"¿Y quién te ha dicho que yo aun estoy borracho?"

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Los primeros seis meses en Alemania, sola fueron duros pero con la ayuda de Toni y Jess lo sobrelleve, una noche después de un gran partido contra el Dortmund, decidimos salir a celebrar. Nos duchamos y arreglamos en el vestuario. Yo como de costumbre no iba muy animada pues sabía que me pasaría la noche sentada, después de cenar en un bonito restaurante nos dirigimos a la discoteca P1 allí pedimos una primera ronda de cervezas, después otra de chupitos y así hasta que muy pocos nos podíamos tender en pie. Decidí irme temprano me despedí por último de Thiago y Javi Martínez cuando se acercó Thomas

-¿Alisson será que puedes acercar a Manuel a casa?- Miramos hacia donde decía Thomas y efectivamente Manuel no estaba en condiciones de seguir la fiesta. Llegue hasta él y le toque el hombro es bastante más alto que yo.

-Hola, preciosa- Dijo con la voz algo ronca y arrastrando las palabras

- Manu, me voy y no quiero irme sola- Dije- ¿Me acompañas?- Asintió servicial y tras despedirse de los demás, nos dirigimos a la salida, el aire golpeo mi piel donde el vestido no cubría y Manuel al notarlo me paso su americana por los hombros, ya en coche puse la calefacción y conduje hasta el Mcdonalds más cercanos allí pedí algo de comida para ambos  y la tomamos en casa de Manu

-¿Sabes? desde que se fue Nina no consigo entrar en mi habitación- Dijo ya menos borracho

-A mi me pasa igual con la casa en cada rincón hay algo que me recuerda a Dani y eso que no vivíamos juntos- Él sonríe comprensivo

-No se si es el alcohol pero tengo ganas de decirte que adoro verte correr con el tanga y los pantalones de entrenamiento- Me asombre un poco pero algo dentro de mí se encendió y mi cerebro se olvido de Dani por unos instantes

-Interesante- Me acerque a él- Manu, no digas borracho algo de lo que te puedas arrepentir mañana-

-¿Y quién te ha dicho que yo aun estoy borracho?- Ataco mi boca en cuanto acabó la frase, me deshice de su camisa camino al sofá y él arrancó mi vestido dejando desperdigados los botones por su salón

-Manu- Me queje

-Relájate, siempre puedes ponerte una de mis camisetas- Manu término de  quitar mi vestido, me quedé en ropa interior y tacones, acerco su boca a mi oído

-Túmbate en el sofá y tócate para mí - Él tomó asiento en el sillón de al lado y yo hice lo que me mando, estaba tan excitada que mi coño ya chorreaba cuando lo toque, lleve mi mano a mi centro y comencé a tocarme, él desde su posición me quito los tacones y puso cada una de mis piernas en una punta de lo ancho del sofá- Quiero una buena visibilidad- Dijo ronco por la excitación. Metí dos dedos en mi interior y los moví despacio, las manos de Manu no tardaron en tocarme retiro mis bragas totalmente mojadas y se monto encima de mí, su erección chocaba con mi montañita haciéndome sentir aun mas excitada, empezó a besarme de manera ruda y pronto descubrí que aquel chico de carita buena y tan educado en la calle era un autentico animal en lo que ha sexo se refería. Lo abrace con mis piernas mientras él buscaba el cierre de mi sujetador con la intención de liberar mis pechos, se apartó un poco para quitar sus vaqueros pero enseguida atacó de nuevo, tomó su anterior posición esta vez besó, mordió y chupó mis pechos sin compasión, mi coño palpitaba de sentir aquella longitud  tan cerca, esa que muchas veces se adivina con los pantalones de juego y os aseguro que no es pequeña. Se puso de rodillas en el sofá para observarme, yo aproveche para tirar de la goma de su calzoncillo Calvin Klein y dejar ver aquel pedazo de masculinidad que estaba apunto de chupar con la boca y tragar con mi dulce vagina. Me quedé en cuatro y tome con sumo cuidado aquel miembro dí un primer lametón a su glande, él me hizo una coleta con la mano y metí su longitud en mí boca, Ahueque las mejillas para chupar su erección y continúe sacando y metiendo su polla en boca.

-Ali, sigue- Aunque a él pronto no le pareció suficiente, comenzó a follar mi boca con rapidez hasta el punto de que su glande tocaba en mi campanilla, se paró de golpe, yo esperaba que su semén llenara mi garganta -Me pare porque quiero correrme contigo- Aquellas palabras me excitaron aún más, Manu me beso abrazando mi cuerpo contra el suyo ambos de rodillas en el sofá

-¿Y dónde dices que es tu cuarto?- Se levantó del sofá y me tendió una mano para llevarme hasta su habitación una vez allí me cargó en brazos para llevarme a la cama, me tiro brusco en ella y abrió mis piernas para meter un par de dedos en mi interior, su dedos eran largos y gruesos al sentirlos mi vagina los recibió con gusto- ¿Te gustan gritonas o calladitas?- Dije entre gemidos

-A mi me gustas tú- Gemí en respuesta, continuó metiendo y sacando los dedos mientras su ávida lengua se ocupaba de mí clítoris, sentí una corriente en toda la espina dorsal y una oleada de placer que fui anunciando con gemidos ascendente que acabaron en un grito cuando llegue al clímax.

-Manuuuuu- Grité al llegar, él sonrió contra mi clítoris. 

-Ponte de rodillas en la cama- Le hice caso, él se coloco de igual manera- Pon un pie sobre la cama- Nuevamente obedecí mientras se acercaba, se colocó delante de mí abrazándome y besando mi cuello una de sus manos buscó su polla y la introdujo en mí, nunca había probado esta postura, Manu movió las caderas lentamente al principio pero luego empezó a tomar mi vagina de forma dura y cada vez más rápido pronto me deje caer hacia atrás incapaz de aguantar aquellas embestidas en aquella postura, al caer nuestros cuerpos chocaron proporcionándonos aún más placer si cabe. Manu continuó con sus duras embestidas, yo abrace  su cadera con mis piernas, movía mis manos por todo su cuerpo queriéndolo tener todo lo cerca que me fuera posible, moví también mis caderas intentando tener su ritmo, supe que estaba apunto cuando llevo mis piernas a sus hombros y me embistió con tal dureza que la cama empezó a chocar contra la pared. Mi segundo orgasmo también estaba cerca, se volvió a recostar sobre mí para besarme dejando mis piernas pegadas a mi pecho.

-Manu- Dije en un gemido ahogado- Estoy apunto- Le hice saber- Él se movió aún más rápido buscando nuestro orgasmo, volvió a llevar mis piernas a sus hombros y en un última estocada profunda sentí su corrida bajando por la parte exterior de mí vagina. Nos quedamos en silencio mientras intentábamos recuperar el aliento. Me puse de lado para observarle.

-¿Qué?- Preguntó mirándome

- Adivinaba que la tendrías grande pero no que cuando la metes en caliente eres un puto animal- Sonrió- Esa carita de niño bueno decía que eras más pasional- 

-¿No te habré hecho daño?- Negué, bese su mejilla y ambos fuimos cayendo en los brazos de morfeo.

"Ali sigue"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora