Capítulo 3

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A la mañana siguiente, El joven rey, quien apenas pudo dormir, debido al nerviosismo de su lobo

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A la mañana siguiente, El joven rey, quien apenas pudo dormir, debido al nerviosismo de su lobo. Salió de su alcoba sin ánimos de hacer mucho. Por primera vez en mucho tiempo, volvería a sentarse en su gran sillón real, y  todo por uno de los caprichos de su lobo, quien en un estado de desesperación mando a reunir a todo beta u omega poseedor de ojos jades.

Entre más caminaba por los amplios pasillos de su segundo palacio, el cual no pensaba abandonar, al menos, no hasta encontrar a su pareja, más veía como criadas y guardias lo observaban con asombro al verlo dirigirse a la sala del trono. Por suerte, su amigo Kirishima se le cruzó antes de que les chillara algo a los impertinentes que le observaban demasiado.

-¡Bakugo!¿Ya te encuentras mejor?- Su amigo aún se hallaba preocupado pro su actuación de ayer. Por no decir que hasta el mismo se sorprendía por sus acciones. Nunca se comportó así, ni aun cuando pasó su primer celo.

-No te preocupes por mí, solo cumple la orden que os mande. Espero encontrar a la persona que busco si no, mandaré a castigar a los guardias por fallarme.- Katsuki hablaba bajo las órdenes de su lobo. Impulsivo, y sin necesidad de escuchar a nadie.

-Tranquilo amigo, en cuanto pases ahí empezaras a recibir a toda la gente que demandaste.- Kirishima estaba muy seguro que los guardias habían cumplido, portando a todo poseedor de ojos verdes a palacio. 

-Eso espero.- Katsuki iba en serio con sus amenazas, por mucho que le hubieran enseñado etiqueta y a mostrar respeto hacía sus súbditos, su lobo no lo atendió y la parte racional siendo impulsiva, no iba a quedarse atrás, era el rey, y lo que él decía era la misma ley, no podían fallarle.

El joven Bakugo junto a su amigo el pelirrojo entraron en la sala dejando a Kirishima de pie en el borde del recinto real y a Katsuki sentado en su trono de la peor manera posible. Situado con una de sus piernas elevadas y una mano recostando se cabeza tal pueblerino en su habitado, solo que este era el rey jugando en la vida real con su soberanía.

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Después de que la última mujer beta saliera por la puerta Katsuki entró en cólera.

-¿Qué mierda han hecho estos estúpidos? ¡se muestran ante mí con doscientas tres personas y solo setenta y tres de ellas portaban los ojos verdes! ¿Ahora me dirás que no os sabéis los malditos colores?- El general de la guardia real, Keigo Takami, o más conocido en su oficio cómo hawks, se encontraba arrodillado frente a su alteza. Mientras se disculpaba por su falla.

-Lo sentimos mucho su majestad, le aseguramos que volveremos a buscar y encontraremos a la persona que busca.- El general se disculpaba, más el cenizo no parecía querer aceptar las disculpas por su falla, le habían  fallado, inquietando  a su lobo en el camino quien se encontraba clamando por su luna.

-¡Mas os vale encontrarlo!¡Ahora mismo estaríais entre rejas por haberme fallado!¡Daros prisa y portar a esa persona ante mí! ¡tenéis hasta que la próxima luna se muestre!- El lobo no era paciente, y como no lo encontraran en poco tiempo, el mismo acabaría buscándolo, y no era muy bien visto ver al rey divagando, perdido, y poseído por su lobo entre las calles.

EL OMEGA DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora