[Amistad Extraña | Draco Malfoy] || La Piedra Filosofal #1

Capítulo III

Me desperté en la mañana, más temprano que las demás. Ellas estaban durmiendo profundamente así que entré en el baño, me duché y cambié con la túnica de Hogwarts y salí a la sala común.

Habían algunas chicas pero eran sobre todo chicos, no me acerqué a nadie, ni siquiera a Gemma, y me senté en el mismo sofá de la noche anterior, el grupo de chicos con el que siempre estaba Draco estaban un poco más lejos de mí, pero Draco no estaba, ¿seguiría aún durmiendo?

Mis dudas se resolvieron cuando lo vi bajar, me saludó en la distancia con un corto movimiento de cabeza casi imperceptible y yo asentí en respuesta, se acercó a sus amigos y yo me quedé mirando a la ventana que daba con el lago negro. Una duda surgió en mi mente ¿y si me transformaba en un pez e iba al lago negro? Estaría fría el agua pero sería divertido.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando el grupo de chicos se acercó a mí.

—Hola, ¿qué tal has dormido? —Me preguntó Malfoy. Yo los miré a los tres, uno por uno, Crabbe era uno de los guardaespaldas de Malfoy igual que Goyle, ambos son muy gordos y siguen comiendo sin importarles nada. Y luego miré a Malfoy desde mi altura, él era bastante alto, sus ojos grises llenos de indiferencia mirándome de lleno, y su cabello rubio platino bien peinado. Era lindo, me gusta, pero los "sangre pura y alardeo de ello" no son mi estilo.

—Bien supongo, simplemente confundida... Yo no debería estar aquí sentada ahora mismo... Ni siquiera debería estar en las mazmorras, hace frío aquí.

—Ya hablamos de ello, ahora estás aquí y es mejor que busques tu sitio porque nadie va a venir a buscarte, aquí las cosas son de ese modo —me dijo.

—¿Qué nos toca ahora? —Pregunté, no había visto el horario aún, Draco me miró con cara de "yo tampoco vi el horario" así que me levanté con desgana fui a la habitación seguida por los ojos de varias personas y luego volví con mi mochila preparada para el día y el horario para que lo viésemos los cuatro juntos.

—Me incómoda que la gente me mire tanto —dije al llegar.

—Eres una Weasley, la gente no se esperaba que vinieras aquí, la gente te va a mirar por una larga temporada, es como si a mí me hubiesen puesto en Hufflepuff, imposible —me respondió Draco.

Sostuve el horario frente a nosotros y vimos lo que nos tocaba hoy. Mis nuevos "amigos" se pusieron en marcha a recoger sus cosas y yo vi a las chicas ya arregladas saliendo de la habitación.

Dánae se acercó a mí mientras esperaba a los chicos y cuando llegó mis otros amigos ya estaban volviendo a su sitio.

—Luego me vas a contar cosas, como por qué no nos despertaste por ejemplo y viniste directamente aquí —dijo con cara de pervertida.

—¡Joder, Dánae, tengo 11 años! —la miré molesta, sus insinuaciones me molestaban demasiado así que caminé un poco y me acerqué a Draco y sus amigotes mientras miraba atrás a Dánae quien seguía haciendo gestos obscenos.

Caminamos hasta la primera clase del día pero allí no pasó nada importante como en el resto de la semana. Pasó la semana completa y llegamos al viernes y por fin tuvimos la clase que más estaba esperando, pociones.

Caminamos hasta las mazmorras donde estaba el aula de pociones, yo junto a Draco por supuesto y Dánae con sus amigas Millicent y Pansy, no me gustaba estar aquí, me sentía fuera de lugar, pero tomé lo que dijo Draco y me quedé junto a él hasta que por lo menos encontrase algún amigo más que no fuera Dánae, ella ya estaba ocupada con sus amigas.

Al llegar a las mazmorras vi a Harry y sus nuevos amigos, mi hermano gemelo y Hermione. Me acerqué a ellos con el disgusto de Draco quien se quedó algo más lejos.