Moon - Jasper Hale.

12

New Vampires
[…]

[…]

La pareja de inmortales paró frente a uno de los muelles. Los ojos azules de Khaled se pasearon por el paisaje.

—Esa tranquilidad es inusual. —mencionó el híbrido.

—Entonces vamos.

Ambos bajaron del vehículo, se miraron entre sí, y luego comenzaron a moverse por el enorme lugar de forma cautelosa.
Cinco latidos diferentes se escucharon a lo lejos. Y luego un par de risas también alcanzaron sus oídos.
Comenzaron a recorrer el lugar evitando el lugar de donde provenían aquellas risas.

—Es una fábrica... —Carlota murmuró mientras observaba maquinaria abandonada.

—Vamos a movernos más cerca. —indicó el híbrido.

Ambos se desplazaron rápidamente hasta un par de pasillos, siguiendo a sus sentidos terminaron espiando con cautela a tres vampiros de ojos rojos.
Habían cinco personas, tres eran jóvenes de al menos veinte años y dos mujeres de unos treinta años.
Carlota y Khaled se miraron entre sí volviendo la mirada a los vampiros.

Eran tres, uno de cabellos negros, uno de piel morena y una pequeña adolescente que se mantenía erguida en su lugar, con la mirada temerosa.

—Vamos Bree, aliméntate primero —uno de los vampiros sonrió amablemente.

Observaron a la muy joven vampira soltar un quejido mientras tocaba su garganta, luego, los ojos se le pusieron negros, y finalmente se abalanzó contra una de las mujeres, alimentándose desesperadamente.
Los demás humanos gritaron, y trataron de correr. En seguida los neófitos atraparon a los humanos, dejándolos sin gota de sangre alguna.

Carlota miró a Khaled, el híbrido pudo percibir claramente el olor de la sangre humana, sus ojos se pusieron negros. El rubio se relamió los labios, y en un impulso un par de ruidos interrumpieron a los neófitos. Carlota se dio una palmada en la frente, rodó los ojos y amenazó con salir junto a Khaled.
Los neófitos terminaron frente a la pareja de inmortales.

—Ustedes...

Carlota dio un paso al frente.

—¿Quiénes son ustedes? —uno de los votos preguntó.

—Esa es la misma pregunta que me gustaría hacerles —Khaled se adelantó.

—Diego... —la pequeña vampira adolescente le llamó al de cabellos negros—.

Carlota había podido ver el miedo en la mirada de la más joven, como si la hubieran condenado a ser aquél monstruo en el que se había convertido.

—¿Ustedes son quienes están liderando este ejército? —Carlota preguntó.

—¿Qué saben exactamente? —el de piel morena preguntó con cautela.