V. La Casa del Árbol

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—Entonces, imagina que es el último día de tu vida —pidió de repente KyungSoo, el otro paciente de la habitación semi privada donde BaekHyun estaba internado.

¿Y cómo sabré que es el último? —preguntó BaekHyun, no dejándolo continuar.

KyungSoo rodó los ojos.

—Usa un poco tu imaginación. Y déjame terminar, por el amor al cielo.

Era la segunda vez que les tocaba juntos en un cuarto en las últimas veces que habían sido internados. Solo que KyungSoo, a diferencia de BaekHyun, no se descompensó tan seguido como él. No obstante, estaba casi en el mismo estado frágil de salud que BaekHyun.

Como ya habían convivido un par de días juntos, no les costó mucho hacer buenas migas. De hecho, puede que incluso hubieran encontrado un amigo en la otra persona en la habitación. Tan bien se llevaban, que por las noches no utilizaban la cortina que servía para dividir el espacio en dos y otorgar algo así como privacidad —toda la privacidad que se podía obtener de un pedazo de tela desgastado—.

A BaekHyun le agradaba mucho KyungSoo, era imaginativo y astuto, además de que se tomaba bastante bien e incluso con gracia su condición. No era de esos pacientes que andaban deprimidos por su fatal destino, o al menos no era de externalizar su pena tan a menudo como hacían otras personas enfermas que BaekHyun conocía de los grupos de apoyo a los que había asistido en el pasado. De alguna forma, la forma de enfrentar la vida de KyungSoo era contagiosa, y eso lo ayudaba a no derrumbarse, lo que era algo que apreciaba muchísimo siendo que no había nadie más en su vida para ayudarlo a lidiar con la situación.

—Está bien, lo intentaré —accedió—. Es el último día de mi vida, ¿y qué?

—Tienes un solo deseo a tu disposición. El que sea, menos el de poder seguir viviendo. ¿Qué es lo que desearías?

BaekHyun suspiró con aires reflexivos, clavando su mirada en el techo del cuarto blanco de la clínica. Todavía se sentía débil, y a pesar de que estaba mejor, aún notaba el cuerpo aturdido por las drogas y le costaba un poco más de lo normal pensar. Era la cuarta vez en el mes que estaba allí, porque se había descompensado varias veces seguidas durante las últimas semanas. Sabía que era muy poco probable que lo dejaran ir, al menos no hasta la próxima semana. Y todavía los médicos querían seguir metiendo químicos en su cuerpo, porque decían que la quimioterapia haría que él aguantara un poco más.

Sin embargo, BaekHyun ya no quería nada de eso. No quería "aguantar" más. Estaba agotado de las inyecciones, los doctores, los grupos de apoyo y las cartas de despedida. Estaba harto de sufrir tanto por un par de días más de vida, o con suerte semanas, como mucho. No es que quisiera rendirse, pero ya no soportaba el daño que su cuerpo estaba recibiendo. Prefería tener una muerte más temprana que a seguir haciéndola más larga, dañándose a sí mismo.

Quería irse en paz, concluyó. Y fue entonces cuando la realización lo golpeó.

—Desearía poder morir con una sonrisa en los labios.

Sintió un suave calor en sus mejillas. No estaba seguro de si era la medicación o la vergüenza de admitir algo tan íntimo en voz baja. BaekHyun no tenía muchos amigos, y menos cercanos a él. Así que pocas veces hablaba de lo que sentía, teniendo miedo de que las personas lo vieran con lástima como usualmente lo hacían, sabiendo que pronto moriría. Es por eso que sus deseos más profundos estaban profundamente enterrados en su corazón y le costaban tanto salir.

KyungSoo parpadeó, girándose sobre su costado para verlo mejor a través de la habitación. Se acomodó sus gafas de pasta sobre el puente de la nariz antes de hablar.

Where We Belong ✿ SeBaek/BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora