«Invasión»El rubio sentía la adrenalina recorrer todo su cuerpo. Era una gran oportunidad de lograr su mayor mérito en toda su carrera dentro de la agencia. Ese día tenía la oportunidad de lograr algo que, ni su propio maestro, pudo realizar. Y si lo conseguía, entonces él podría obtener mayores oportunidades de subir su posición dentro del trabajo. Tal vez incluso suceder a Hiruzen Sarutobi, el jefe de mayor rango en su división. Esa había sido su meta desde que ingresó, y estaba dispuesto a conseguirlo, no importaba cómo. Trató de volver a la realidad, y centrarse en lo que en ese momento era la misión más importante para sus tres compañeros.
—Fugaku.— llamó a su amigo mediante el uso del interlocutor colgando en su uniforme.— Llama a refuerzos, por favor.
Escuchó una afirmación por parte del castaño.
—Está de más que te pida que les recuerdes que sean lo más precavidos que puedan, ¿verdad?— volvió a hablar por la radio.
—No te preocupes, me he anticipado.— fue lo que obtuvo como respuesta.
El Namikaze sonrió de lado, ambos hombres eran inexplicablemente complementarios, y prueba de ello eran todos los encargos que habían cumplido juntos. Sin previo aviso, Jiraiya se metió en la conversación.
—Entonces estás seguro de que hay fuga de información, ¿no?— los ojos azules posaron su vista en el peliblanco, mostrando determinación en ellos.
—Estoy seguro. Y no soy el único que lo cree.— contestó, el Uchiha también intervino por aquella afirmación.
—Minato y yo lo podemos comprobar, sensei.— fue lo único que pronunció su amigo, antes de verse interrumpido por la única fémina en el equipo.
—Estamos cerca al lugar, y los refuerzos están a una distancia de solo 500 metros.— informó Mikoto, buscando que concentrar a sus compañeros.— Debemos estar listos ante todo.
Los tres asintieron con una voluntad inquebrantable, aquella que siempre estaba presente en momentos críticos.
Esta vez no estaba permitido fallar, ellos se encargarían de capturar a Orochimaru, y junto a él, a todos los cómplices suyos. Esta vez ya no habrían personas advirtiéndole sobre los pasos de la agencia al criminal.
¿O no?
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Fugaku tenía razón. Había pedido que todos fueran discretos con la operación, ya que lo que menos se quería era estropear la emboscada, sin embargo, esto ya no se debía a que algún infiltrado haya sido avisado, más bien, fueron los mismos rumores los encargados de estropear ese día.
—¿Crees que realmente hayan encontrado la guarida?— preguntó un agente cualquiera, en medio de una esquina.
Sin esperar que un peligris estuviera escuchando, escondido detrás de una esquina.
—¿De qué guarida hablan?— se interrogó a sí mismo, al no entender la conversación.
—Yo creo que sí, es el equipo de Minato del que estamos hablando, de todas formas.— respondió de forma amigable el compañero del primer hombre.— Además, hoy pasé cerca a la oficina de Jiraiya-sama, y por lo que oí, recibieron una llamada de una chica secuestrada.
Kabuto dio un respingo por aquello. ¿Una llamada? La única misión en manos de Minato en esos momentos era capturar a Orochimaru, era indiscutiblemente de él sobre lo que estaba hablando aquel par.
Tenía que comunicarlo antes de que pasara a mayores.
A punto de dar la vuelta y dirigirse a un lugar apartado, se encontró con un chiquillo incluso menor que él.
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A million men || Fanfic MinaKushi
FanficMinato Namikaze, un agente especial de fuerzas militares. Kushina Uzumaki, una chica secuestrada por el criminal y traficante más buscado en Konoha. ¿Qué tan difícil es caer en los enredos del amor? "No me importa si ya hubo un millón de hombres ant...