Cap 35

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Sentí que una pequeña y alarmante vocecita decía en mi mente que saliera de allí, pero no le di mucha importancia. Cuando volví mi mirada del lindo lugar a la mirada siniestra de Carlos, algo muy fuerte me golpeó la cabeza y pronto aparecieron miles de manchas negras en mi vista.

Había quedado inconsciente.


-¿Tienes el obsequio?


-Solo conseguí esto y…


-¡CON UN DEMONIO! ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE HAGAS LAS MALDITAS COSAS BIEN?! ¡ERES UN BUENO PARA NADA ESTEBAN! ¡ESTÚ/PIDO!


-Basta Christian, deja de gritar o llamarás la atención de los vecinos… ¿ya está despierta?


-No, aún no. Pero se llevará una linda sorpresa… ¿no crees?


-La golpeaste demasiado fuerte.


-No fui yo quien lo hizo. Fue Adam.


-Pero tú lo incitaste… pobre Adam, en éstos momentos se está lamentando, no sabes cómo está…


-Ya basta de cursilerías Carlos, me importa un comino lo que haga Adam. Despierta a ésta imbé/cil pronto, dale algo de comer y dile que papá Noel trajo un regalo para ella.


Había un mar de voces alrededor y una gran parte de mi vientre ardía y dolía mucho. Mi cabeza dolía también y pareciera como si las cienes quisiesen martillar por completo hasta perforar mi cráneo. Mis párpados pesaban y no querían abrirse en lo absoluto. Unas manos tocaban mi rostro constantemente y lo acariciaban también. Escuchaba un débil sollozo y lo primero que pensé en hacer, fue tratar de saber lo que estaba pasando.

Decidí no alarmarme mucho y estar tranquila.

Me sentía muy extraña, pero no sabía porque.


-¿No es una mujer hermosa? –Decía, a lo que a mi concierne, era la voz de Christian- Será mejor que abras ya tus ojitos princesita, o si no, no verás tu lindo regalito –Su tono de voz me helaba la piel y hacía que se erizara-.


Parpadeé un par de veces y me concentré en la voz que hostigaba cada vez más. Pronto, me di cuenta que estaba encima de una camilla, y que en ella estaban atadas mis manos y pies- ¿Qué hago aquí? –Fue lo primero que se me ocurrió preguntar-.


-Hoy es un día especial, _______. Sé que eso no resuelve tu pregunta, hermosa, pero tienes que saber que quise ser el primero en regalarte algo éste día. Algo muy personal –No alcanzaba a visualizar casi nada. Unas enormes luces me iluminaban por completo y decidí cerrar mis ojos de nuevo. Escuché sus pasos volver hacia donde me encontraba yo. Entre cerré los ojos y de pronto no podía creer lo que estaba viendo-.

En un enorme tarrón transparente, estaba un pequeño ser. Envuelto en un líquido semitransparente. Lo curioso fue que en su espalda, tenía unas pequeñas alitas, de las cuales resplandecía su color blanquecino. No pensé en más y miré mi vientre… no había rastro de haber tenido a un bebé en él. Volví a mirar el tarrón y éste tenía una pequeña cinta la cual tenía algo escrito: “¡Feliz Navidad, mami!”.


-¿No es hermoso? –Preguntó Christian mirando el tarrón detenidamente-.


-¿Cómo pudiste? –Las palabras salieron muy a penas. Las lágrimas no se hicieron esperar y yo estaba completamente destrozada-.


-Muy fácil, mi querido doctorcito ayudo en gran parte. Por cierto –Dijo volviendo su cabeza hacia atrás- Hiciste un buen trabajo Adam. Drew salió completito –Éste rió tontamente y después me miró. Ya no soportaría algo más-.


-¡Eres un descarado!


-¡Un descarado, maldito, estú/pido, malnacido!… ¡Lo que quieras! Ahora estoy satisfecho… mejor dicho, aún falta algo… -Se acercó a mi oído y lo lamió asquerosamente- ¿Recuerdas que te dije que te daría el placer de hacerte mía?

Embarazada de un Angel -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora