El cielo estrellado en su ciudad era terriblemente maravilloso, la constelación se mantenía resplandeciente, parpadeante, asombrosa, y sobre ellos dos en medio de una penumbra, estrellas que se salpicaban entre nubes los acompañaban de vuelta en casa.
La carretera estaba vacía, desierta, pero no sé sentía espeluznante como muchas películas le habían hecho sentir al ver un camino como el que tenía por delante, su viaje era más calmado que de costumbre, en un silencio cómodo y tranquilo; Hinata incluso había tomado la iniciativa de mantener sus dedos acariciando el dorso de la mano de su pareja sobre la palanca de velocidades, distrayéndose con el paisaje tras la ventanilla, o con las canciones de fondo que resonaban tenues en el ambiente relajado que mantenían ambos.
Tal vez por eso adoraba demasiado cuando regresaba a casa, aquella silenciosa tranquilidad era lo que necesitaba para curar un poco el ajetreo que tenía día a día en la ciudad.
Las luces de la casa estaban apagadas, las habitaciones se sentían frías por la ausencia de gente ahí. Hinata había olvidado momentáneamente que su madre y su hermana no estarían esa noche y estaba cien por ciento seguro de que si Atsumu no se lo hubiera recordado, no lo habría hecho. Shoyo sonríe a mitad de su ducha rápida antes de dormir, si hay algo que siempre va a adorar de su novio es la facilidad que tiene para recordar cosas tan pequeñas como el color de una camiseta que traía el pelinaranja en la mañana o el obvio hecho de que Hinata siempre va a olvidar una que otra cosa de su vida diaria, a veces sin importar que tan importante era aquello, pero Atsumu no tiene problemas con estar ahí para recordarle el sendero por el que debe ir.
El cuarto de baño de la casa del menor no era tan espaciosa como la del departamento del rubio, por lo que habían optado como mejor opción ducharse separados incluso si querían con todo su ser estar juntos limpiando sus cuerpos, porque adoraban esos pequeños momentos juntos, Atsumu enredaba sus dedos enjabonados entre los cabellos naranjas de su novio mientras este le contaba hasta la cosa más absurda con una sonrisa en los labios, o un puchero. Hinata por su parte siempre se tomaba su tiempo para pasear sus dedos por la tersa piel de la espalda de Miya, por su torso, por sus brazos o por su cara, le encantaba mirarlo a los ojos aunque tuviera las mejillas sonrojadas solo para poder decirle con toda la seguridad del mundo que era completamente hermoso.
Shoyo observa los pequeños copos de nieve comenzando a caer desde el oscuro cielo con una calma arrasadora que lo hacía suspirar cada tanto que se dejaba sentir el frío del cristal de la ventana en su habitación, se asoma nuevamente entre las cortinas para ver el paisaje en penumbras allá afuera, apenas iluminado por la tenue luz de la bombilla en la calle y sonríe levemente, escuchando la puerta corrediza del cuarto abriéndose y antes de que pudiese voltear, siente unos brazos rodearlo, un rostro recargándose en su hombro; y a su pareja admirando el mismo paisaje que él.
Entre palabras susurrantes y pequeños e inocentes besos, poco a poco emprenden su camino a debajo de las cobijas que los resguardan entre la oscuridad de la habitación con todo listo para que ambos puedan compartir una noche más en los brazos del otro. Ambos están tranquilos, sienten la respiración del otro calmada y cómoda, por lo que no se mueven de ahí en unos largos minutos. Disfrutando mutuamente de la compañía, de la calidez, de el amor en el ambiente.
— Te adoro con todo mi ser — suelta de la nada Atsumu, besando el cuello del menor con un poco más de picardía que antes, pero al instante retrocede, supone que su novio a de estar tan agotado por el día que tuvieron, que no quiere comenzar con algo que no podrá terminar. Entonces Hinata voltea para verlo a la cara mientras se toma sus segundos para ordenar las palabras revueltas en su cabeza.
— Quiero... — se calla inmediatamente, Atsumu alza una ceja.
— ¿Qué es? — no lo ve con la claridad que desearía, pero puede distinguir un intenso rojo en el rostro de su pareja, lo que hace que sonría sin detenerse a pensar que ese gesto pondría más nervioso a su novio.
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it's time
RandomHinata y Atsumu llevan una relación de lo mejor, casi se podría decir que son la pareja perfecta. Casi, porque nada es perfecto.