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— ¿Y si mejor vivimos juntos? — el auto había parado en un semáforo que tenía la luz en rojo, Atsumu sostuvo la mano de Hinata sobre el regazo del menor mientras lo miraba directamente a los ojos, Shoyo estaba sorprendido pero la sonrisa que no pudo ocultar deslumbraba su maravillosa vista, dejó un beso en su dorso antes de soltarlo para poder mover la palanca de velocidades y avanzar en la vía.

— ¿Porque lo mencionas así de pronto? — tenía las mejillas rosas, miró como el rubio alzó los hombros despreocupado mientras lo miraba de reojo sin perder la atención en el camino frente suyo.

— ¿Porque no? Últimamente pasas más tiempo en mi departamento que en el tuyo — Shoyo alzó una ceja, lo que decía no era mentira pero hasta ese punto no se había puesto a pensar en ello — Solo creo que lo mejor es que nos mudemos a un lugar un poco más espacioso, ya sabes, donde quepan otros tres estantes para tu colección de mangas y comics — Hinata se rió a su lado, dejó caer su mano sobre la de su novio que aún sostenía la palanca del coche y se entretuvo dandole caricias sin dejar de pensar las mil y un posibilidades que el mudarse juntos conllevaban.

— Pues... Podríamos empezar a ver un nuevo apartamento regresando del descanso.

Había sido oficial, dos semanas sin poner un pie en el gimnasio donde entrenaba con su equipo al salir ganadores del último torneo que jugaron, semanas que estarían juntos en Miyagi, o al menos eso tenían planeado.

— Siempre y cuando tenga un balcón igual que el mio — Atsumu parecía querer reír por lo que estaba a punto de decirle a su novio, pero pausó largamente su silencio hasta captar la curiosidad del pequeño y finalmente habló — Y que la habitación esté lo suficientemente espaciosa para poner unos-

— ¡Cállate, pervertido! — el camino estuvo lleno de risas, reclamos, golpes y una promesa a un futuro incierto.

Soltó un suspiro mientras veía la lluvia caer del cielo nocturno, adentro todos sus amigos estaban cantando y riendo mientras bebían, en ese momento algo dentro de su pecho le hizo querer tener un cigarrillo entre los labios para poder terminar de disfrutar las gotas y el frío.

Se abrazó a si mismo mientras se recargaba en el marco de la puerta, suspirando suavemente con su mente varada en otro sitio que le estaba pareciendo incierto.

Un cuerpo apareció a su lado, con el cabello alborotado Nishinoya le fue a hacer compañía soltando humo de sus pulmones, tenía un cigarrillo recién prendido entre sus delgados dedos y su pose era incluso más segura de si mismo de como lo recordaba en la preparatoria. Lo miró de reojo pero no se decidía a comenzar una plática, sinceramente le parecía más entretenido mirar el exterior húmedo que hablar y sentía que el mayor también.

Sintió decidido a Noya cuando lo miró fijamente con los labios entreabiertos pero así de rápido ambos chicos oyeron de fondo una carcajada que parecía venir de Kyoko y Yachi junto a un coro de súplicas de parte de los chicos que las acompañaban. Shoyo sonrió al darse cuenta de que estaba adentro todos aquellos que lo habían ayudado en su momento a volverse el deportista que era ahora y un calor envolvió su pecho casi como se estaba envolviendo él mismo entre sus brazos, soltó un poco de aire que tenía en sus pulmones antes de frotar sus manos para calentarlas un poco; luego vio el humo que soltaba su amigo a un lado suyo perderse entre la noche. 

Su celular vibró sobre la mesa allá adentro, Kageyama lo notó, pero no dijo nada.

— ¿No quieres un suéter? Está haciendo un poco de frío — Hinata negó, el hecho de que se abrazara mientras llovía afuera no era por que se estuviese congelando, si no porque se había acostumbrado a que alguien lo abrazara mientras la ciudad se mojaba y ahora se sentía extrañamente solo.

it's timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora