05

311 43 9
                                    

El tren paró con delicadeza, sin embargo su cabeza golpeó un poco en la ventana donde estaba recargado, lo que terminó por despertarlo y de paso despabilarlo.

Oyó las indicaciones desde las bocinas del tren para poder bajar con orden, en el viaje no habían muchos pasajeros pero sin duda se hacía un desastre cuando todos querían bajar porque incluso si habían cinco personas en el vagón, de la nada aparecían cien. Se acomodó en su asiento y bostezó, necesitaba llegar a su departamento para descansar tanto como pudiese antes de regresar a las actividades con su equipo al día siguiente.

Su teléfono vibró dentro de su bolsillo cuando estaba saliendo de la estación, Hinata sonrió al ver una foto enviada desde Miyagi por parte de su hermana, en esta salía la pequeña y su madre, ambas sonrientes, Natsu tenía dos dedos alzados y los ojos cerrados mientras que su madre extendía su palma como saludo a la vez que miraba la cámara con ese semblante maternal, ojos brillosos y mejillas rosas. A la par de la foto recibió un mensaje que le removió el corazón en completa felicidad.

"No le causes tantos problemas a Tsumu, envíale nuestros saludos y dile que se esfuerce" —  estaba contestando cuando llegó otro mensaje — "Mejor dicho, esfuércense ambos, hermanito" — terminó de escribir una respuesta con una sonrisa y la envió, haciéndole saber a su hermana que le pasaría el recado a su pareja, dejándole claro que se esforzaría; y recordándole cuanto las amaba.

El trayecto a su casa fue digno de una bienvenida por parte de la ciudad, el taxi que lo transportó quedó atascado a la mitad del camino por un tráfico terrible, hizo casi el doble del tiempo que le llevaba ir de la estación a su departamento, así que cuando finalmente llegó, botó sus maletas donde fuese y se tiró en el sofá como pudo; cerrando sus ojos y queriendo quedarse ahí para siempre por mucho que supiese que eso no iba a ser posible de ninguna forma. Aún tenía que hacer muchas cosas antes de poder descansar como quería.

Su departamento siempre estaba vacío, aunque de alguna u otra forma terminaba pareciendo que ahí vivían veinte universitarios y no sabía como, pero siempre terminaba con un desastre por todos lados, ropa regada por doquier e incluso basura de comida y platos sucios. Ir y venir del departamento de Atsumu terminaba por costarle más que quedarse en el suyo propio.

— Era más fácil cuando vivía con mi mamá — frunció su entrecejo y apretó los cojines del sofá antes de gruñir y levantarse para arreglar su departamento, tenía que hacer algo ahí antes de que alguien pensara que era un completo desordenado (que si lo era, pero nadie tenía por que juzgarlo), corrió las cortinas de todas las ventanas y sonrió al ver el lugar más iluminado, no pasaban de las tres de la tarde, por lo que el sol aún se erguía con energía en el cielo azul, le pareció extraño ver la ciudad soleada luego de tantos días de verla gris y mojada, pero no se quejó, incluso abrió una ventana para que la brisa fresca entrara al apartamento que parecía abandonado. Se estiró y puso algo de música en su teléfono antes de comenzar a levantar, ordenar y limpiar hasta dejar reluciente.

Las dos semanas de descanso en su ciudad natal le sirvieron para sentirse nuevamente como un chico de 16 años, salió un par de veces con los prometidos para ayudarles con los primeros preparativos para la boda. A pesar de que sería en Tokio, estaban juntándose para centrar mejor sus ideas antes de que todos regresaran a la normalidad y no pudieran disponer de ideas ajenas a ellos, Suga y Daichi respectivamente les hicieron saber a todos antes de irse a continuar con sus vidas de adultos, que querían a los integrantes del equipo de voley de la preparatoria para que se involucraran de lleno en su compromiso y en un futuro cercano, en la boda y la fiesta.

También tuvo bastante tiempo para poder visitar a sus amigos de la secundaria, Izumi y Koji lo recibieron en el departamento que compartían ahora que estaban terminando sus posgrados de la universidad en el centro de Sendai, Hinata descubrió que ambos llevaban unas relaciones de años con unas chicas que resultaron ser amigas desde la secundaria al igual que ellos, por lo que las citas dobles eran regulares y divertidas. Al igual que con todos sus amigos, se puso al día y salió un par de veces con ellos quienes le hicieron saber en más de una ocasión lo alegres, orgullosos y emocionado que estaban por ver a su amigo poder triunfar en su más grande sueño desde que era más joven, Koji le dijo que si necesitaba de algún abogado se lo hiciera saber, ya que estaba trabajando en un buffete realmente importante en la ciudad, e Izumi le dijo que si necesitaba algún tipo de banquete, la empresa de restaurantes en la que trabajaba como Chef principal le ayudaría sin problema alguno.

it's timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora