y sin prisa, trató de memorizar el sabor y la forma de sus labios, se sentía increíble pese a ser sólo un pequeño contacto.
Pero, sin darse cuenta, sus ojos lloraban a más no poder, haciéndola separarse de forma inconsciente y tomar una distancia aceptable para que no ocurriera de nuevo. —Minnie ¿Ocurre algo?

—No puedo, no puedo hacerlo.

Little Monster «Sooshu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora