XI - El laberinto carmesi

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Marco miraba confuso a su alrededor al ver que no había nadie con él cuando sintió aquella mano en su hombro justo antes de beberse el líquido negro del frasco del señor Carey.

— Hace muchísimo frio en este lugar... -se dijo a si mismo antes de alzar el frasco para beberlo-

— Marco? ¿Qué haces aquí? Se supone que estabas descansando. -dijo Isa al ver a Marco entre los arboles

Isa volvía de su entrenamiento entre la selva emocionada porque vería a marco después de que se perdiera.

— Isa? ¡Vete a la base! No puedes estar aquí.

— por qué? ¿Serás tú quien me va a obligar?

— ¡Isa, te lo digo en serio! Vete de aquí ahora mismo. -le ordenó dirigiéndose decididamente a Isa-

— Si no, ¿qué me vas a hacer eh?

Isa se acercó más a marco, centimetros eran los que separaban a Marco de Isa.

Marco se sonrojo y se quedó sin palabras al ver la mirada seria de isa que estaba cada vez más cerca de él.

— jeje... caíste.

isa sonrió, mientras que rodeaba con sus brazos a Marco intentando agarrar el frasco que tenía en sus manos.

— Que es esta cosa? Vi que la ibas a beber.

— Isa dámelo! ¡No sabes lo importante que es eso!

— Supongo que te molestaría mucho que me tomase esta cosa no?

Isa vertió el líquido en su boca mirando a marco pícaramente, marco grito furioso llevándose sus manos a la cabeza. Antes de que isa tragara el líquido marco le agarro por el cuello y la beso cerrando fuertemente sus ojos.

Marco abrió lentamente sus ojos para ver a Isa con sus ojos bien abiertos, ambos tragaron saliva por los nervios sin darse cuenta de que habían tragado cada uno la mitad del líquido negro.

Ambos comenzaron a ver como los ojos del otro comenzaban a cambiar de color, al mismo tiempo que su alrededor desaparecía y por la oscuridad del ambiente dejaban de verse.

Marco se encontraba solo en un pasillo largo con los muros rotos que llevaban a diferentes habitaciones y otros pasillos que harían temblar a cualquiera.

— Pero mi señor le digo que lo traje para que negocien las posesiones del nuevo mundo... y hemos caminado mucho también. -dijo una voz femenina detrás de una puerta-

— Y yo te acabo de decir que estoy ocupado! No quiero repetirlo una tercera vez Margareth. Tengo un invitado. -exclamo un hombre muy autoritario-

Marco intento abrir la puerta, pero estaba trancada.

— Gracias a dios... Tampoco quería saber que había ahí. ¿Dónde estará Isa? Tengo que buscarla.

— Hola Marco me extrañaste?

Era una voz femenina que agarro a marco por el hombro y le abrazo fuertemente.

— Eh? ¿Quién eres? ¡Que! ¡Pensé que habías desaparecido!

Era la mujer de blanco, que tenía a marco rodeado por sus brazos abrazándolo.

— Contaba con que vendrías aquí pero cuando vi a Fernando antes que a ti me puse algo nerviosa, estoy segura que le dije a Daniel que te necesitaba a ti y solo a ti.

— Tu enviaste a ese viejo de mierda? ¡Por Don Fernando fue que vine!

— Marco, cálmate ya iremos a por Fernando ahora tenemos problemas más grandes.

RebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora