Ocho

838 74 44
                                    

ETHAN

Esa maldita loca. Esa psicópata. Esa astuta y malditamente preciosa mujer que me tiene muy jodido, y no solo porque siga atado a la cama como un imbécil sino porque es inteligente hasta límites que jamás pensé. Me tiene loco y me tiene literalmente atado a ella de por vida.

No solo me ata a la cama y me utiliza como a cualquier idiota sino que me abandona y sigo atado al estúpido cabecero sin saber como mierda soltarme. Además no alcanzo el teléfono y estoy desnudo con una simple sábana cubriendo la puta erección que acaba de provocarme y que estoy seguro quedará ahí eternamente porque eso no se bajará con un simple polvo.

—¡Bueno días niños! —la maravillosa voz de Karen suena como la salvación a mi problema de ataduras, aunque no tengo ni idea de como hacer que entre aquí sin que vea mi dura polla marcada por la sábana.

—¡Karen ven a la habitación a soltarme! —grito tirando de las cuerdas que me tienen las muñecas adoloridas y en carne viva.

—Ethan, ¿que demonios estáis haciendo? —pregunta llegando por el pasillo.

—¡Espera! Ve a por unas tijeras primero —exclamo cuando la oigo por el pasillo.

—¿Para que quieres unas tijeras?

—Loren me ató a la cama y no puedo soltarme —respondo—, y necesito que entres a desatarme.

—¿Donde está Loren?

—Se ha largado —farfullo entre dientes.

Esa preciosa mujer me las va a pagar muy caras. Oigo los pasos alejándose y suspiro aliviado celebrando que seré liberado. Aunque la parte difícil viene cuando le pido que tiene que entrar con los ojos cerrados, aunque me entra todo por el miedo a que acabe clavándome las tijeras en otro sitio.

En cuanto tengo una mano libre me pongo la sabana encima y ella abre los ojos. Me mira con desaprobación y me suelta la otra mano. Es una mujer mayor pero no es idiota y ya se imaginará lo que habrá pasado, menos la parte de esa loca dejándome a medias, menos después de la follada tan maravillosa que estábamos teniendo.

Me siento usado, aunque que ella me use es un maldito privilegio para mí.

Después de la ducha mas fría de la historia me cuesta que mi erección baje.

Me termino de abrochar las mangas de la camisa mientras me dirijo hacia la salida.

—Cariño, deberías desayunar —me dice Karen siguiéndome por la sala hasta la salida.

—No tengo ganas ahora —ella pone las manos en las caderas como una madre molesta—, ya desayunaré algo en la oficina.

Intento tomar mis llaves del gancho y mi ira aumente encontrando las llaves del coche de Loren colgadas en el sitio de las de mi Audi, esa mujer acaba de superar mi limite de hoy. El coche es algo que no quiero que nadie toque. Pienso matarla después de esto.

Como un maldito idiota cojo un taxi hasta la casa de sus padres y por suerte su madre no ve coger el coche, si llegara a salir se me haría muy difícil decirle que pienso matar a su hija.

Me siento ridículo en este maldito coche tan feo y antiguo, al que solo tengo ganas de aplastar y remplazar por uno nuevo y mejor, y teniendo que dejarlo en una plaza que no es la mía, y que está lejos, para entrar en mi empresa.

Mi humor es pésimo y todos parecen notarlo ya que nadie se atreve a subir en el ascensor conmigo y agachan la cabeza cuando paso. Llego hasta el piso de arriba y la primer en verme es Grace que tiene a Loren delante hablándole de algo.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora