XXV

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No entendieron que fue lo que pasó, pero eso les preocupó el resto de las clases.

Cuando finalmente acabaron se apresuraron en llegar a la posada. En la sala principal, estaban los dos detectives y los tres ninjas, hablando sobre algo.

—¡Ya llegamos! —anunció Nagato. Las cinco personas en la mesa voltearon a verlos, los detectives solo los saludaron la cabeza mientras que Kakashi les sonreía.

—Bienvenidos. —saludó amablemente. Obito miraba de reojo a los chicos y luego regresó la vista al otro Uchiha.

—¿Qué fue lo que se te ocurrió? —preguntó Obito, a los cuatro adultos se les notaba cansados pero, fingían estar bien. Los amigos se sentaron alrededor de la mesa y, a falta de espacio, algunos se sentaron atrás.

—No me agrada esto de meter a menores de edad. —suspiró el detective Yoshida.

—Nagato, Sasori y yo ya tenemos la mayoría de edad. —replicó Kakuzo.

—Y los demás la cumpliremos en los próximos meses. —agregó Yahiko.

—Ya sé, pero siguen siendo muy jóvenes para poner sus vidas en riesgo. —señaló el detective.

—Creo que estamos de acuerdo en eso, pero sabe que necesitamos toda la ayuda posible en este caso. —respondió Kakashi, el detective suspiró.

—Supongo, y bien, ¿por qué nos llamaron?

—Tengo una idea —respondió Itachi, todas las miradas se fijaron en él, los chicos estaban ansiosos por escuchar lo que tenía que decir, los había dejado con la duda desde que se fue de la escuela—. La idea me la dio Deidara-san... es posible que no encontremos a Akiro porque no está en este mundo. —sugirió, los detectives solo pensaban que si no hubieran visto aquello, pensarían que estaban con un grupo de locos. Sin embargo, ahí estaban, pensando que esa teoría tenía sentido.

—Eso explicaría por qué no lo encontramos. —murmuró Kakashi, pensando en aquello.

—¿Sugieres que está dónde?, ¿en nuestro mundo? —preguntó Obito, la idea tenía lógica, sin embargo, no se veía muy convencido, lleno de dudas que sabía, nadie en la sala le ayudaría a responder—. Aún si es así, ¿cómo puede hacer eso?

Aquella pregunta dejó pensando a todos, al menos a los que tenían más experiencia con ese tipo de cosas.

—Itachi-san, ¿no te había dicho Akiro que logró llegar gracias a un poder del Ying? —recordó Kisame. Itachi asintió.

—Fue eso lo que le dio sentido a la idea.

—Entonces solo hay que traerlo. —dijo Hidan.

—No es así como funciona —dijo Obito—, creo que solo podemos esperar a que aparezca.

—Eso no es muy bueno, pero al menos ya no perderemos tiempo —dijo el detective Yamada—. Pero, ¿acaso ya pensaron como neutralizarlo? —preguntó el detective Yamada.

Kakashi y Obito miraron a Itachi.

—Conozco la manera de sacar a los dioses de su cuerpo y también cómo sellarlos de nuevo, por eso involucramos a todos aquí, se necesita de al menos diez personas para sellarlos. —contestó.

—Así que por eso hiciste eso. —dijo Nagato, recordando la última pelea que tuvieron con Akiro.

—Sí, cuando sellemos a los dioses, Akiro quedará muy debilitado, hay que aprovechar eso y acabar con esto de una vez por todas. —dijo Obito, Kakashi e Itachi asintieron, pero el resto se quedó pensando en las palabras del ninja.

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