IV

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No tardó mucho en encontrar a sus amigos, seguían todos en la entrada al bosque, ya habían llegado Deidara y Hidan.

—Hasta que apareces, llevamos esperándote una eternidad. —se quejó Kakuzo.

—¿Encontraste un buen lugar? —preguntó Sasori. Todos esperaron a que Kisame recuperara el aliento.

—¿Por qué estabas corriendo? —preguntó Deidara. Kisame tomó mucho aire y suspiró pesadamente.

—Bueno, no me creerán pero, encontré a alguien en medio del bosque y está herido —comentó—. Necesita el equipo de primeros auxilios. —dijo mirando a Sasori.

—Pero, ¿qué pasó? —preguntó Hidan.

—Les cuento en el camino, vamos. —les hizo señas y comenzaron a caminar, aunque más bien estaban corriendo lento. Kisame intentó ser lo más claro posible, comentando lo que pasó y cuando lo encontró y no dejó que lo interrumpieran hasta que terminó.

—¿Un ninja? No te creo viejo, otra vez dices cosas sin sentido. —dijo Kakuzo, los demás asintieron.

—Es en serio, es muy raro, no creo que sea de por aquí, o de este siglo —dijo serio. Los demás no sabían si reír o preocuparse—. Otra cosa, parece ser bastante desconfiado así que cuidado con las preguntas.

Al llegar, ahí seguía el ninja, respiraba con dificultad y tenía los ojos cerrados con fuerza.

—Pues si luce raro. —murmuró Hidan a Deidara y este asintió. Sasori le tendió el equipo de primeros auxilios a Kisame y éste a su vez se lo dio al extraño que estaba sentado en el suelo.

Ya había notado la presencia de los demás, pero no les prestaba mucha atención, tomó el equipo y comenzó a aplicarlo. Mientras, los amigos se miraban unos a otros.

—¿Qué haremos? —preguntó en un susurro Deidara. Habían formado un círculo un poco apartados del supuesto ninja pero sin quitarle la vista.

—¿A qué te refieres? —murmuró confundido Kisame.

—¿No es obvio? Después de que esté curado, ¿qué haremos, llamamos a la policía, a una ambulancia, qué hacemos? —dijo algo nervioso, los demás se quedaron callados.

—Tiene una espada. —murmuró Hidan.

—Primero deberíamos averiguar más sobre él antes de tomar una decisión —propuso Sasori, los demás asintieron—. Bien, ¿quién pregunta? —todos callaron.

—Yo lo haré. —dijo Kisame después de un rato. Se acercaron lentamente a ninja, ya había terminado de limpiarse y ahora estaba vendándose, ya se veía mejor la quemadura.

—¿Qué sucede? —preguntó tranquilamente sin levantar la mirada, todavía respiraba con algo de dificultad, pero la mejoría era notoria. Kisame quería ayudarlo a vendarse, no porque necesitara su ayuda, sino porque quería estar cerca de él, debía estar perdiendo la cabeza.

—Es solo que quisiéramos saber un poco de ti —dijo, se sentó frente al ninja e intentó ser lo más amable posible, no quería molestarlo y hacer que se fuera—, como, bueno, tu nombre.

El joven de pelo negro finalmente los miró, no parecía tener ninguna expresión, pero Kisame se percató de que había cierta hostilidad en su mirada, aunque parecía ser el único que lo notaba.

—Itachi Uchiha. —contestó luego de unos segundos para después volver a las vendas.

—Quizá debamos presentarnos también —sugirió el moreno de los amigos—, yo soy Kakuzo.

—Hidan.

—Sasori.

—Deidara.

—Kisame Hoshigaki —Itachi los observó a todos y asintió levemente—. Y, ¿de dónde eres?

—La Aldea Oculta de la Hoja —respondió algo dudoso, todos se miraron extrañados. Ya había terminado de vendarse por lo que guardó todas las cosas de regreso—. Les agradezco por su ayuda, pero tengo algo que debo hacer. —dijo mientras se ponía de pie.

Kisame estaba apunto de replicar cuando notó algo extraño, todo el lugar se oscureció, como si hubiera un eclipse. Se puso de pie de inmediato y miró a todos lados, se estaba poniendo nervioso, el clima se volvió frío y el viento era cada vez más fuerte. Volteó a ver a sus amigos, no estaban mejor que él, estaban más que nada confundidos, pero mientras más frío se ponía el ambiente más miedo empezaban a sentir.

Miró a Itachi, éste observaba todo el alrededor, tenía de nuevo el kunai en su mano, no estaba seguro, pero parecía saber algo.

—¿Sabes qué sucede? —preguntó, pero tuvo que elevar la voz, el viento estaba muy violento y casi no escuchaba nada.

—¡Salgan del bosque! —gritó, alarmando a todos, ese tono tenía una pizca de miedo lo que asustó a los demás, pero hicieron lo que les dijo y comenzaron a correr a la salida, o eso creían, porque la oscuridad no les permitía ver mucho.

Deidara y Sasori iban al frente, seguidos por Kakuzo y Hidan y al final iban Kisame e Itachi. Corrían lo más rápido que podían, pero parecía que o el camino había crecido o ellos no avanzaban pues ya llevaban corriendo quince minutos y no veían la entrada o, en este caso, la salida.

Itachi estaba atento a cada movimiento al rededor, no era su responsabilidad ni su deber, pero sacaría a ese grupo de chicos de ahí con vida, no se permitiría perder más vidas. Activó su Sharingan y miró todo alrededor, no podía sentirlo pero ahora podía verlo gracias al aumento de su visión y anticipó el ataque.

—¡Al suelo! —gritó, claro, sabía que los cinco con los que se encontraba no estaban entrenados, por lo que los empujó y se tiraron unos a otros, un segundo después pasó sobre ellos una especie de serpiente de brillante color amarillo, Itachi se percató de que la forma era como la de sombra con la que se enfrentó antes de caer en el pozo, solo que esta era luz y congelaba en lugar de quemar—¡De pie!

Todos se levantaron y siguieron corriendo, Sasori tomó de la mano a Deidara para que corriera más rápido, no quería dejarlo atrás, Kakuzo agarró de la muñeca a Hidan y lo arrastraba, era bastante lento corriendo. Itachi no sabía cuánto más duraría, su cuerpo le dolía, y mucho, hacía lo mejor para forzarse a sí mismo a seguir corriendo. Kisame volteaba de vez en cuando para ver al ninja, quien poco a poco se quedaba atrás. Lo tomó como había hecho antes para seguir corriendo, pero ahora ambos se estaban quedando atrás.

—¡Apúrate, Kisame! —le gritó Kakuzo al ver como ambos se estaban alejando.

—Déjame y salgan de aquí. —dijo Itachi, perdía sus fuerzas poco a poco y no creía poder seguir por más tiempo.

—Saldremos todos de aquí. —dijo con total seguridad, llevando a Itachi, su valor sorprendió al Uchiha, pensaba que actuaba así por que no tenía idea del problema en el que se habían metido, pero aún así era algo digno de admirar, no solo él, todos sus amigos, hacían lo posible por salir todos con vida de ahí.

Su Sharingan le advirtió de un ataque frontal, pensó rápido, no tenía idea de como haría para que todos lo esquivaran, si los tocaba, estaba perdidos. Se soltó de Kisame y lanzó el kunai, todos se detuvieron al ver la acción del ninja, pero justo en ese momento apareció ese extraño ser de luz y el kunai se dirigía directamente a eso.

Itachi no permitiría que murieran ahí esas personas que lo ayudaron, y él no moriría hasta que vengara a toda la Aldea de la Hoja.

La luz se dirigía hacia ellos, pero de la nada, se prendió en llamas, o eso parecían, pues eran de color negro. La criatura se retorció de dolor y escapó, perdiéndose entre los árboles.

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Gracias por leer.

Hasta luego :3

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