XIV. El Hogar de BaekHyun

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El otoño había llegado particularmente nublado y lluvioso. No obstante, ese día tan especial, el clima estaba despejado, había sol, y ni siquiera hacía tanto frío. Estaba perfecto para usar un suéter, unos jeans y disfrutar del sol.

Era ideal para llevar a cabo una celebración.

El día que se había reconciliado con SeHun, BaekHyun había decidido planear una fiesta de no-cumpleaños. Como era muy probable que no llegara a festejarlo al año siguiente... Se puso manos a la obra. Él mismo en persona llevó invitaciones a los invitados, pasando un tiempo improvisado con ellos, e hizo un par de llamadas telefónicas para comunicarse con los que más lejos se hallaban. Todo el proceso lo había puesto muy feliz. Organizar una fiesta le asentó el buen humor, porque pensar en que estaría rodeado de personas con las que de hecho quería estar... por mucho que no tuvieran un vínculo muy grande, aun así lo ponía feliz.

Además, su madre, el día anterior, lo había abordado con una sonrisa gigantesca, cuando estaban al mediodía compartiendo juntos la comida y haciendo planes para las cosas que iban a servir en la fiesta.

—Cariño, me gustaría que te quedaras aquí un segundo. Tengo un regalo para ti.

BaekHyun había esperado atentamente con una sonrisa, viendo a su madre desaparecer por un rato hasta que regresó sosteniendo un disco de vinilo. Era de Louis Armstrong, y por un momento, BaekHyun se quedó sin aire, al recordar de dónde lo conocía: era el favorito de su papá.

—Mamá... —murmuró, tomando el paquete que lo protegía.

Había una foto del artista en la gran portada. Tocarlo se le hizo muy familiar. Tener ese vinilo en sus manos era una imagen que había sido recurrente durante su infancia, cuando su papá se sentaba en el sofá de la sala y le pedía a BaekHyun que le buscara "el mejor de todos" entre su colección. BaekHyun siempre iba con una sonrisa gigante corriendo a buscarlo.

Cuando su papá no estaba, él se tomaba horas y horas para revisar los nombres de cada uno de los vinilos e imaginarse cualquier tipo de historias con ellos, preguntarse por qué habían sido nombrados de esa forma; también adoraba ver las portadas con distintos diseños y fotos, sacarlos y meterlos de vuelta en sus envoltorios, aspirar el olor que tenían. Incluso aunque no los había escuchado todos, tenía sus favoritos entre ellos, pero cuando su papá lo mandaba a buscar el mejor, BaekHyun siempre regresaba con ese vinilo en sus manos.

Se le llenaron los ojos de lágrimas de sostener algo que había significado tanto para él en su infancia, algo que había pasado muchísimo tiempo sin recordar, pero que ahora lo sentía como si hubiera sido ayer. Lo hacía muy feliz tener en manos ese vinilo, aquello que lo había conectado con su padre: luego de que se lo llevara, ambos se sentaban juntos a escuchar. A veces, su mamá también se unía a ellos; apoyaba su cabeza en el regazo de su padre, y él le hacía trenzas en el cabello, o jugueteaba con sus hebras.

Esa era la imagen que BaekHyun tenía de su familia: a su papá, fanático de la música y el jazz, y a su mamá con el pelo rubio y largo como una princesa y los dedos llenos de pintura. Ambos mirándolo como si él fuera lo más valioso del mundo, como si ellos fueran capaces de dar la vida por él. Llevaba mucho tiempo sin estar en el extremo receptor de esa mirada, hasta que volvió y la vio en los ojos de su mamá, o incluso mejor, en los ojos de SeHun.

—Gracias —había susurrado BaekHyun, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo mucho que le encantaba aquel regalo—. De verdad no me esperaba esto, yo... gracias, mamá.

—No agradezcas. Lo encontré el otro día guardado entre las pertenencias de tu padre... no quise deshacerme de él. Pensé que te lo podría dar. Y como mañana va a ser tu fiesta de "no cumpleaños"... —Soltó una risita y se acercó a él para abrazarlo.

Where We Belong ✿ SeBaek/BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora