Cap 27

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-Bueno, últimamente te has convertido en una persona que me escucha, cosa que Justin no lo hace. Como un amigo –Sonreí un poco pero el sacudió la cabeza negando-.


-¿Nada especial? –Me miró repentinamente y se quitó los anteojos-.


-Claro… un amigo. Para mí es alguien especial. Pero, ¿Por qué la pregunta? –Sentí como arrugaba poco a poco mi frente y él sonrió dulcemente-.


-Curiosidad. Bueno pues todo está bien con Drew.


-¿Cómo recuerdas su nombre? Solo lo mencioné una vez y pensé no me habías…


-¿Escuchado? Claro que lo hice. Debiste ver tu rostro cuando te dije que era un varón. Debo de admitir que he dicho eso cientos de veces, pero ninguna mujer como tú _______ -Me miró detenidamente y se produjo un silencio incómodo-.


-Creo que ya es hora de irme, me dio mucho gusto volverlo a ver Doctor Adam –Me puse de pie y estiré mi mano para poder estrecharla e irme de ahí. Pero él no lo hizo, solo se puso de pie y rodeó el escritorio que nos separaba-.


-A mí también me dio mucho gusto _______ -Me tomó suavemente de los brazos- Espero que todo se arregle con Justin.


-Esperemos que sí –Zafé mis brazos despacio y me di la vuelta- Gracias por todo Adam. Te veo la próxima semana, cuídate –Él me acompañó hacia la puerta y cuando estuve fuera de la habitación no vi a Justin por ningún lado- Disculpe –Le toqué levemente el hombro a una enfermera que pasaba por ahí y ésta se volvió hacia mí- De casualidad no vio a un chico rubio y ojos de color miel, como de ésta estatura –Elevé mi mano unos 20 centímetros por encima de mí y ella pensó un poco-.


-¿Llevaba un suéter negro? –Preguntó-.


-Sí, ¿lo ha visto? –Adam seguía a mis espaldas y ella asintió rápidamente-.


-Una mujer preguntó por él en recepción. Al chico lo vi salir del edificio hace una hora –Había quedado completamente muda. ¿Se había ido y no me avisó? ¿Y con una mujer? Vaya, que gran hombre tenía a mi lado, tal vez la mujer sería la de la llamada… ¡Diablos!-.


-Muchas gracias señorita –Bajé mi vista y ella solo se fue. ¿Justin? Tal vez la enfermera se había equivocado. A lo mejor fue otro sujeto que tenía las mismas descripciones que yo le di. ¿Era o no era?-.


-_______... –Al escuchar la voz de Adam pronunciar mi nombre, rápidamente bloquee mi mente y todos mis sentidos por completo. Era increíble, podría en éstos momentos buscarlo por cada rincón de éste edificio si era posible hacerlo. Pero ella era la que lo vio con sus propios ojos, bueno, no dijo eso exactamente pero tenía credibilidad. Tan solo te pido que no desconfíes de mí. ¿Cómo no desconfiar sabiendo que tal vez me está engañando? Esto estaba matándome, todo estaba mal. Traté de tragar todo mi sentimiento a llorar. No quería hacerlo, no debía- Si quieres puedo llevarte a tu casa –Escuché la voz de Adam decir a mis espaldas-.


-Eres muy amable Adam, pero no –Por una parte estaba agradecida, me llevaría a mi casa, pero por otra… no sabía ni siquiera la dirección. Sería tan tonto si él preguntara dónde quedaba mi hogar y yo solo dijera: no lo sé-.


-Insisto, pronosticaron lluvia para hoy y los siguientes días, y ¿no querrás enfermarte cierto? –Me volví hacia él y sonreí un poco. Aceptaría, ¿qué más daba no saber la dirección? Al parecer me importaba poco-.


-De acuerdo, acepto tu propuesta, pero… ¿No tienes que trabajar?


-No, claro que no, ya terminó mi turno, no te preocupes. Vamos.


Mientras recorríamos un gran tramo del edificio hacia su auto, miraba detenidamente el
camino, tal vez esperaba en el living o en el aparcamiento. Tan solo eso esperaba aunque fueran falsas esperanzas. Me introducí en el auto de Adam y él lo hizo también. Estiró su mano hacia su reproductor de música y lo encendió, seleccionó algunas canciones y las reprodujo a un buen volumen.


-No sé cómo puedes vivir con él, _______ -Dijo Adam-.


-Yo sí sé. No es tan malo como parece –Me encogí de hombros- O al menos yo no lo veo así –No quería hablar de eso ahora solo pretendía tener una buena conversación y eso todo-.


-De acuerdo, veo que no quieres hablar de eso. Hablemos de otra cosa, ¿cuál es tu helado favorito? -¿Helado?-.


-¿Qué es eso? –Helado, helado, helado… Oh! Sabía lo que era un helado. Lo miré y sentí como la sangre se acumulaba frenéticamente en mis mejillas. Él lo notó y soltó una risita-.


-Que graciosa eres, enserio. Bueno, mejor... ¿Te importaría si te invito un café? Si no quieres solo dilo, pero me apetece uno. ¿Qué dices? Yo invito –Sonrió dulcemente y acepté-.

Embarazada de un Angel -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora