Capítulo 30: El final de KARD

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Un joven con delantal se acercó a la mesa para dejar las dos tazas de café y retirarse con el mismo silencio con el que llegó y también encontró en lo que parecía ser una reunió cualquiera entre una madre y un hijo.

La incomodidad no se hacía faltar, sin embargo, la mujer de cabellos cortos y traje blanco pulido no despegaba la vista del chico ante ella, su porte nunca se llegó a deshacer y apenas era capaz de intercambiar la posición de sus piernas cruzadas y manos enlazadas. Sonrió, esa sonrisa encantadora que todos amaban, siquiera su labial estaba corrido. Era una mujer impecable, digna de alabanza.

—Termina con mi hija —escupió antes de tomar un poco del líquido en la taza de porcelana.

SooBong tosió tanto hasta el punto de llamar la atención de todos y tener atentos a los empleados por si pasaba algo grave. Dejó de vuelta la taza en la mesa, intentando recuperarse en aquel ataque verbal.

—¿Por qué?

—No debo darte explicaciones, termina con ella.

—¿Y qué le digo?

—Eso no es de mi incumbencia —Ya estaba de pie, su falda larga hasta las rodillas y ajustada le hacía ver más estilizada—. Haz todo lo posible para que te deje de querer si es que empezó hacerlo, que se olvide de ti como tú lo harás a partir de este momento.

Lo dejó con la palabra en la boca. Solo la vio desaparecer con su cartera colgando del brazo y caminando hasta un auto blindado el cual perdió de vista más rápido de lo que habría pensado.

No estaba seguro de cuál era el problema hasta el punto de tener a la madre de SoMin pidiéndole terminar con ella.

***

Matthew, por favor. ¿Sabes qué tipo de oportunidad es esta? Deja de desconfiar y acepta la propuesta. Vamos, amigo, ¡te la estoy ofreciendo yo!

—Estoy ocupado en este momento, ¿hablamos más tarde y te doy una respuesta?

Espero que me digas que sí.

—Algo te tengo que decir —masculló—. Hablamos luego, tengo que colgar.

Matthew no esperó siquiera alguna despedida, solo colgó la llamada para ir de vuelta con sus amigos quienes solo reían. Estaba feliz que estuvieran más unidos que antes y que siguieran riendo a pesar de las dificultades de sus vidas. Ya no podía ver a ninguno igual que antes, cosa que para su corazón era un acto de tranquilidad absoluta, pero seguía apreciándolos por igual e incluso más.

Habían pasado por tanto y se habían apoyado más de lo debido.

—¿Quién era? —SoMin levantó su vista para verlo al rostro desde su posición. Lo siguió con la mirada mientras se sentaba al centro del salón junto con los demás, parecía más intrigada que nunca.

—Un amigo —respondió a secas. Sin embargo, las miradas impacientes de sus compañeros le dieron a entender que esperaban más información. Resignado, decidió soltar todo—. Dice que me buscaron para entrenarme como boxeador.

—¿En serio? —JiWoo se alzó para acercarse a él, emocionada. Su sonrisa le delataba, tal como sus ojeras. Nada había mejorado, pero todavía no caía—. Debería aceptar.

—Ni sé quiénes eran. ¿Y sí son estafadores y termino más muerto que cucaracha aplastada?

—Tiene razón, JiWoo. Ve eso y si son de fiar acepta.

—Tae... —Lo miró fijamente. Resopló, no quería enojarse y menos con sus amigos—. Tendré que ver, tampoco es que tenga mucho que perder. ¿En qué te habías quedado, So?

4TOXIC ✧ KARD FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora