Capítulo VIII

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Por siempre y para siempre.

La mañana de la boda finalmente había llegado para el pesar de Kyungsoo. La princesa Son Seung-wan arribó al palacio junto a los superiores de aquella nación aliada para reunirse con su padre y llevar a cabo la boda por la tarde. Kyungsoo, por su lado, parecía un cadáver andante. Su rostro estaba sombrío como nunca antes y había perdido el brillo total de sus ojos. Las damas de la corte habían aparecido para prepararlo por orden de su madre, a lo cual no pudo objetar. 

Intentó persuadir a las sirvientas para que le brindaran información acerca de JongIn, donde y cómo estaba, pero parecían estar bien entrenadas por lo cual no le dijeron absolutamente nada. El príncipe no sabía qué hacer. En un impulso apartó las manos de las sirvientas y a medio vestir corrió hacia a la puerta para ir a buscar respuestas por sí solo. Sin embargo, le fue imposible. Los guardias con rapidez se interpusieron en su camino haciéndolo molestar aun más.

—¡Díganme donde está el escudero Kim! —gritó a los que custodiaban la puerta.

— ¿Para qué quieres saber? —Entró la Reina de repente, posicionándose frente a él—. ¿Qué no tuviste suficiente con que te haya querido llevar lejos de tu deber?

—Dime donde está —exigió el príncipe, desafiante.

La reina, sin perder ni una pizca de su elegancia, se sentó en la sala con una tranquilidad que exasperaba a Kyungsoo.

— No lo sé. En este momento quizás esté siendo torturado para confesar sus crímenes. 

Soo palideció y su pecho sintió una punzada de dolor.

— No... ¡¿por qué le están haciendo eso?! ¿Por qué no le dan la oportunidad de explicar qué fue lo que pasó? 

—¿Qué es exactamente lo que tiene que explicar? ¿Por qué no lo explicas tú, querido Soo? —cuestionó una alzando una ceja.

Suspiró resignado y decidió confesar—. Yo ideé el plan. Yo quise escapar. Y eso es porque... 

—Porque... no quieres ser el sucesor —completó su madre. 

Kyungsoo quedó con la frase "porque amo a JongIn" estancada en su garganta.  Mordió su lengua y se tragó su orgullo, asintiendo finalmente.

Yeon Hwa hizo un ademán levantándose de su asiento para colocar sus manos en los hombros de su primogénito, con una mirada de falsa comprensión.

— Lo sucedido no puede ser revelado, ese simple guerrero debe pagar las consecuencias. Quizás así aprendas la importancia de tu responsabilidad, Soo —palmeó su mejilla y le sonrió con cinismo—. Ahora, tienes una boda a la cual presentarte. 

Y se retiró con la misma elegancia con la que entró. Kyungsoo se desplomó en el suelo siendo auxiliado rápidamente por sus servidoras, sintiéndose en una jaula que cada vez se hacía más pequeña y le robaba todas sus fuerzas.

—Jongin... perdóname. 

***

A Jongin lo habían dejado tirado en la celda después de haber sido torturado. Su ropa que anteriormente era blanca, ahora se tornaba carmesí por las manchas de su sangre. Su cabello largo había sido cortado como castigo por perder su "virilidad" y sus uñas tanto de manos y pies habían sido arrancadas. Tenía moretones por todo su cuerpo al igual que su rostro; su labio sangraba, su nariz estaba rota y apenas podía respirar. Sentía como el dolor recorría todo su cuerpo, aunque era algo llevadero para él, pues gracias a las guerras había estado acostumbrado al dolor toda su vida. 

¿Morirías Por Mi? - KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora