capítulo 1

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Einar y el resto, aguantaban como podían las pequeñas torturas que les hacían día sí y día también. Sentían que les fallaban las fuerzas, se defendían como podían, y cada vez que lo hacían, se llevaban una nueva paliza por ello.

Einar se encontraba tumbado en una mesa de madera y empezó a observar a su alrededor para ver cómo podría salir de allí. Estaba todo prácticamente oscuro y había humedad por todos lados. Escuchó el ruidito de una rata pasar por su lado y la miró de reojo, ya que tenía los brazos y piernas atadas de extremo a extremo con cadenas de hierro.
Quedaba pensativo, intentando averiguar cómo escaparían de allí, pero estaban tan débiles, estaba siendo imposible concentrarse incluso, les dolía cada poro de la piel, cada músculo, cada hueso, incluso cuando querían hablar entre ellos, parecía que les costara pronunciar apenas una simple palabra. Los tenían casi sin comer ni beber, en esas cuatro semanas, incluso llegaron a intentar comunicarse con Liv, siendo imposible. No entendían que ocurría, ¿ Estaría mal? ¿ Ha caso estaba en problemas ? ¿ Cómo la ayudaban si era así?
Era en lo único que podían pensar todos y cada uno de ellos, incluso los hombres de su tío Ubbe, que habían empezado a cogerle aprecio a la sobrina de su líder y al verlos a ellos nerviosos, aterrados por lo que le podría estar pasando y sobretodo por sentirse tan hechos polvo, que al final parecía que les contagiaban el mismo estado. Aunque ellos no estaban tan mal, los hombres de Liv, llegaron a comprender que era por ella que estaban peor que los gigantes. Estaba claro que ella estaba débil, que no se estaba recuperando, y no entendían porqué.

Escuchó la puerta abrirse y como entraba el cura, el tío de Liv, ese maldito cristiano que andaba lentamente hasta él. — te has despertado, bien — apoyó los puños encima de la mesa — dime ahora dónde está

Soltaba aire nasalmente
— ¿ Quién ? — se hizo el loco.

— ya sabes quién — fue hacia otra mesa y cogió una herramienta que Einar a penas podía visualizar bien — llegará el momento de mi pérdida de paciencia, y entonces — le mostró los alicates — será peor para ti.

Asentía levemente — ¿ Es para mis dedos?

Hizo un aspaviento con los labios — puede — sonrió — depende de ti.

Chasqueó la lengua y miró hacia otro lado — vale

El cura no llegaba a comprender a esos Vikingos, a ese clan en concreto que era de su sobrina. Parecían desconectar con cada paliza y tortura, luego, aunque estuvieran para el arrastre, volvían a estar normal, como siempre, como si no les hubieran torturado.

— sois diferentes al resto . Es cierto que todos se defendían, pero vosotros tenéis algo, distinto — se sentó en un taburete cerca de su rostro — ¿ Por qué sois diferentes?

Einar elevaba su ceja, incrédulo por la pregunta — no se

Ladeó la cabeza y se quedó mirando de nuevo el mechón más rubio que le colgaba al lado de una ramita en el pelo. La cogió y notó como se tensaba. — se parece mucho a los cabellos de ella, he notado que todos lleváis uno totalmente igual.

— no lo toques — dijo entre dientes mientras lo miraba a los ojos y apartaba como podía la cabeza para soltar de su mano el mechón de Liv — no tienes honor para tocarlo.

Ladeó la cabeza hacia otro lado
— ¿ Honor? ¿ Por un mechón de pelo?

— vale mucho más de lo que tu corta y estúpida mente podría entender. Jamás lo comprenderías

Lo observaba curioso, todos tenían una reacción parecida. En realidad, el resto de hombres, solían ponerse histéricos cuando se lo hacía a ellos, algunos eso sí, reaccionaban como él, algo más calmados pero con la misma rabia, la misma impotencia, el mismo dolor y la misma sed de venganza solo por tocar ese mechón de pelo.

LA ERA VIKINGA ( tercera temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora