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No sabía que había pasado.

Toda la aldea estaba en llamas, todo estaba destruido. A donde quiera que iba solo encontraba cadáveres, destrucción y terror, no había ni una sola persona, ni un ser humano con vida, ningún ninja que le dijera qué había pasado.

Corrió hacia la zona donde su clan vivía, esperando ver a alguien, a quien sea, pero mientras más avanzaba en el lugar y, al solo encontrar los cuerpos sin vida con los que alguna vez convivió, con quienes jugó y fue a la academia. Por cada paso que daba perdía más y más la esperanza de que su familia estuviera con vida.

Cuando llegó a su casa, entró rápidamente, y solo encontró los cuerpos de su familia. Sintió un gran dolor en el pecho, las lagrimas le quemaban sobre la piel, no sabía si podía llorar más. Frente a él tenía los cadáveres de sus padres y hermano menor, de toda la gente de la aldea, de todos los que habían muerto, solo el verlos a ellos le dolió tanto que desearía no poder sentir.

No pudo soportar la escena.

Salió corriendo de su casa, sin dirección alguna, no sabía a dónde o a quién recurrir, solo corría y corría aunque sus piernas le dolieran y le gritaran que parara, por más dolor que sintieran sus piernas, no se acercaba al dolor de su corazón, el dolor de haber perdido todo, a todos.

Antes de que lo notara, había llegado a un bosque. Un bosque que se supone estaba prohibido entrar y el castigo por ello era la muerte, nunca se entendió el por qué y nunca lo explicaron, pero había mucha protección en él. Notó que pudo entrar ya que todos quienes protegían ese lugar estaban muertos, por tanto, ya no había poder que lo protegiera.

Pero eso no le importaba en lo más mínimo, ya no. Ya nada tenía sentido.

Ahora solo caminaba, mientras sollozaba con la cabeza cabizbaja, no sabía qué hacer, le dolía todo, odiaba todo, todo estaba perdiendo su color...

Escuchó una respiración. Eso lo sacó de sus pensamientos, tal vez todavía había alguien con vida, alguien que pudo escapar y le podría decir algo.

Comenzó a buscar en sus alrededores. No tardó en encontrar a la persona, sintió, aunque fuera un poco, que la esperanza volvía a él, había encontrado a nada más y nada menos que su amigo de toda la vida, Shisui Uchiha.

—¡Shisui! —gritó, llamando la atención de su amigo. Estaba sentado, apoyándose en un árbol, su cara estaba perdiendo su color, como si se estuviera pudriendo, esto alarmó a Itachi, quien se agachó, con la intención de ayudarlo, pero Shisui lo detuvo.

—N-No tiene caso —tosió, algo de sangre salió de su boca—. Escucha, no me queda mucho, tienes que escapar de aquí y detener a quien hizo esto —sacó un pergamino de entre sus ropas y se lo entregó—. Es de tu hermano, parece que descubrió algo. Escucha, como el último ninja de la Aldea Oculta de la Hoja debes resolver esto y cuando lo hagas, por que sé que lo lograrás, por favor, vive el resto de tu vida, por todos nosotros. —sonrió. Vio como sus ojos perdían su brillo poco a poco, hasta que su respiración se detuvo y dejó de moverse. Había muerto.

—No, Shisui, no, por favor. —gimoteó tristemente.

Itachi había perdido a todos.

Tomó con fuerza el pergamino lo apretó contra su pecho. Había presenciado la muerte de su mejor amigo y lloró hasta que no pudo más, pero las lagrimas no fue lo único que sus ojos tuvieron, estos cambiaron a rojo y dieron una nueva forma, un shuriken negro.

Había perdido a quienes más amaba. No sabía quién, cómo o por qué le arrebataron a sus padres, a su hermano menor, a su mejor amigo y a toda su aldea, pero lo que si sabía, es que descubriría quién era y vengaría a toda la aldea. 

Cerró los ojos de Shisui y comenzó a alejarse, lentamente, mientras dejaba a la aldea, tras de él.

Pareciera que haber perdido a todos quienes amaba no fue suficiente, pues la desgracia continuaba, luego de dar unos pasos, una sombra apareció tras de él, si no fuera por su Sharingan que le advirtió del peligro lo hubiera matado de seguro. 

Comenzó a correr, esquivando cada uno de los ataques. No acostumbraba usar su Sharingan y no tenía mucha experiencia con éste, pero en ese momento lo necesitaba más que nunca si quería escapar con vida; por alguna razón no podía sentir la presencia de aquella sombra, pero cada que se le acercaba sentía un increíble calor, como si estuviera cerca de lava. 

Sospechó que eso fue lo que había destruido su hogar, pero todavía no era el momento de enfrentarlo. Era listo y sabía cuando pelear y cuando no, pero sentía mucho dolor, no podía dejar ese sentimiento de querer vengar a sus padres, a su amigo, a su hermano...

Solo eso le bastó para que olvidara la lógica. Quería atacar esa cosa, destruirla, hacerla sentir el dolor que él sentía. Sin embargo, ninguno de los ataques que usaba funcionaban, los shuriken y kunai, rebotaban en él, sus jutsus, no hacían nada. No podía hacerle nada. Eso solo lo hacía sentir más frustrado y furioso.

Se limitó a observarla y analizarla, mientras esquivaba sus ataques. Era una sombra, lo único que podía destacar es que tenía una forma alargada, como si fuera una serpiente, pero no veía ninguna cabeza, ¿qué demonios era eso?

No parecía poseer un ataque como tal, solo se intentaba acercar a él, seguramente lo quemaría vivo.

Llegó a un claro, era muy raro, la luna estaba exactamente encima de él, tenía la forma de un círculo perfecto y en el centro de todo había un pozo, hecho de piedra y con algunos papeles de protección y sellado rotos a su alrededor. No pudo ver más detalles pues la sombra lo seguía atacando, pero cuando esta entro al claro se olvidó completamente de Itachi. Se acercó al pozo y tomó una forma humana, seguía siendo una sombra pero ahora era más visible.

Pateó todos los papeles de protección que seguían en pie y observó detenidamente el pozo, parecía a punto de tirarse.

A Itachi esto le pareció raro y fue entonces de que cayó en la cuenta de que ese pozo podría ser la razón por al que hubiera atacado la aldea, y no permitiría que se acercara.

Corrió hacia el y lanzó un jutsu del clan Uchiha, el Estilo de Fuego: Gran Bola de Fuego, la sombra lo atravesó como si nada y encaró al joven ninja, lucía molesta, eso estaba bien para Itachi. Tenía un plan y era destruir ese pozo; el fuego impactó, pero no le hizo ni un rasguño al pozo. Debía usar papel bomba.

La sombra hacía todo lo posible por mantenerlo lejos, pero de nada le sirvió, pues si no podía darle ni un golpe antes no se lo podría dar ahora.

Itachi logró acercarse al pozo y colocó un papel bomba que explotaría en segundos, cuando la sombra se dio cuenta de su plan, lo único que pudo hacer fue intentar correr para quitar el papel, pero el ninja de la Hoja se interpuso en su camino.

La sombra acató con furia a Itachi, por la velocidad, no logró esquivarlo por completo y le hizo una herida en el antebrazo derecho. Se tambaleó y tropezó, cayendo en el pozo, en ese momento, el papel explotó y solo pudo ver como las rocas caían hacia el a la vez que una luz amarilla resplandecía tras de sí.

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Yujuuuu amo las vacaciones, finalmente pude seguir escribiendo esto, bueno, hoy publicaré los primeros capítulos que ya tengo e iré publicando cada dos semanas más o menos.

También, de un vez lo digo, de esta historia, bueno, es solo la introducción, sacaré la secuela de esta que es lo que estaré escribiendo estas vacaciones. O sea, apenas acabé esto jejeje, recién salido del horno.

Ya se me antojó un pay.

Nada que ver, bueno, eso es todo.

Gracias por leer.

Hasta luego :3

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