Como Si Fueras A Morir Mañana | Geranne

Mundo Imperfecto

“Dan ganas de subirte el volumen
Poder memorizar cada gesto
Quisiera preservar tu perfume y llevármelo puesto
Me muero por beber de tus labios
Te asusta que seamos honestos
Quisiera que llenaras estadios y rompieras el techo”

Tener amigos es una de las mayores suertes de la vida.

Estamos acostumbrados a tenerlos siempre a nuestro lado, sea uno o sean doce, que si nos paramos a pensar ¿Cuánto valoramos a nuestros amigos? ¿Está tener amigos tan normalizado que no le damos la suficiente importancia? ¿Qué hace falta que pase para empezar a valorar el tener un amigo de verdad? ¿Se te alumbra la mente de un día para otro o hace falta ver que deje de estar para darte cuenta de la suerte que tenías? ¿Cuántas veces les damos las gracias a nuestros amigos por estar ahí? ¿Cuántas veces les decimos que les queremos? Y de esas, ¿Cuántas veces lo decimos desde lo más profundo de nuestras entrañas? ¿Cuánto nos arrepentiremos en un futuro de no haberlo hecho cuando teníamos la oportunidad?

En ese momento a Anne le surgieron todas esas preguntas en su cabeza. Ella no era una persona de tener muchos amigos, con tener tres o cuatro con los que verdaderamente poder contar le sobraban aquellos grupos de ochenta personas que solía tener la mayoría de gente. No sabía si había valorado como debía a sus amistades durante sus veinticinco años de vida, no sabía si les había abrazado todo lo que quería o si había pasado con ellos todo el tiempo que le hubiera gustado. No sabía si Gèrard lo haría con los suyos, o Samantha, o cualquiera de su círculo. Pero ahora lo único que sabía era que no le había dicho “te quiero” las suficientes veces a esa persona.

—¡Anne, por favor! Di que coño está pasando.

La voz de su novio hizo que chica saliera del trance del que acababa de entrar de nuevo sin apenas darse cuenta y le entregara el móvil con la conversación de WhatsApp abierta para que el mismo fuera quien lo leyera y lo viera con sus propios ojos.

Tras leer lo que acababa de decirle Samantha, su primer reacción fue levantar la mirada de la pantalla y mirar a Anne para saber si era una especie de broma o algo así. Como si estuviera leyendo sus pensamientos, su novia negó con la cabeza. Era completamente real, lo había comprobado ella misma, todo eso había pasado mientras ellos se daban un chapuzón en el mar.

En ese momento Gèrard se dio cuenta de que él tampoco le había dicho a esa persona que le quería todo lo que debería.

En ese momento Anne se aproximó y lo rodeó con sus brazos, haciendo que él tuviera que dejar el móvil para poder abrazarla también. Tenía su cabeza situada encima de su hombro y notó como aquel sonido rebotaba entre su cuello y los labios de la chica. El sonido de las carcajadas de Anne.

—Pellízcame, Gèrard. Hazlo, por favor que tengo que creérmelo todavía—Anne pasó del shock al mareo, del mareo al shock de nuevo, del shock a la risa, y de la risa al ataque tonto de carcajadas. Gèrard optó por no darle un pellizco, sino por coger el móvil de nuevo y que lo leyeran, está vez juntos, él también tenía que asimilarlo un poco.

Sam <3

Anne  22:08

¡¿PERO QUE HA PASADO TÍA?! QUE FUERTE QUE FUERTE 22:08

Que es que estoy flipando, que risa no me lo creo 22:08

¡QUE ERES VIRAL DIOS MIO! 22:08

41k me gusta y 20k retweets tía 22:08

¡Que taburete y proyecto sobresalto son tt Anne! 22:10

Ya está en 45k 22:10

Métete en Twitter que se está liando la de dios 22:11

MAMÁ QUE TENGO UNA AMIGA FAMOSA 22:11