Capítulo 6

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«Más que en nadie en este mundo»

Kushina movía los pies impaciente, ansiosa. Asustada. Aquella mujer rubia le había contado que era la mejor especialista médico, y eso simplemente la aterraba demasiado, ¿ella se daría cuenta de lo que había sucedido a su cuerpo? Esperaba que no, quería que fuera su más grande secreto, lo único que esperaba jamás tener que revelar. Sería la única razón que no le arrebataría sus sueños de sus manos.

Miraba a la Senju escribir algo en un tablero, pero mantenía sus ojos color miel con interés y un brillo algo pícaro. ¿Qué estaría pensando para lucir así? ¿Significaba que estaba fuera de peligro?

—Kushina.— estaba tan distraída que solo se dio cuenta de que la había llamado al ver sus labios moverse. Dirigió su vista hacia arriba para encararla.— Está todo listo, hay algunos exámenes que tardarán unos días en salir, por lo que no puedo dar un informe concreto todavía. De todas maneras, se lo enviaré a Minato en cuanto lo tenga.

Mordió sus labios con miedo. Tenía que buscar una forma de evitarlo.

—¿Puedo... preguntarle algo?— susurró, con una pizca de valor y vergüenza que la hacía hablar.

—Antes que nada, no me trates de usted.— exigió calmada la mayor.— Luego de eso, pídeme lo que quieras.

Asintió y boqueó al tratar de buscar las palabras para lo que buscaba.

—¿Hay alguna manera de que puedas hablar conmigo antes de informarle a Minato?

Tsunade frunció el ceño. Algo andaba mal ahí, ¿qué era? Estaba prohibido hacer algo como eso, pero... los ojos violetas que estaban enfocados en ella con una súplica inscrita la hicieron doblegar su espíritu recto y firme.

—¿Por qué prefieres enterarte primero? ¿Hay algo que quieras ocultar?— le devolvió la pregunta, tomando asiento en una silleta, tomando una posición despreocupada, aunque se estuviera carcomiendo la cabeza con aquello.

¿Por qué, por qué, por qué? Aún así, no hallaba respuesta, y la pelirroja no parecía querer responder. Pero Kushina no sabía cómo callar su problema complaciendo a lo que la otra mujer quería oír.

—Es solo... Hay cosas que prefiero ocultar.— agachó la vista hacia sus manos, jugando con sus dedos, muerta de nervios.

Esa respuesta no convenció lo suficiente a Tsunade.

—Estás consciente de que no habrá forma de ocultármelo también, ¿verdad?— habló, pasando el brazo sobre el espaldar de la silla.

—Sí.— respondió inmediatamente.— Pero confío en que usted no le dirá a nadie sin consultármelo antes.

La dejó boquiabierta por un segundo, cosa que no sucedía a menudo. ¿Que confiaba en ella, decía? Seguro no estaba enterada que era especialista en todos los ámbitos de la agencia, incluyendo a la filtración y espionaje, ¿cómo alguien podría confiarle un secreto a ella? Y, sin embargo, ella lo hizo. Entonces cumpliría con su palabra.

—Está bien, veré la manera de hacerlo, Kushina.

Recibió una sonrisa como respuesta. Pasaron unos minutos tranquilos, mientras se encargaba de examinar con la mirada las acciones de la muchacha de cabello rojo, que parecía no esconder nada, cuando era todo lo contrario.

Unos golpes hicieron aparición en la oficina de la Senju, Kushina miró hacia la puerta, seguramente era Minato.

—Adelante.— escuchó a la rubia.

El Namikaze entró con cautela, encontrándose a la chica sentada sobre una camilla y a la amada de su maestro sentada frente a ella.

—Kushina, ya está todo listo, debemos irnos.

A million men || Fanfic MinaKushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora