capítulo 16

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Las olas chocaban con fuerza en los bajos de los barcos haciendo que entrara el agua dentro de ellos sin piedad, mojando y haciendo pasar frío a todos los navegantes, Liv, seguía colocada a la proa sin dejar de observar a su entorno y en silencio mientras escuchaba a sus hombres tirar del barco. Cada vez estaban más cerca, quedarían horas para llegar a tierra, se habían pasado más de cuatro días en la mar, eso ayudó a que se recuperaran un poco más sus nuevos hombres, le vendría bien de cara a la entrada del castillo, aún tenía la mosca tras la oreja al pensar en cómo narices iba a entrar en el sin ser vista, y cómo lo haría con sus cachorros.
Tyra pareció saber en lo que pensaba, se colocaba a su lado y se sentaba con calma mientras que ella le acariciaba la cabeza sin tener la necesidad de ojearla, sabiendo exactamente en qué lado estaba.
Sabía que con la ayuda de Sir, todo sería más fácil y que el ritual que hicieron días antes, era lo que la llevaría al éxito cuando rescatara a los suyos.

Ya tenía ganas de llegar, se le estaban haciendo eternos los días, las horas parecían no pasar y la acumulación de estrés iba creciendo más y más en su interior. Notaba su corazón latir con extrema rapidez, no le daba descanso ni tregua, intentaba calmarse, pero era prácticamente imposible, era lógico estar en ese estado, se enfrentaba a vete tú a saber a cuantos hombres.
¿ cuántos estarían en ese castillo?
¿ serían los mismos que esa vez?
¿ más?
¿ menos?
La intercidumbre no la dejaba pensar del todo con claridad, lo intentaba como podía, pero el miedo era más grande que el saber que ganaría, o por lo menos podría llevarse a sus hombres, ojalá fuera la última batalla, pero no sería así, y estaba claro que su tío el cura, no tendría a todo su ejército con él.
Eran demasiados, muchos más de lo que nunca podrían haber visto sus ojos, además, que les daba todo igual, mucho mas que a ellos mismos y ese era el gran problema, sus entrenamientos eran sin honor, aunque dijeran que luchaban por su Dios.

— estamos llegando — le decía su tío Ubbe colocándose a su lado.

Volvía a la realidad, alejando todas esas preguntas de su cabeza al escucharlo hablar.

— si

Apretó la mandíbula — me han dicho que vas a entrar sola

— no voy a arriesgar a ninguno de mis hombres de aquí

— no vas a poder hacerlo sola

— yo ya sé lo que tengo que hacer

La cogió del antebrazo haciendo que girara la cabeza para verle.

— si, pero no estás sola en esta lucha, tienes a tus hombres, a los míos y a mí.

Sonrió — ya lo sé tío, pero no será una batalla, y no quiero que nadie muera, hasta ahora, solo he perdido a uno y no voy a perder ninguno más — cogió aire — por lo menos esta vez — terminó la frase soltando el aire de entre sus pulmones con pesadez.

— sé que lo de Balder te dejó mal, pero debes ser coherente, no puedes arriesgarte de esa manera.

— soy consciente de la gravedad que conlleva ir sola, pero tengo a Sir, además, iré con ellos — bajó la mirada a Tyra que empezó a mover su cola.

— ellos no portan espada

— pero si dientes

— no es suficiente

— ya me has visto luchar

— si, te quedas como en trance, pero ellos son más, no sabemos cuántos habrán, pero está claro que menos de mil, no.

— bueno, mil menos de los que preocuparnos cuando llegue el momento. Pero, una cosa si que puedes hacer.

Ladeó la cabeza — ¿ cuál?

LA ERA VIKINGA ( tercera temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora