XV. Seúl, Corea del Sur

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A pesar de que ChanYeol había respetado la decisión de KyungSoo sobre entrar solo al consultorio de su doctor, aún así no pudo evitar sentirse impaciente. Él había querido entrar, pero KyungSoo ya le había advertido desde el día que concretó la cita con el doctor, que iría solo.

Sin embargo, ChanYeol deseaba, por mucho que no fuera apropiado, pegar su oreja a la puerta y escuchar la conversación.

—No te impacientes. Ya saldrá —lo tranquilizó JongIn, tomándole la mano con suavidad y enredando sus dedos juntos.

Sus anillos relucieron bajo las luces de la clínica y ChanYeol los observó, viendo con cariño los patrones enredados en tres colores distintos de oro.

—¿No estás nervioso? —murmuró curioso.

JongIn suspiró pesadamente. Su cuerpo se desinfló como un globo, y se recostó contra él. Probablemente ambos habían dormido lo mismo —es decir, casi nada— de los nervios, y nadie podía culparlos.

—Al contrario, sí que lo estoy —admitió JongIn—. Ha sido un largo camino, y lo peor es que aún no podemos depositar todas nuestras esperanzas en este momento. Quizás haya que seguir intentando.

—Lo sé. —ChanYeol era médico, y aunque no se especializaba en oncología, aún así lo sabía mejor que nadie. Sin embargo, tenía tantas esperanzas—. Solo quiero que esto se termine... por él. Realmente quiero que se acabe y que KyungSoo se encuentre bien. Es lo que más deseo en el mundo.

JongIn le apretó un poco más fuerte la mano.

—Yo también —susurró—. Pero no depende de nosotros. Ni de él. Solo... de la vida.

ChanYeol asintió. Claro que lo sabía, si había perdido a una de las personas más importantes de su vida por la misma enfermedad que amenazaba con la vida de KyungSoo. Sin embargo, también tenía claro que no era culpa de nadie. Simplemente, el universo a veces daba cosas buenas, y en otras ocasiones, las quitaba, y no había nadie a quien culpar. Solamente sucedía, así se daban las cosas, aunque eso no impedía que a uno le doliera el corazón por ello y llorara por la pérdida.

Habían pasado tres años desde que BaekHyun se había marchado, pero ChanYeol todavía lo tenía presente en su vida. No creía que algún día dejara de hacerlo. Siempre el joven de cabellos rubios aparecería en sus pensamientos, con todas las enseñanzas y valores que le había dejado, y lo acompañaría en su crecimiento como persona a lo largo de su vida. Ya lo había hecho por años cuando se había marchado de Seashare para perseguir sus sueños, entonces no veía por qué de repente dejaría de acompañarlo ahora.

Pensar en BaekHyun le traía un sentimiento agridulce, pero la mayoría de las veces, ChanYeol trataba de quedarse con la parte dulce de ello. Era como cuando veía la pintura de Poppy que le había regalado BaekHyun un poco antes de irse: lo llenaba de emoción y nostalgia, pero la mayoría de las veces decidía quedarse con la emoción, recordando lo bonita que Poppy siempre se veía corriendo hacia él por la playa cada mañana que salían a caminar. Ahora ya no estaba con él en vida, su compañera de muchísimos años, pero aun así, ChanYeol salía todas las mañanas a pasear por la playa y sonreía pensando en todos los paseos que había dado con ella.

ChanYeol realmente se alegraba haber podido conocer al nuevo BaekHyun, aquel que había regresado a Seashare doce años después, y haber podido hacer las paces con él. Le había hecho daño y el haber sido perdonado incluso después de tanto tiempo le hizo muy bien, porque él nunca se había podido perdonar hasta que BaekHyun lo hizo, con ese corazón dulce del que ChanYeol se había enamorado tanto tiempo atrás.

Habían sido confusos sus sentimientos cuando BaekHyun regresó, pues ChanYeol nunca había logrado seguir adelante de todo el mal que causó hasta que recibió la oportunidad de BaekHyun de también perdonarse a sí mismo, así que creyó que seguía enamorado de él. BaekHyun le abrió los ojos una tarde en su casa, haciéndole entender que los tiempos para esos sentimientos ya habían expirado hace tiempo, y que sus esperanzas debían ser enterradas. Fue menos doloroso de lo que hubiera imaginado, porque entendió que había estado enamorado del recuerdo que tenía de BaekHyun, y que la persona nueva que había regresado era más un amigo, y que tenía el corazón guardado para alguien más.

Where We Belong ✿ SeBaek/BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora