«Heridas y golpes»Su camioneta avanzaba raudamente por el asfalto de la carretera, libre por la hora tan tardía que era. Se colocó el auricular en el oído y llamó a su sensei, quien habló al segundo de haber iniciado la llamada.
—Hombre, ¿dónde estás? Es muy complicado hacer esto mientras manejo.— se quejó su maestro, haciendo que Minato pisara el acelerador con más fuerza.
Era un alivio que todo estuviera vacío, de otra manera, llegar a tiempo sería imposible.
—En un par de minutos estoy con ustedes.— afirmó, mirando el mapa que aparecía en la pequeña pantalla ubicada a un lado del volante.— ¿Cómo está la situación?
—Tus alumnos la están pasando mal. Kakashi apenas puede mantener firme el auto y Obito está herido, una bala le impactó en el brazo. Yo trato de apoyarlos, pero no puedo hacer mucho si quiero tener bajo control mi auto.— explicó, con el respaldo de los disparos lejanos que resonaban.
La angustia lo estaba matando, pero no podía darse el lujo de dejarse manipular por ella. Solía tener unos nervios de acero, y eso se lo había reconocido hasta el mismo Jiraiya, así que no debía perder los estribos ni siquiera en la situación en la que se encontraba.
Cumplió con su palabra, en menos de dos minutos había llegado al lugar. Distinguió el auto de su maestro, y también el que solían usar sus alumnos cuando iban de misiones, sorprendiéndose al ver lo que hacían, especialmente Obito.
—Simuló una barrera con la puerta para evitar salir más herido.— pensó para sí mismo.
Se sentía orgulloso. Su alumno había sacado a relucir aquella astucia que lo caracterizaba. Y su estrategia parecía funcionar a la perfección, pues, de una sorprendente manera, un disparo se coló entre la luna ya hecha pedazos —gracias al anterior balazo de Kakashi—, y fue a parar en el conductor, haciendo que el auto comenzara a moverse hacia cualquier dirección sin reparo alguno.
Desde la distancia, que cada vez se acortaba más, oía el grito de victoria que podría estar dando el Uchiha. Eso lo relajó un poco, incluso en condiciones como las que estaba, ese chico podía ser bastante determinado y alegre.
La risa de Obito se vio estropeada al ver que Kabuto era quien tomaba ahora el mando del vehículo. Bufó y se ubicó en su asiento nuevamente.
—Antes que armes un escándalo, lo hiciste muy bien. Ahora solo debemos tratar de repetirlo.— lo animó su amigo.
¿Cómo lo iba a repetir? Esa era su pregunta. A duras penas pudo hacer eso, y al final no había servido de mucho, solo lo desestabilizó un momento y volvió a como estaba antes.
—No te desanimes. Podemos intentarlo de otra manera.— se escuchó la voz de su maestro desde la bocina del intercomunicador.— Fugaku los ayudará a detener el auto, yo me encargo de Kabuto.
El Uchiha mayor, que había llegado solo un par de segundos después que Minato, oía también la conversación, pues todos los audífonos estaban conectados entre sí. Acató la orden de su amigo, comenzando un tiroteo peor que el anterior. Esta vez debían atacar juntos y cubrir a los más jóvenes, solo de esa manera conseguirían atrapar al Yakushi.
Pero realmente este no planeaba dejar el trabajo sencillo. Se las arregló como pudo para que el carro siguiera con su curso estable, intercambiando lugares con algún otro aliso suyo, y volviendo a tener oportunidad de atacar.
Era ridículo el pensar que los cinco no podían reducir al enemigo, pero debían admitir que aquella tarea no había sido fácil, ni siquiera al inicio, después de todo, Kabuto había sido un agente bastante destacado, no solo en el área médica, sino también en la división de rescate y persecución. No era cualquiera, eso lo sabían de sobra.
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A million men || Fanfic MinaKushi
FanficMinato Namikaze, un agente especial de fuerzas militares. Kushina Uzumaki, una chica secuestrada por el criminal y traficante más buscado en Konoha. ¿Qué tan difícil es caer en los enredos del amor? "No me importa si ya hubo un millón de hombres ant...