XII - sosias & tartufo

8 1 0
                                    

Todo pasaba muy de prisa dentro del laberinto que parecía la escena del peor de los terremotos. En cuestión de minutos Gõremu se había encargado de destruir todo a su paso con su fuerza bruta y corpulenta presencia dentro de los pequeños pasillos, sin embargo, la mujer de blanco era una persona muy fuerte y ágil, en su momento logró huir de Isa la cual se había ganado una reputación dentro del laberinto de niña problemática.

La mujer de blanco había estado esquivando los escombros del laberinto que caían cada vez con más frecuencia sobre ella y de los muchachos por culpa de Gõremu, por lo cual le pegó unos pequeños golpes a marco para que se despertase.

- Marco! ¡Querido tienes que despertar ahora por favor! Te necesito aquí, conmigo.

Marco no despertaba, pero si reaccionaba a los pequeños golpes. Aun sin detenerse la mujer se quedaba sin ideas de que podía hacer y Gõremu cada vez estaba más cerca, pero algo estaba pasando, algo que la mujer no había previsto, Gõremu se había detenido justo cuando iba a agarrar a marco por los pelos.

La mujer agarro suficiente distancia entre ellos y Gõremu y bajo a marco e Isa de sus hombros.

- Por qué? ¿Por qué se detuvo? ¡Marco, Isa es ahora o nunca hagan algo! ¡Despierten!

La mujer le lanzo un pedazo de escombro a ambos para que despertasen rápidamente, y funcionó. Ambos despertaron de golpe, asustados y adoloridos, pero activos.

- Tenemos que escapar! ¿No tenemos tiempo para explicar ok? Ustedes corran.

- Espere un segundo, ¿señorita de que estamos corriendo para empezar?

La mujer de blanco suspiró con frustración y giro a ver a Gõremu, pero se sorprendió al ver que Gõremu había desaparecido.

- Si señorita, donde está el gigante que nos estaba persiguiendo? - pregunto isa.

- Estaba justo ahí, Marco, lo juro.

- Pues ya se fue, hay que ir a buscar a mi padre, no hay tiempo que perder.

La mujer de blanco recupero la cordura al escuchar esto, pues ella tenía otro objetivo.

- Espera un segundo quien te nombro a ti la que manda aquí? te recuerdo que a mis ojos tu sigues siendo una pequeña niñita.

- Una pequeña niñita que sobrevivió sola aquí por más de veinte años. ¿Quién eres tú? ¿La vieja que necesita ayuda de niños para su trabajo sucio? ¿No creo que quieras decirle eso a él no?

- Vuelve a hablarme así y vamos a tener un problema las dos aquí y ahora.

- Paren las dos! Isa te recuerdo que estas aquí porque no quisiste escucharme en la selva. Yo estoy aquí porque quiero salvar a don Fernando, lo que quiera la señorita que yo haga es mi deber.

- Tu deber marco? Esta persona solo te está usando como arma porque sabe quién eres y quien es tu padre sino serias completamente reemplazable, vamos directamente a por mi padre que lo que quiera esta persona no nos concierna.

- Escúchame niña, no creo que quieras desafiarme, no sabes quién soy ni siquiera y la única razón por la que has sobrevivido aquí es porque es imposible morir en este laberinto, si te atrapan, es una eternidad de castigos y sufrimiento de la mano de Dominus.

Marco e Isa se miraron de reojo al escuchar eso antes de sentir otro temblor proveniente del techo, algo se acercaba.

- Huyan! ¡Algo se acerca! - ordeno la mujer de blanco

- Marco!

Isa empujo a marco que no se movía aun cuando el techo del laberinto le estaba golpeando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 21, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora