Epílogo

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KARD había hecho tantas bromas juntos que no eran capaces de calificarlos ni decir cuáles eran sus favoritos, desde bromas pequeñas como mover la silla antes de que alguien se siente (incluso romperle una pata para evitar estar cerca) hasta sacar del clóset a su profesor en plena graduación. Nadie se libraba de sus bromas.

Pero de todas, la que siempre recordarían estando en la playa sería la de aquella vez que estuvieron en un muelle tras ir a la costa con la familia de SoMin, ya eran parte de la familia y nunca los dejaban atrás.

Para ese tiempo apenas tenían quince años y se había ido al muelle ya que los padres de SoMin habían salido. Una mañana calurosa y aburrida los hizo llega a ese lugar que les causaba curiosidad por el constante movimiento. Eran embarcaciones pequeñas, no se acostumbraban a ello cuando siempre estuvieron rodeados y dentro de yates gigantes. Para ellos era otro mundo, uno que iban a explorar.

—Señor, qué hace —Se animó a decir TaeHyung.

Era el único hombre en esa parte del puerto, el color rojo de su pequeño bote hizo que desviaran su camino para ir a ese en vez del que veía desde su habitación de hotel. Los cuatro chicos lo vieron, fingiendo una sonrisa y curiosidad aniñada.

—¿No ves que estoy arreglando mi bote? —El hombre se giró y lo primero que hicieron los menores fue retroceder sin caer del muelle hasta una embarcación o al agua. Sus dientes eran amarillos y los ojos grandes, tenebrosos. Agradecían la luz del día, porque sino los habría traumado aquel hombre gordo, desaliñado y de poco cabello, parecía de película.

Le habrían dado más importancia al tono de voz y su forma de dirigirse de no ser por su apariencia.

—¿Le ayudamos?

—No —subió al puerto limpiando sus manos con su camisa, el pantalón estaba bajo, enseñando más de lo que ellos habrían deseado. El hombre se detuvo, pensativo—. En realidad, sí. Iré a buscar mis herramientas, pueden cuidar mi bote mientras voy y cuando regrese me pueden ayudar a pasar lo que necesite.

—¡Está bien! —gritaron al unísono. Estaba de espalda, así que sonreían de oreja a oreja.

El hombre solo les gritaba por no pasar la herramienta correcta cuando decía un nombre y luego otro. Hartos, los cuatro se sentaron en el muelle, para la suerte de ellos lograban alcanzar la barca roja que luego entre todos se dispusieron a empujar con todas la fuerza posible. No había cuerda que lo sostuviera, en un momento de distracción JiWoo la desató.

Al principio habían planeado una travesura, pero al final se lo terminó mereciendo.

—¡Niños! ¡Ya van a ver!

No tenía motor ni pala que lo ayudara a volver a tierra, el mismo hombre le había sacado aquel preciado aparato para una revisión y nunca tuvo un remo en ella. Estaba perdido porque los cuatro salieron corriendo tras el llamado de la adulta.

***

Diez años se fueron volando, ni un mensaje o llamada al buzón o por redes sociales, pues conociéndose, ninguno conservaría el número anterior y las redes de todos siempre se inundaban de notificaciones que se perdían.

—¿Cómo están desde esa vez?

Todos estaban bien, mejor que nunca.

4TOXIC ✧ KARD FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora