[Amistad Extraña | Draco Malfoy] || La Piedra Filosofal #1

Capítulo VIII

Me desperté unas horas después cuando escuché a Harry llamar a Ron apresuradamente, como si tuviese algo nuevo que mostrarle inmediatamente.

—Ven rápido, hay un espejo, en un aula en desuso, allí están mis padres —lo miré extrañada, todos saben que sus padres están... Muertos...

Aún así nos pusimos la capa invisible de su padre y estuvimos merodeando una hora buscando el aula y finalmente la encontramos, allí estaba el espejo que había dicho. Era un espejo más o menos un poco más alto que nosotros, Harry se acercó quitándose la capa sin pensar siquiera en que alguien podría venir.

—Mira ahí están —Ron se acercó saliendo de la capa, así que decidí doblarla y guardarla en mi pequeña mochila que había traído hasta aquí.

Ron se puso en el lugar de Harry porque no podía verlos, pero veía que tenía la copa de las casas y la copa de quidditch, y era el capitán del equipo de Gryffindor. Creo que ya sé lo que hace este espejo... Y no es bueno.

—¿Y tú? ¿Qué ves? —Me preguntó Ron. Me acerqué al espejo dudosa y miré la imagen.

Abrí los ojos como platos y solté la mochila de la sorpresa, ¿Qué hace Malfoy ahí...? ¿Es él mi "mayor deseo"...?

—¿Y? —Me preguntó Harry emocionado

—¡NADA! ¡No veo nada! —Grité intentando sacar esa imagen de mi mente. Cogí la capa e intenté convencerlos de que nos fuéramos, no quería pasar un minuto más fuera de la cama, estaba agotada. Pero ellos empezaron a pelear por mirar el espejo y escuché un ruido. Eché la capa sobre ellos y les cubrí la boca con ambas manos y ellos entendieron al ver a la señora Norris mirando hacia nosotros.

—Vámonos, puede haber ido a buscar a Filch, no sabemos si esta capa sirve para gatos —dije enfadada con ambos por ser tan tontos.

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—Harry, ¿quieres jugar al ajedrez? —Preguntó Ron

—No

—¿Visitamos a Hagrid?

—Ve tú...

—Harry, ni hablar, no vas a volver a ese espejo, estoy segura de que es algo malo y que finalmente te destruye por dentro, esta noche no deberías ir —le dije preocupada, ese espejo no tenía buena pinta.

Durante la noche escuché a Harry salir de la cama, como hasta ahora había hecho cada noche, luego de que cerrara la puerta me levanté y lo seguí. Me negaba a dejar a mi amigo solo en ésto. Cogí una bata y salí detrás de él y me escabullí como un ratón de color blanco. Este color no ayudaba mucho pero es lo que tenía si quería ser pequeña y rápida.

Lo seguí hasta el aula en desuso, hacía tanto ruido que era fácil seguirle la pista, me transformé otra vez y me acerqué entrando al aula. Vi a Harry que se quitaba la capa y la tiraba al suelo, estaba tan consumido por el espejo que ya no le importaba otra cosa. De repente oí una voz:

—¿Otra vez aquí, Harry? —me sobresalté un poco, pero como era Dumbledore salí de mi escondite y me acerqué a ellos.

—No lo había visto aquí señor...

—Es increíble lo miope que se vuelve uno cuando se es invisible.

Ellos hablaban tranquilamente y a mí el espejo no me gustaba, seguía viendo esa imagen, lo que yo más quería...