VI. Un Pórtico Cualquiera

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BaekHyun se acomodó la camiseta una vez más mientras pasaba por el escaparate de una tienda de artesanías. Se había vestido lo más casual posible para la ocasión, pero aún así, era un atuendo extremadamente premeditado.

No se suponía que estuviera tan nervioso por ver a ChanYeol, menos por la razón que había detrás de ello. No obstante, no podía evitarlo. El nudo en su pecho era diferente al usual que lo habitaba: era uno de nervios.

Todavía no llegaba a determinar qué era lo que esperaba de ChanYeol, pero definitivamente le estaba poniendo los nervios de punta. O quizás era simplemente el clima el que lo traía así: las lluvias se habían detenido, por poco. El cielo estaba nublado aún, y su madre le había sugerido que regresara antes de la noche si no se quería empapar en el camino.

BaekHyun había estado tentado a responderle que no sabía si iba a regresar, pero solo se sonrojó ante el pensamiento y se marchó de la casa antes de que su mente lo traicionara aún más.

Con la piel erizada, BaekHyun se detuvo en la puerta contigua a la entrada de la clínica. Si bien recordaba, la casa quedaba en el piso de arriba de ella, por lo que atrás de la puerta simplemente encontraría unas escaleras. Se acordaba bien. La mayoría de las veces que vino, fue con la excusa de hacer deberes juntos, pero todas ellas terminaban con ellos dos besándose torpe y ansiosamente en el sofá o la cama de ChanYeol.

Negó con la cabeza al notar a dónde iban sus pensamientos otra vez. ¡No se suponía que debía estar pensando en eso! ¡Él estaba allí para algo totalmente diferente!

Pasando saliva y sintiendo el corazón en la garganta, BaekHyun tocó el timbre.

ChanYeol le abrió la puerta a los pocos momentos, no permitiendo que se perdiera de vuelta en sus recuerdos de todas las veces que había ido allí. BaekHyun no se sorprendió realmente por el hecho de que iba vestido un poco menos casual que él, con un polo blanco que resaltaba el color moreno de su piel y su cabello rubio, y unos pantalones caqui. BaekHyun se sintió un poco mal de haber venido en jeans y camiseta, pero se tranquilizó a sí mismo recordando que ellos siempre habían sido así de diferentes.

Además, esto no era una cita. Solo estaba ahí para cobrar ese favor que le había pedido a ChanYeol, por lo que no había razón para que se pusiera nervioso.

Ninguna.

—BaekHyun, viniste. —ChanYeol parecía deleitado por verlo de pie en la puerta de su casa.

—Sí, lo hice. —BaekHyun se sintió orgulloso de lo estable que sonó su voz—. ¿Pensaste que no lo haría?

—Tal vez. De todos modos, no te hubiera culpado.

—¿Por qué no habría de venir? Si esto no es una cita.

—No, no lo es —le dio la razón ChanYeol, pero la división en sus ojos decía algo completamente distinto.

BaekHyun frunció los labios y no agregó nada más, no queriendo pasar vergüenza desde tan temprano.

ChanYeol se hizo a un lado en la puerta y lo dejó pasar por el reducido espacio que eran las escaleras. Subieron al primer piso sin decir ni una palabra más.

La casa de ChanYeol había cambiado notablemente desde la última vez que estuvo allí; lo normal, habían pasado muchos años. La sala de estar tenía una distribución de los muebles distinta, las paredes estaban pintadas de blanco y azul oscuro, y ahora tenía un piano de cola Yamaha en una esquina. El juego de sofás de cuero blanco, por su parte, combinaba con el blanco de todos los muebles: la mesa y las sillas, las altas bibliotecas, los estantes. Quizás eran los mismos de antes pero pintados de otro color, BaekHyun no sabría decirlo.

Where We Belong ✿ SeBaek/BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora