Capítulo 20: Estambre de sentimientos

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La supuesta nueva vida de KARD parecía ir bien. Aunque los aislaba más que nunca, en ocasiones lograban reunirse de vez en cuando. Las probabilidades de tener a todo el grupo junto eran mínimas, mas no imposible. Matthew solía estar al tanto de las actividades de sus compañeros, cuando llegaba a SoMin la invitaba a comer un rato para escucharla hablar sobre su día, claro, evitando la parte de las insinuaciones que recibía a diario sin pena alguna, ensimismados por la belleza de la estudiante de primer año.

—¿Estarás ocupada esta tarde?

—Sí, iré a comer con mi novio —Fue lo primero que se le vino a la mente ese día en particular en la que se iba a encontrar con su amigo de casi toda la vida. Notó la expresión el muchacho al cual le vio unas facciones muy comunes entre los coreanos de clase baja—. Disculpa —Lo llamó antes de que saliera del recito cabizbajo—, ¿por casualidad eres... pobre?

El estudiante la miró con rostro ofendido, sus cejas unidas y los ojos capaces de quemarle el rostro de ser posible. Chasqueó la lengua sin dejar su postura enfadada y se alejó de ella, con el corazón apretujado por la rabia, incómodo por el peso de las palabras de ella en su cabeza. SoMin, por su lado, no se percataba de lo que hizo. Sonrió, indiferente por lo ocurrido y se aferró a su bolso de edición limitada que recibió por parte de su abuela materna el día de la celebración por haberse graduado.

Ya no estaban juntos, cada quien siguió su camino una vez pasada la etapa de la secundaria. Le parecía muy extraño estar separada a sus amigos, pero cada que recordaba sus travesuras y hasta las ocurrencias, peleas, chistes, todo lo que tuviera que ver con ellos sonreía.

—¿A qué se debe esa sonrisa boba, SoMin? —Su compañera dejó de hacer los apuntes en su cuaderno para prestarle más atención a su actitud aniñada.

—¿Yo? Ah. Me acordé de mis amigos.

Bajó la voz para no interrumpir a los de su alrededor, sumidos en sus cuadernos, apuntes y libros de la biblioteca.

—¿Quieres ir a comer después? Quizá les escriba para que nos acompañen.

Por otro lado, Matthew solía encontrarse con TaeHyung para ir a jugar un rato, incluso para ayudarlo a relajarse jugando fútbol mientras le hablaba un poco de su día, aunque en realidad todo se resumía en él hablando de lo mucho que lo querían entre el instituto, siendo muy popular entre tantos.

—Empecé a salir con alguien.

—¿En serio?... Ahí va —Le pasó la pelota—. ¿Cómo es?

Aunque le preguntara todo tipo de cosas para obtener información sobre su novia, en realidad no le interesaba en absoluto. En parte la imaginaba de cachetes regordetes, algo gorda para su gusto y era porque así la describía su amigo, amasable y esponjosa.

—En realidad no me gusta nada, pero me da muchos regalos.

—Tienes dinero, ¿por qué salir con alguien que te regala cosas? —Habían parado un momento para descansar. Matthew se sentó en la banca apoyando sus codos en sus rodillas, esperando paciente a su amigo tomando un poco de agua.

—Sabes que me gusta que me regalen cosas, no preguntes idioteces —contestó cuando terminó el líquido en la botella en sus manos. Secó sus labios—. Esta semana le termino en la cafetería, siempre fue mi sueño terminar con alguien diciéndole la verdad.

—Eres cruel —soltó una carcajada antes de empezar a beber de la botella que sacó de su morral.

Con JiWoo apenas y podía hablar. Siempre que llegaba a ella para pasar el rato, ya había hecho planes con su grupo de la universidad, conformado en su mayoría por chicos, cosa que desató unos celos colosales. En primer lugar, sintió miedo de que algo le pudiese pasar a su amiga al estar rodeada de personas que apenas y conoció; en segundo, solo lo sintió, cosa que le hizo dudar sobre sus sentimientos, más al recordar lo que le había dicho su amigo aquella vez.

4TOXIC ✧ KARD FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora