Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]

Once

BIENVENIDXS A LA SEMANA LLAMAS : Día 2/7

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Entre risas y gritos de emoción Hannah y yo nos subimos a mi coche dejando tirado todo el trabajo que tenía pendiente para hoy solo para irnos de compras por la urgente necesidad de comprar para mi cita de esta noche. Ya había estado muchas veces a solas con Ethan que hasta se pondrían considerar citas pero esta me parecía mucho mas seria e importante que ninguna y la emoción en mi interior no me la iba a quitar nadie. 

Nos recorrimos las primeras tiendas de la primera planta del centro comercial casi probándonos toda la ropa que nos gustaba, nos dedicamos a hacer una pasarela de moda con todo lo que cogíamos y la mayoría de cosas acababan en bolsas en el coche. 

—No me contaste como te ha ido con Josh —dije mirando entre varios pijamas de seda cual me gustaba mas.

—¿Quién es Josh? —se hizo la loca metiéndose en otra sección pero me negué a dejar el tema y la seguí.

—Sabes perfectamente a que Josh me refiero —me apoyo en una pierna de brazos cruzados como si fuera a echarle la bronca.

Ella me ignora mirando ropa y me meto en medio de su visión para que me preste atención, ella me mira con mala cara y suspira.

—Solo follamos —dice apartando la mirada, yo sigo mirándola insistentemente—. Él no me escribió, vale? Así que para mi no existe ninguna Josh.

—¿Por qué no le escribiste tú? —pregunto con Hannah siguiéndome cuando veo un vestido que me gusta.

—Porque tiene que escribirme él.

Ahora si que pongo la peor cara de la historia.

—Estamos en el siglo XXI, Hannah, las mujeres también podemos llamar.

—Ya lo sé —responde obvia—, pero quiero que él venga a mí. Me quiero hacer de rogar como la reina poderosa y hermosa que soy.

Pongo los ojos en blanco dejando los pijamas y cogiendo el vestido para probármelo. Hannah me sigue hacia los probadores.

—¿En que quedasteis cuando os despedisteis? —pregunté corriendo la cortina del probador.

—Pues no pudimos hablar mucho porque Ethan nos interrumpió —dice para mis sorpresa y abro la cortina de golpe antes de poder haberme quitado ninguna prenda.

—¿Ethan os pilló? —pregunto sorprendido, mis ojos a punto de salirse de la cuentas.

Ella asiente sin una pizca de vergüenza:—Él y la morena esa de recepción.

—¿Grace?

—Si esa —asiente y no puedo sentir mas pena por la pobre Grace que parece siempre ver las peores escenas—. Es que lo hicimos en los baños de vuestra planta.

—¿Qué?  —exclamo muy alto llamando la atención de otras clientas.

—Uno de los días que fui a verte pues me lo encontré a él en el ascensor—comienza a explicar—, me enfadé porque actuaba como si no me conociera y puede que después de los gritos acabamos metiéndonos a escondidas en los baños y Ethan y la chica nos pillaron.

Niego entrando de nuevo en el probador para esta vez si quitarme la ropa y deslizar mi cuerpo dentro del bonito vestido largo con la falda de color morado claro y la parte superior de pedrería con escote en forma de corazón.

—Entonces, ¿cuántas veces os habéis acostado? 

—Solo dos —responde—. El día del cumpleaños de Ethan y luego en su edificio.