Capítulo 2

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Era el día de la segunda parte de las audiciones televisadas para Masterchef, Romina esta vez sí estaba nerviosa, no sabía qué iba a cocinar ni cómo lo iba a presentar.

Llegó temprano al estudio en donde se graba el programa, se vistió con un vestido negro arriba de la rodilla, unas medias negras con unas grecas y unos botines negros, se había recogido el cabello en una colita despeinada, y a pesar de que lucía espectacular se sentía bastante nerviosa.

Fabiola fue la encargada de anunciarles que entrarían 5 a cocinas y ella estaba en ese grupo, el penúltimo, además de que ya sólo quedaban 2 delantales por entregar.

Romina se dispuso a entrar y cocinar una rica sopa de pollo, la cual le enseñó a hacer su madre cuando vivieron en México. Una vez dentro se colocó su delantal azul y comenzó a cocinar, poco rato después les dijeron que tenían 5 minutos y que cada uno pasaría en individual a presentar su plato.

Entró a otro pequeño estudio, la ausencia de luz la desconcertó un poco pero se dirigió a una barra con una pequeña estufa, a unos 8 metros de distancia estaban los tres jueces sentados, Romina evitó verlos a los ojos, prefería seguir cocinando.

—Vaya, eres al chica del delantal de la tardis— dijo Jordi animadamente

—¿Te gusta Doctor Who?— preguntó Romina sin dejar de prestar atención a su plato –Por cierto, mi nombre es Romina— le aclaró

—No me gusta pero lo investigue ese día de las audiciones. Por cierto, bonito nombre — respondió el juez sin quitar la vista de lo que hacía la chica 

—¿Qué nos vas a preparar?— preguntó Pepe

—Sopa de pollo—

—¿No crees que es un platillo sencillo para un programa como éste?— cuestionó Samantha algo seria

—No lo es, les aseguro que no han probado uno igual—aseguró

— ¿De dónde eres?— preguntó Jordi

—Nací en México, pero ya tengo bastantes años viviendo aquí— dijo ella agregando algo de cilantro y chiles a su guiso

—¡Hey! Sin tanto picante, sino no vamos a  poder comer— interrumpió Pepe

—Podrán comerlo— rio

—¿Qué haces en España?— continuó Jordi

—Vine a trabajar como decoradora de interiores— respondió ella

—¿No podías hacer eso en México?— preguntó él

—Podría, lo cierto es que allá ya no tenía nada que hacer— dijo ella un poco triste

—¿Por qué?— intervino Samantha y Jordi lo agradeció, no quería verse como un entrometido

—Bueno, los estudios no me fueron tan bien que digamos. Encontré el trabajo de decoradora de puro milagro, al mismo tiempo yo tenía un novio que me engañó con mi mejor amiga— dijo picando un poco de cebolla para decorar el plato –Mis amigos, la mayoría, tomaron partido por ellos dos— dijo ella sirviendo el caldo en un plato hondo –Luego comenzaron a  inventar chismes, que me gustaría omitir y mi familia me envió para acá, apenas tenía 17 años, o sea que eso paso hace unos 8 años— dijo ella sin quitarle atención a su platillo

—¿Desde entonces estás sola en España?— preguntó Pepe

—Así es, llevo 8 años por mi cuenta aquí. Cuando tengo oportunidad mando dinero a mi familia en México— dijo ella colocando el plato enfrente y limpiándose las manos –Ya está— anunció

El primero el levantarse  fue Pepe, probó el platillo una vez, luego otra vez, luego otra vez, se encamino a su lugar pero a mitad del camino regreso por otra cucharada, Romina rio. Luego Jordi, caminó rápido hacia donde estaba ella, probó una cucharada mientras la veía fijamente a los ojos, Romina agacho un poco la mirada, no aguantaba que la vieran así, colocó la cuchara a un lado y continuo clavándo la mirada en ella, Romina se puso sería, Jordi se dio la media vuelta para dar paso a  Samantha, ella lo probó y se fue.

—No hay necesidad de que regreses a México, aquí puedes convertirte en una gran chef, así que por mí eres bienvenida a Masterchef— dijo Pepe entusiasmado

—No tengo objeción, fue un platillo muy rico. Pero estando aquí tendrás que hacer platos más sofisticados— dijo Samantha— Bienvenida a Masterchef

—Pepe me robó las palabras— rieron ambos jueces— pero si en México no eras feliz, aquí si lo serás. Tienes mucho futuro con nosotros y nada me haría más feliz que ayudar en tu formación. Así que quítate ese delantal y ponte este, te vea más— dijo Jordi extendiendo un delantal blanco que simbolizaba su entrada al programa

Romina lo tomó y se lo colocó encima, lloró de la emoción al abrazar a cada uno de los jueces, incluso sintió que había permanecido más tiempo en brazos del joven juez que de los otros dos, de no haber sido por la chica que los interrumpió quizás nunca hubiera soltado a Jordi.

—¡Corte!— grito Fabiola y otro chico con audífonos se molestó con ella

—Gritar “corte” es mi trabajo— dijo él enojado

—Sí, parecía que nunca lo harías— le reprochó

—¿Todo bien?— preguntó Samantha

—Sí. Pero es hora de que la chica…—

—Romina— interrumpió Jordi que aun sostenía por la cintura a la chica

—…Romina, salga por la puerta. Ya saben grabar que quedó seleccionada y esas cosas— dijo Fabiola, Romina asintió

—Felicidades de nuevo— dijo Jordi depositando un beso en la mejilla de la chica, ella se sonrojo y Fabiola no pudo más que desviar la mirada en dirección a Samantha. Una vez que grabaron lo que faltaba le indicaron que en una semana comenzarían las grabaciones formales del programa y que tendría que mudarse por tres meses (o menos si la eliminaban antes) a la casa Masterchef, un lugar donde estarían ese tiempo recibiendo clases y conviviendo entre los participantes.

Una vez que terminó su trabajo Fabiola se dirigió al camerino de Eva y Samantha

—Lo hicieron muy bien chicas— dijo Fabiola  abriendo la puerta del camerino

—¡Gracias!— dijo Samantha acercándose a ella –Tú también estuviste genial—le dijo pasando un brazo por sus hombros

—Es mi trabajo. Oye, ¿Viste cómo trataba Jordi a esa chica?— preguntó la Fabiola a la juez

—Pues… lo normal, así es con todas—

—No es verdad, lo vi con otras chicas y no les habló como a ella,  ni siquiera les preguntó tanto por su vida, sólo les cuestionaba sobre el platillo— afirmó la chica

—No creo que debas preocuparte. Además no fuiste tú la que dijo que ya ibas a “pintar tu raya con Jordi”— dijo Samantha haciendo comillas con los dedos

—Sólo cuido los intereses del programa—  se defendió la chica y la conductora no pudo más que poner los ojos en blanco en señal de fastidio –Además hoy tengo una cita con un ex compañero de la universidad—

—Entonces cuéntamelo todo— dijo Samantha, ambas se sentaron a platicar en el camerino de ella sobre la cita de Fabiola, sin embargo la asistente de producción no podía dejar de pensar en Jordi y su extraño comportamiento que tuvo con la aspirante a chef

¡Sí, Chef!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora