｡*ﾟ+ En Espera.｡*♡•° || NoRay ||•°Yaøî,•° Omegaverse.•°Norman x Ray.°•

† No. I †

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Si la terapia de pareja continúa tal vez la mujer que espera en silencio tendrá que beber un par de tequilas.

Las discusiones de parejas son tan normales, pero por alguna razón el par que estaba frente a ella la volvían loca.

— Por tercera vez, ¿Podrían calmarse? — Insistió la psicóloga, cansada y con muchas ganas de echarlos de su consultorio.

— ¡No! ¿Cómo es qué puedo tolerar este rechazó? — Exclamó el hombre de ojos azules; el mismo que había estado más alterado en los últimos minutos.

— ¡Por favor, no hubo ningún rechazó! — Replicó el azabache que por su mismo ego no permitía darle la razón al contrario.

— ¡No soy ningún idiota, Ray!

— Claro que lo eres. El hecho de que tengamos que venir aquí lo demuestra. — Señaló con enfado.

— Bien, en ese caso pasemos directo al divorcio. — Demandó el albino, sin embargo no se escuchó convencido.

— Pff. — Bufó con una sonrisa. — Entonces vamos de una vez.

El pelinegro hizo el ademán de levantarse, pero el hombre a su lado le tomo del hombro y le hizo volver a su lugar.

— No estoy jugando, Ray.

— Yo tampoco.

Ambos se miraron con desprecio, pero sólo era una fachada. La psicóloga sabía muy bien que ambos se amaban y por esa misma razón estaban ahí.

— Bien, bien, guarden silencio por un momento. — Habló la psicóloga para tranquilizar al par.— Por favor, ¿Me podrían decir cuál es el problema?

— No diría que es un problema- — Hablo el azabache, pero fue interrumpido por el ojiazul.

— El problema es que mi querido esposo usa demasiado la bufanda que le regaló mi suegra. — Dijo con un tono tan serio que evito que la mujer soltará una carcajada por lo estúpido que se escuchaba.

— ¿Y ese es el problema? — Cuestionó con una ceja arqueada.

— Si, ¿Puede creerlo? — Ray se burló mientras cubría su rostro por la vergüenza ajena.

— El problema no es que la uses, sino que cubres tu marca cada que sales. — Explicaba enfadado por la falta de interés de Ray. — Eres mi Omega, deberías mostrar con orgullo la marca de tu Alfa.

— Llevó un anillo en el maldito dedo, — Replicó mientras le mostraba su dedo anular con el llamativo anillo dorado. — Lo muestro cada que alguien se acerca, además de que me presento como Ray Minerva.

— No es suficiente, las personas deben ver la marca en tu cuello.

— Está bien, está bien, pero dejaré el anillo en casa y me presentaré con Ray Grace. — Con desgana se quitó la bufanda que llevaba en el cuello.

La psicóloga parpadeó asombrada al ver la notaría marca del Omega.

Todos saben que los omegas presumen su marca como símbolo de emparejamiento, pero ver una como la que llevaba Ray significaba que el alfa es demasiado celoso como para permitir que alguien se acerque a su cónyuge.

Seguramente esa era la razón por la que el Omega cubría su cuello cada que salía.

— ¿Feliz? — Reclamó mientras se quitaba el anillo del dedo.