El nuevo Inquilino.
El palacio de Goryeo, un lugar donde era difícil entrar, pero aún más difícil salir. La vida para los nobles se había vuelto complicada desde el nuevo reinado, pues este era el primer Rey que le daba prioridad a los plebeyos provocando descontentos en la nobleza, pero no podían oponerse al Majestad, porque quienes lo hacían eran directamente ejecutados por traición. El Rey ante el pueblo era un héroe, pero era seguro que sería catalogado en la historia como alguien sanguinario por tales métodos. Y la carga de ser el sucesor de ese Rey era tan pesada que Do KyungSoo no lo soportaba, era un joven de apenas veinte años. Su madre, la Reina Yeon Hwa constantemente lo presionaba para ser perfecto y poder convertirse en un buen Rey cuando su padre falleciera. Era algo a lo que no podía renunciar con facilidad. Se sentía atrapado en un palacio tan grande, y podía estar rodeado de riquezas, pero era pobre de algo muy importante: el amor. Sus padres sólo lo veían como un sucesor, como un Príncipe, nunca como un hijo.
KyungSoo era infeliz desde hacía mucho tiempo. Así que, desde pequeño, adoptó la costumbre de huir del castillo y encontró, por fin, un lugar donde estar solo y en sana paz. El príncipe en secreto tenía el talento para la música y componía letras y melodías. Cantaba para las aves, los árboles y para sí mismo. Era la única forma de sobrellevar las cosas.
Sin embargo, esto se vio interrumpido con la aparición de ese chico guerrero, Kim JongIn... Por primera vez en toda su vida, alguien lo había escuchado cantar. Y peor aún, llorar. Se sintió apenado y humillado, pero por alguna razón, también con una ligera sensación agradable en el pecho por los comentarios del muchacho. Aún así había irrumpido en el sitio sagrado del príncipe y no se lo perdonaría. Su orgullo le decía que no podría volver allí, pero algo dentro de sí quería seguir yendo y ver de nuevo al joven moreno, aunque nunca lo admitiría.
Disipó sus pensamientos al momento en que las puertas de su habitación se abrieron dejando a entrar a la Reina, su madre, en un elegante hanbok rojizo y su cabello tejido en un extravagante peinado, adornado de horquillas de oro y demás accesorios que él consideraba innecesarios.
— Príncipe Heredero, tienes una reunión con el Rey. Por favor, alístate cuanto antes para no hacer esperar al Majestad.
—De acuerdo, Reina —Hizo una reverencia esperando a que esta se fuera, y cuando alzó la cabeza su madre ya se había retirado. Ni siquiera un buenos días le había dado.
Lo normal —pensó. Hizo caso omiso y decidió obedecer a la orden.
Habían varias damas de la corte y guardias por los pasillos del palacio como de costumbre, cada uno que pasaba por su lado se detenía a hacerle una reverencia y desearle los buenos días. Soo sólo asentía con la cabeza y seguía su trayecto a la sala de reuniones, donde el Rey se sentaba en su trono a decretar las órdenes. Los guardias le abrieron las puertas y KyungSoo entró a la sala caminando con gracia en su elegante vestimenta de Príncipe hasta estar al frente del Rey, su padre.
—Saludos, Majestad —inclinó su cuerpo ante él en signo de respeto—. ¿Me ha llamado?
—Sí, Príncipe Heredero. Debe saber que el día de hoy vamos a conmemorar a los soldados que dejaron el nombre de nuestro Goryeo en alto al haber regresado victoriosos de la guerra y siguen dispuestos a servir directamente al palacio. Usted debe acompañarme a darles el decreto de su recompensa por tan honorarios actos.
— Sí, Majestad —Guerreros, pensó KyungSoo. ¿Podrá ser...? —. Una de las familias guerreras... ¿es la Familia Kim?
El Rey le vio un poco sorprendido—. Así es. ¿Ya estabas al tanto?
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¿Morirías Por Mi? - KaiSoo
Hayran KurguKyungsoo es el Príncipe Heredero de la dinastía de Goryeo, pero detesta tener que ser el sucesor del Rey. Jongin es un joven y vivaz escudero que se ha mudado al palacio, y siente curiosidad del huraño Príncipe que se escapa para cantar en soledad...